2 de junio de 2024 y la guerra cultural en México

  • Luis Ochoa Bilbao
Los progresistas ganaron la guerra cultural durante el gobierno de AMLO

Al finalizar el último debate presidencial, en los canales de televisión comenzó el post-debate. En Televisa, Raymundo Riva Palacio comentó que López Obrador había ganado la guerra cultural en México y que su agenda de dividir al país era la triunfadora. De inmediato, Genaro Lozano, un joven analista político de claro corte progresista, le recordó a Riva palacio que México ya estaba dividido desde hace décadas y que la polarización política era un fenómeno global.

Riva Palacio, como cualquier otro crítico de López Obrador, trató de echarle la culpa de todos los males de México y el mundo. Pero, son las nuevas generaciones, como las de Genaro Lozano, las que consolidarán el triunfo de la guerra cultural en México.

Todos aquellos que juraron y perjuraron que López Obrador convertiría a México en un país bananero y con una dictadura tercermundista, se equivocaron. Por supuesto, nunca hablaron desde la objetividad, sino desde el prejuicio de clase que en nuestro país sigue rigiendo las conciencias de quienes se creen mejores o superiores. Sus argumentos viscerales cayeron en el vacío de la realidad.

La guerra cultural en México la ha ganado, por el momento, el ideal progresista de su población.

En el primer debate presidencial, hasta la misma Xóchitl Gálvez tuvo que aceptar que tendría una política incluyente para favorecer a las minorías. ¿Cómo es posible que una candidata de la derecha, vocera del panismo católico, apostólico y romano apoye a las minorías sexuales? Porque la guerra cultural la han ganado los progresistas.

En el tema de los programas sociales, también Xóchitl Gálvez tuvo que aceptar que las apoyaría y las mejoraría. ¿No se supone que los programas sociales son populistas y consisten en regalarle dinero a los “flojos” e “inútiles”? La oposición conservadora en México, con absoluto desprecio a su integridad ideológica y a sus principios, trató de apropiarse de los programas sociales con la finalidad de rescatar votos para la elección. Otro triunfo cultural del progresismo en México.

¿Libertad de expresión? Mientras en Argentina Milei cierra canales de televisión y prohíbe las transmisiones de Tele Sur en su país, en México, los analistas más críticos del gobierno de López Obrador como Carlos Loret de Mola, Brozo y López Dóriga, gozan de total libertad para conducir sus programas, opinar lo que quieran, e hincharse de dinero por los patrocinios que aprueban sus posturas anti-AMLO. Mientras Milei amenaza a los manifestantes en las calles, en México se expresan las mareas rosas, blancas o azules sin ningún asomo de represión. En la guerra cultural vuelve a ganar el progresismo.

¿Desarrollo económico? México ha crecido más de previsto, así como creció la inversión privada en el país y aumentaron las exportaciones de México hacia Estados Unidos. López Obrador incrementó el salario mínimo, y con ello aumentó el consumo de las personas beneficiando a muchos sectores del mercado interno. El dólar se ha mantenido en un precio constante y accesible para los mexicanos y los datos del INEGI reportan tasas positivas de empleo, también en parte por el nearshoring. Todo esto lo han dicho públicamente economistas serios y prestigiados, como Luis de la Calle en un programa de televisión en diciembre de 2023.

¿Equilibrio de poderes? Recordemos cuantas iniciativas de López Obrador no se cristalizaron debido al frente opositor: 1) La reforma eléctrica no pasó por la oposición en el congreso; 2) La iniciativa que planteaba que las responsabilidades de la Guardia Nacional pasaran a la Secretaría de la Defensa Nacional, fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación;  3) La reforma al INE, que también proponía la reducción de legisladores en las cámaras legislativas, la disminución de los recursos públicos a los partidos políticos y la elección popular de los consejeros y magistrados electorales, fue rechazada por la Cámara de Diputados.

En suma, México llegó al 2 de junio de 2024 con una oposición fortalecida, aunque no ganó las elecciones presidenciales; con propuestas progresistas, aunque no les guste a los conservadores; con fortaleza económica, aunque no lo reconozca la oposición; con programas sociales, aunque nos les guste a los neoliberales; con libertad de expresión, aunque los periodistas insistan que no es así, paradójicamente, desde sus canales y empresas de comunicación.

En efecto, la guerra cultural la ganó México durante el sexenio de López Obrador. En ese contexto, la lucha contra el crimen organizado (que debe ser regional junto a Estados Unidos), la contención del cambio climático (que debe ser global), la promoción de políticas de salud y educativas sólidas, así como la guerra contra la desigualdad y la corrupción, serán las tareas pendientes del gobierno que tome la estafeta del segundo piso de la Cuarta Transformación.

 

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Luis Ochoa Bilbao

Internacionalista y sociólogo. Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la BUAP. Se especializa en temas de política exterior, cultura política y sociología de las relaciones internacionales.