Innovación… ¡Que no le digan que no le cuenten!

  • María de la Fe Torres Parada
No es la mejora continua. Producto -bien o servicio- nuevo y/o mejorado, entre otras cosas.

Llevo años escuchando la palabra innovación y si bien tenía una idea más o menos clara  de lo que significaba, no fue sino hasta que estaba en la maestría al cursar la especialidad en innovación y gestión del cambio que comprendí lo que  en verdad significa tan usual palabra.

Recuerdo  claramente que un maestro nos pidió investigar el concepto de innovación y posteriormente nos presentó un documento que para muchas personas es totalmente desconocido pero que sin duda,  una clave para la compresión de diversos temas y que si bien se vincula de forma contundente con ciencia y tecnología también se vincula con otros muchos ámbitos de  la vida diaria, se trata del Manual de Oslo.

¿Para usted qué es innovación? ¿Qué es ser innovador? ¿En qué consiste la innovación?  Si me lo permite trataré de compartirle brevemente lo que yo aprendí y que sin duda cambió mi perspectiva.

Empecemos por la definición que maneja el manual, según este documento una innovación es la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores.  Si usted cree modificar “un poquito” algo ya es innovar, pues está usted equivocado, eso es tal cual mejora, y si se hace con periodicidad es mejora continua, pero innovar es “sacar el balón del estadio” y no un simple pase del balón a medio partido.

Hay varios tipos de innovación, así que si usted quiere innovar tiene diversas opciones para hacerlo, entre las principales se encuentran: La innovación del producto, este tipo de innovación consiste en la  introducción de un bien o de un servicio nuevo, o significativamente mejorado, en cuanto a sus características o en cuanto al uso al que se destina, también existe la innovación de proceso y esta  es la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, proceso de producción o de distribución. Ello implica cambios significativos en las técnicas, los materiales y/o los programas informáticos. Un ejemplo de ello es la entrega de productos mediante el uso de drones que están experimentando algunas marcas de ventas por internet; en cuanto a la mercadotecnia la innovación es la aplicación de un nuevo método de comercialización que implique cambios significativos del diseño o el envasado de un producto, su posicionamiento o su promoción y por último la innovación de organización,  y para llevarse a cabo hay que crear un nuevo método organizativo en las prácticas, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores de la empresa.

Para que algo sea considerado como innovador debe ser novedoso pero, ¿novedoso para quién? Puede ser nuevo para la empresa, nuevo para el mercado y/o nuevo para el mundo entero y debe contar también con otras características importantes, un ejemplo es la posibilidad de ser repetible, si usted creó un nuevo artefacto pero le salió “como al burro que tocó la flauta”, es decir, no supo ni cómo le hizo y por lo tanto no puede repetirlo, lamento informarle que eso entonces no fue innovación real. Si usted creó algo “nuevo” y lo puede repetir pero no lo puede comercializar entonces eso tampoco es innovación, por lo menos no hasta que supere esa barrera. ¿Y qué dijo usted, si lo puedo vender y lo puedo repetir ya estoy haciendo innovación? Pues no es así, otras dos cuestiones importantes son el hecho de solucionar necesidades generando beneficios de manera considerable y que lo que se satisfaga  sea con precisión una necesidad y no un deseo.

 

Existen dos formas de gestar la innovación, una es Technology-Push que consiste en el  Desarrollo del producto o servicio y después veo para qué me sirve y la segunda y mucho más recomendable: el Market-Pull, desarrollo el producto o servicio  cuando ya tengo el mercado y ya se lo que quiere el cliente.

Hay una serie de factores que con frecuencia fallan y nos permiten innovar, entre dichos factores podemos mencionar; errores de comunicación, escasez de ideas, selección deficiente de ideas, pobre conocimiento del público meta, falta de coordinación y una cultura contraria al riesgo, quien quiera innovar debe ser perseverante, paciente organizado y con tolerancia al fracaso ya que seguramente tendrá que intentar bastantes veces.

Suena muy complicado pero no es así y menos cuando la innovación se vuelve parte de la cultura empresarial, recuerde que el innovador es quien establece las reglas,  que no es necesario esperar a que algo ya no funcione para empezar a innovar, que contrario a lo que se cree es mejor innovar en tiempos de bonanza que en momentos de crisis porque como bien dijo Quino el caricaturista mediante su famoso personaje llamado Mafalda: Lo urgente no deja espacio a lo importante.

 

Ahora ya sabe lo que es la innovación real, la próxima vez que escuche que alguien o algo es innovador ya podrá usted sacar sus conclusiones para saber si se trata de innovación o de un término que usan para captar su atención sin sustento real, ahora ya no le podrán “contar las muelas”, recuerde, cuando se trate de innovación que no le digan, que no le cuenten.

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María de la Fe Torres Parada

Docente universitaria egresada de la licenciatura en Ciencias y técnicas de la comunicación por la UNIVA y maestra en Gestión del talento humano por la  Universidad Panamericana, docente diversas materias en el área de comunicación, con experiencia en periodismo y comunicación organizacional y gubernamental. Crítica, directa, aficionada a la fotografía, fiel creyente de que se puede hacer de México un mejor país y del mundo un mejor lugar para vivir