Educación, la huella que trasciende

  • María de la Fe Torres Parada

¿Será a caso la situación actual del país y del mundo el resultado de una educación carente o deficiente? Según la real  academia de la lengua educar proviene del latín educaré que significa: Dirigir, encaminar, adoctrinar.

Mucho nos quejamos hoy en día de la complicada situación que se vive prácticamente a nivel mundial: violencia, pobreza, deshumanización radical, falta de interés por el otro, en muchos casos falta de interés por el futuro y obsesión por una vida sin limites en el presente… todo resultado de la educación, pero ¿recibida cuándo? ¿Impartida por quién?

Todos los seres humanos como parte de la sociedad convivimos desde nuestro nacimiento con un entorno en el que con palabras y/o  hechos se nos va mostrando a cada momento un camino a seguir, sin embargo en muchos casos ese mundo  que educa lo hace de forma inconciente, sin darse cuenta de que todo aquello que hace o dice va imprimiendo una marca en alguien a su alrededor.

Lamentablemente esa falta de conciencia hace que en muchos casos se actúe sin una previa reflexión de la pedagogía trasmitida dando así lugar a una serie de palabras y acciones que lejos de ayudar a quien las aprende  va encaminando al aprendiz a repetir una serie de errores que tarde o temprano tendrán una repercusión para él y para su entorno.

Quienes nos dedicamos a la formación académica  muchas veces decimos que nosotros no somos los educadores de los alumnos, que la educación la adquieren en su familia y que nuestra responsabilidad se limita a la sola enseñanza de conocimientos meramente “escolares”, sin embargo, no es así.

La educación integral de una persona puede  considerarse  como un conjunto multidimencional de conocimientos que en esencia al reunirse deben dar como resultado una persona plena.

Como claramente lo dijo S.S. Juan Pablo II en una alocución dirigida a la UNESCO  en el año de 1980: "La primera y especial tarea de la cultura en general, y también de toda cultura es la educación. La educación consiste, en efecto en que el hombre llegue a ser cada vez más hombre, que pueda 'ser' más y no sólo que pueda 'tener' más, y que, en consecuencia, a través de todo lo que 'tiene', todo lo que 'posee', sepa 'ser' más plenamente hombre".

La educación es sin duda un desafió que vale la pena afrontar  y no es exclusivo para padres o docentes, se trata de un reto para todo ser humano consciente de su llamado a trascender.

Para poder afrontar el reto es indispensable trabajar por la concientización de la sociedad para que en un primer paso sea capaz no solo de preguntarse sino también de responderse a sí misma hacia a dónde dirige su existencia y cuáles son los pasos a dar para lograrlo.

¿Por qué muchos integrantes de las generaciones jóvenes y no tan jóvenes no tienen una idea clara de que quieren hacer con su vida? ¿A qué se debe que en ese ir y venir de indecisiones la gente termina actuando justo como en algún momento de su vida había a dicho no hacerlo o incluso como nunca imaginó?

¿Y de quién es la responsabilidad de esta situación? Podemos decir cómodamente que de ellos por inexpertos, por irresponsables, por muchas cosas, pero no es así, la realidad es que la responsabilidad es en gran medida mía y también de usted, amable lector, usted y yo en su momento  recibimos educación, en algunos casos de manera directa y formal, en otros de forma meramente casual  o incluso mediatizada y ahora usted y yo somos quienes la impartimos  y quienes tarde o temprano podremos experimentar las consecuencias de aquello que estamos compartiendo.

Gobiernos corruptos, ciudades violentas, ecosistemas destruidos, todo es resultado de una educación como también lo son ciudadanos solidarios, héroes anónimos que trabajan por la erradicación de la pobreza y personas honestas que siempre buscan  cómo hacer el bien sin importar lo difícil que esto sea.

El puntual y el impuntual ambos recibieron educación aunque no siempre la mejor, el gobernante que hunde a una nación en pobreza e ignorancia y aquel que da la propia vida por sus conciudadanos también fueron educados y al mismo tiempo con su ejemplo educan a quienes atestiguan su paso por este mundo.

Ya lo dijo Jean Piaget: “El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron”

Recordemos entonces que enseñar puede ser opcional pero educar es un deber ineludible de dejar con profundidad en la vida del otro una huella que trasciende. En conclusión, hoy en día urgen hombres y mujeres que sean capaces de entender que su paso por el mundo conlleva un compromiso consigo mismo y con los demás.

[María de la Fe Torres es docente universitaria egresada de la licenciatura en Ciencias y técnicas de la comunicación por la UNIVA y maestra en Gestión del talento humano por la  Universidad Panamericana; imparte diversas materias en el área de comunicación y cuenta con experiencia en periodismo y comunicación organizacional y gubernamental. Crítica, directa, aficionada a la fotografía, es fiel creyente de que se puede hacer de México un mejor país y del mundo un mejor lugar para vivir]

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María de la Fe Torres Parada

Docente universitaria egresada de la licenciatura en Ciencias y técnicas de la comunicación por la UNIVA y maestra en Gestión del talento humano por la  Universidad Panamericana, docente diversas materias en el área de comunicación, con experiencia en periodismo y comunicación organizacional y gubernamental. Crítica, directa, aficionada a la fotografía, fiel creyente de que se puede hacer de México un mejor país y del mundo un mejor lugar para vivir