Millenials y generación Z… los nuevos votantes

  • María de la Fe Torres Parada
Los nuevos votantes. Ellos en buena medida definirán la elección. ¿Sabrán lo básico?

El otro día escuché el dato de que el próximo año 12 millones de millenials mexicanos tendrán por primera ocasión la oportunidad de emitir su voto en unas elecciones presidenciales y lo primero que pensé fue: ¡Qué miedo! Justo después se desencadenó en mi mente una cascada de preguntas que hasta el momento no he podido responder en su totalidad  y que para colmo de males lejos de sentir más tranquilidad solo aumentaron en mí la sensación de incertidumbre que había sentido unos segundos antes.

Las preguntas que me surgieron iban desde: ¿tendrán idea esos futuros electores del peso que representa su participación en los próximos comicios? ¿Tendrán, tan siquiera, el interés de saber quiénes son los posibles candidatos? ¿Estarán los candidatos preparados para contender y gobernar a semejante generación? Hasta cosas como ¿qué le preocupará más a esta futura generación de electores, las propuestas de los políticos o las más recientes actualizaciones del snapchat con sus filtros y efectos?

Sé que esto puede sonar exagerado, pero todos los días convivo con jóvenes universitarios de diversos semestres y carreras que por su edad son millenials, o incluso generación Z los más jóvenes. Apenas  hace unos meses a mis alumnos de un grupo que ya cursa la mitad de la licenciatura  les pregunté ¿saben a qué distrito pertenecen? Solo unos cuantos respondieron que sí y de esos varios me dijeron: ¡al distrito federal!... y yo sentí ganas de soltar el llanto, esos jóvenes que el próximo año van a elegir al próximo presidente de la república no tiene idea de cuáles son los tres niveles de gobierno en México, de la diferencia que existe entre un alcalde y un gobernador  y mucho menos de que todos los mexicanos pertenecemos a un distrito a nivel local y a uno federal. Para muchas personas puede parecer intrascendente pero estoy convencida de que no es así.

Posterior a  la  “letanía” de preguntas  tras escuchar el dato de los nuevos votantes me surgieron algunos cuestionamientos más y creo que lo incómodo de ellos fue que, parte de la respuesta, es mi responsabilidad,  ¿de quién es la culpa de que esta generación de nuevos electores desconozca información tan elemental? ¿De ellos, o de quienes conformamos las generaciones que los anteceden y que muchas veces tampoco sabemos cosas tan básicas? ¿De quiénes es responsabilidad el alto nivel de apatía para atender temas de tanta importancia como la elección de un presidente de la república? ¿De ellos por inmaduros, o de nosotros, sus profesores, padres o amigos mayores, que con nuestro ejemplo les demostramos que cumplir con nuestros deberes como ciudadanos es solo “una pérdida de tiempo, un despilfarro de recursos o un engaño masivo?

Al exteriorizar mi temor alguien me dijo que no se trata de preocuparnos, sino de ocuparnos, y le concedo razón, ya va siendo tiempo de aceptar que la situación de las nuevas generaciones es en gran medida resultado de lo que hacemos o dejamos de hacer aquellos que consciente o inconscientemente somos una especie de ejemplo; el tiempo pasa y falta poco para que nos cobre la factura de nuestras omisiones, porque si bien los jóvenes es de quien en gran medida dependen una serie de importantes responsabilidades cívicas a todos nos tocará afrontar las consecuencias.  Empecemos ya a  formarnos y trabajemos en equipo con las nuevas generaciones de ciudadanos para hacer de este país un mejor lugar para vivir, si no lo hacemos en un tiempo no muy lejano será demasiado tarde.

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María de la Fe Torres Parada

Docente universitaria egresada de la licenciatura en Ciencias y técnicas de la comunicación por la UNIVA y maestra en Gestión del talento humano por la  Universidad Panamericana, docente diversas materias en el área de comunicación, con experiencia en periodismo y comunicación organizacional y gubernamental. Crítica, directa, aficionada a la fotografía, fiel creyente de que se puede hacer de México un mejor país y del mundo un mejor lugar para vivir