El acuerdo Irán –Estados Unidos

  • Román López Villicaña
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El acuerdo alcanzado ayer entre los Estados Unidos e Irán, anuncia más problemas para los países productores de petróleo con grandes necesidades de capital, como: México, Argelia, Rusia, Nigeria o Indonesia. Esto simplemente por el hecho de que el levantamiento de las sanciones impuestas por los Estados Unidos y sus aliados, le permitirán a Irán lanzar al mercado 300 000 barriles de petróleo diarios en el corto plazo y 500 000 en el mediano. Esto obviamente, anuncia que los precios del petróleo se mantendrán abatidos durante muchos años en el futuro y es probable que si para el 2020, los Estados Unidos superan a la Arabia Saudita como primer exportador de petróleo en el mundo, el precio nunca vuelva a alcanzar los 100 dólares el barril, sacando del mercado a todos aquellos productores y campos petroleros que no tengan costos de producción lo suficientemente bajos. Habrá que ver lo costos que alcanzará la producción mexicana en aguas profundas si es que se da.

Este acuerdo, viene a reafirmar la coincidencia de intereses entre los Estados Unidos e Irán que se habían distanciado por la caída del régimen monárquico en 1979, que trajo como secuela la toma de la embajada estadounidense en Teherán y el consecuente enojo de los Estados Unidos que ha tomado varias décadas en olvidarse. Mucho se habrían ahorrado los contribuyentes norteamericanos si en alianza con Irán, sus fuerzas armadas hubieran entrado a Afganistán e Irak. Hoy que dichas aventuras han terminado en sonados fracasos para los estadounidenses, lo que conviene es acelerar el acercamiento entre los dos países a pesar del enojo de cercanos aliados como: Israel y Arabia Saudita.

El enojo israelí y saudita deriva del hecho de que han dejado de ser partes importantes dentro del esquema estratégico de los Estados Unidos en la región. Israel nace casi con la guerra fría y sostuvo su importancia para los Estados Unidos mientras dicha guerra duró. A partir del fin de ésta, poco a poco se ha ido erosionando la importancia de este país como punta de lanza contra la difunta URSS o como garante de los interese de Estados Unidos en esa parte del planeta, de donde los Estados Unidos importaba casi una cuarta parte del petróleo que consumía y gran parte del que consumían sus aliados.

Arabia Saudita por su parte, fue importante como proveedor del petróleo que consumían Estados Unidos y sus aliados, pero esta posición se ha venido desdibujando con el tiempo. Hoy Arabia Saudita va en retroceso. Del mercado de petróleo chino (hoy su principal cliente), será expulsado poco a poco por Rusia, que construye aceleradamente gasoductos y oleoductos desde sus yacimientos en Siberia hacia la frontera china. Por otro lado, su fortaleza financiera se verá mermada con la baja de los precios del hidrocarburo del cual depende absolutamente y las crecientes necesidades del Estado por distribuir la renta petrolera, para mantener el control y la estabilidad política del reino.

Hoy los iraníes y norteamericanos ya colaboran en Irak, donde Irán ha impedido la caída del régimen chiíta iraquí combatiendo a las milicias del Estado Islámico apoyadas por la Arabia Saudita. Esta colaboración, se verá agrandada en la región del Golfo Pérsico donde Irán que es una potencia regional, está llamada a ser la guardiana del orden internacional regional, a pesar de los disgustos sauditas. El orden allí, se puede ver alterado sobre todo en la Isla de Bahrain, donde los sauditas apoyan un régimen sunita minoritario sobre una mayoría chiíta marginada. En Siria, EUA e Irán están llamados a negociar un acuerdo sobre el reparto del poder en el país que satisfaga a todos. Esto es un tanto complicado pues Moscú exigirá un acuerdo que no toque su base naval en el puerto sirio de Tartus.

El entendimiento es pues básico para los Estados Unidos, que se ha visto rebasado y preocupado por el surgimiento del eje Moscú-Pekín que amenaza su expansión en Europa Oriental y su permanencia en el Mar del Sur de China. Un guardián en el Golfo Pérsico le permitirá a los Estados Unidos liberarse de su costosa presencia en Medio Oriente y hacer frente a los movimientos chino-rusos. Si además de esto Estados Unidos logra que Irán no se transforme en una potencia nuclear más, considero que se habrá alcanzado un buen acuerdo pues Irán buscará formar en el Medio Oriente, una zona libre de armas nucleares, que haga de esa, una región pacífica en el mundo.

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