Enamorados del amor

  • Carlos Vázquez Parra
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No es nada raro que cuando uno sale con los amigos, uno de los temas que inevitablemente sale a la luz, es la necesidad de encontrar el amor. Sin embargo, conforme la charla se va desarrollando, nos damos cuenta que en la mayoría de los casos pareciera que estamos más deseosos de una relación que de realmente tener una pareja, es decir, que vivimos enamorados de la idea del amor y no necesariamente de  la realidad objetiva del mismo.

¿Qué significa para nosotros tener una pareja?, ¿qué necesidades esperamos cubrir con la misma? Estas preguntas resultan determinantes antes de comenzar la búsqueda del amor, pues si no estamos conscientes de ello, pudiera ser que pasemos de una relación a otra, sin realmente sentirnos acompañados, y aun teniendo a alguien a nuestro lado, sigamos sintiéndonos solos.

Hay personas que quieren tener una relación, simple y exclusivamente para cubrir una soledad que no encuentran con qué llenar. Esta situación aunque al inicio puede verse medianamente satisfecha, rápidamente genera una pérdida de interés en la relación, pues el individuo se percata que dicho vacío no se llena y que aún en los brazos de alguien tal sensación sigue estando presente.

Este enamoramiento del amor, puede desencadenar serias complicaciones. Por ejemplo, cuando una persona no tiene claro lo que pretende al tener una relación, suele volverse muy exigente al momento de tener una pareja. Son las típicas personas que cuando están solteros dicen que harían lo que fuera por estar con alguien, pero que cuando están de novios, se vuelven  escrupulosos con  lo que esperan de la otra persona. Lamentablemente, no llegamos a apreciar lo que la pareja puede darnos, sino que esperamos que nos dé, aquello especifico que nos hace falta, y eso lamentablemente es muy complicado.

Otra situación que se da por este tema, es que se perciba a la relación simplemente como una necesidad de las muchas que tenemos por ser cubiertas, viendo a la pareja como ese algo que necesitábamos para ser feliz y no como una interacción en la que ambos participan. Recuerdo a una paciente que llegó incluso a despersonalizar a sus pareja a tal nivel, que ponía muy poca atención a la persona en sí, pues lo realmente importante era el estar en una relación. Esta situación la llevaba a mostrar mucho interés al inicio del noviazgo, pero una vez que se configuraba la pareja, se volvía fría y distante, pues así como un check list, para ella su objetivo ya estaba cumplido.

Enamorarnos del amor y no de una persona es un malestar que debemos aprender a identificar y evitar, porque una relación debe sustentarse en el intercambio mutuo y no en un deseo egoísta de satisfacer nuestras necesidades de afecto. Cuestiones como repetir los pasos dados con nuestras anteriores relaciones, usar apodos o sobrenombres que ya habíamos utilizado con otras parejas o incluso, querer manejar reglas, tiempos o lugares que ya hemos usado, son claras señales de que lo importante pudiera no ser la persona en sí, sino lo que representa.

Despersonalizar a la pareja o bien, seguir con ella a pesar de reconocer que no es lo que queremos, nos hace pensar que detrás de los problemas o la falta de afecto hay algo mayor, ya sea el miedo a la soledad o el terror de volver a estar en la banca de los solteros. Después de cierta edad, la sociedad misma empuja a que las personas adquieran un compromiso casi como algo obligatorio, sin embargo, debemos comprender que las relaciones emocionales no pueden configurarse como un insumo que podemos consumir, pues si esto fuera así, no importa la marca sino el producto, llevándonos a una clara deficiencia sobre lo que realmente es una relación.

Recordemos que el amor es una relación emocional que se da entre dos personas; no es un servicio a la carta o un bufete que tenga el simple objetivo de satisfacer nuestra hambre de compañía. Aprendamos a degustar la experiencia de cada una de nuestras relaciones, no solo llenándonos con lo primero que tengamos en frente, porque esto lamentablemente puede ocasionarnos una destructiva indigestión amorosa.

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Carlos Vázquez Parra

Es Doctor en Estudios Humanísticos, así como Maestro en Educación y Licenciado en Psicología y Derecho. Cuenta con variados artículos académicos, así como ha participado en múltiples congresos a nivel nacional e internacional. Es autor de cinco libros originales que versan sobre temas como la elección racional, la búsqueda del amor y la modificación de las creencias. Actualmente trabaja en su sexto libro y labora como profesor investigador del área de ética del Tecnológico de Monterrey.