Un día que pasó de noche

  • Juan Manuel Aguilar

En ocasión de la conmemoración del Día Internacional del Medio Ambiente y el mal tiempo de todo el fin de la semana pasada, se me ocurrió revisar cuáles fueron los discursos de las instancias oficiales respecto de sus políticas y acciones de protección al ambiente y los efectos del irreversible cambio climático.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la atención en el Día Internacional del Medio ambiente, se focalizaría en los países en el amplio contexto del tema del cambio climático.

En nuestro país, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México presentó el Programa y Estrategia Local de Acción Climática de la Ciudad de México 2014-2020, para aumentar la capacidad de adaptación de la ciudad a los efectos nocivos derivados del aumento de temperatura mundial, que busca según se declaró, reducir 10 millones de toneladas de contaminantes causados por el uso excesivo de combustibles fósiles como el petróleo y el gas (bióxido de carbono). La reducción es comparable a que todos los vehículos de la Ciudad de México dejaran de circular 24 horas al día durante 10 meses y medio, algo así como una reforestación y cuidado durante 50 años de más de 21 mil árboles. Se anunció además que para finales de este año, se contará con tres estaciones más de Monitoreo Atmosférico vinculadas con la medición del carbono.

El programa de la Ciudad de México consta de 74 acciones y abarca 7 ejes estratégicos. Incluye temas inéditos como: La Equidad de Género, Derechos Humanos, Aumento de la resiliencia (capacidad de adaptación a fenómenos catastróficos), además de que se cuenta según se dijo, con metas muy claras para atender esta problemática y preparar a la población para enfrentar debidamente los efectos del calentamiento global y sus consecuencias.

Cuando busqué en los medios locales de información algunas notas sobre la misma conmemoración, fue desilusionante reconocer que tenemos una pila de instancias de gobierno que ocupan gran parte del presupuesto público en materia ambiental, comparado con los pobres resultados de su ejercicio. Por ejemplo, la Delegación en Puebla de la SEMARNAT, la Gerencia de la CONAFOR y la XXV Zona militar anunciaron que se conjuntan para sembrar 800 árboles en todo el estado (El sol de Puebla. 6/06/14). Imagine usted respetable lector, la carga de trabajo: un poco más de tres árboles por municipio.

En el plano estatal, el gobierno del estado entregó 6.8 millones de pesos a los municipios de Amozoc y Puebla para la adquisición de 5500 estufas ahorradoras de leña, como “acciones concretas para mejorar el entorno en que vivimos” (Periódico Cambio. 6/06/14). Este anuncio me extrañó, porque tratándose de municipios metropolitanos, acaso la política pública se hubiese orientado a rescatar a esos hogares de tal práctica, pues su operación diaria significa una seria presión sobre los ya muy escasos recursos forestales en esta zona.

En el plano municipal, el alcalde, quien por cierto recién asistió a un coloquio de ciudades sustentables en Francia, hizo un llamado a los poblanos a separar la basura y mantener las calles limpias (Cambio. 6/06/14). Imagine usted al gobierno de nuestra ciudad con todo y una Secretaría de Medio Ambiente, con tan complicado programa.

En fin, la sugerencia de la ONU para orientar los esfuerzos de gobierno sobre protección ambiental y efectos del cambio climático, en Puebla se encontró con una complicada, costosa e ineficiente estructura administrativa que carece de interés por conocer los alcances del tema.

La instancia que dio a conocer acciones locales mejor planeadas, sin duda fue la oficina en Puebla de la Comisión Nacional del Agua, que explicó la estrategia con la que se está rescatando la eficiencia operativa de las plantas de tratamiento a lo largo del cauce del río Atoyac, pues después de rehabilitarlas, devuelve el agua tratada a los usuarios locales.

Qué deseable sería que el gobierno de Puebla pudiera darse cuenta del grave daño que representa para la población, el que se mantenga omiso ante eventos tan serios como son los efectos del cambio climático que ya estamos experimentando. Eso se buscaba con el Día Internacional del Medio Ambiente. 

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Juan Manuel Aguilar

Consultor independiente e Ingeniero en Ecología. Cuenta con una maestría en Estudios Regionales de Medio Ambiente y Desarrollo, y es Doctor en Medio Ambiente y Territorio. Ha sido Presidente del Colegio de Profesionales en Medio Ambiente y Desarrollo, A.C., Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Ecología del Estado de Puebla e integrante del Consejo Ciudadano de Ecología del Municipio de Puebla.