A quién puede creer la sociedad

  • Juan Manuel Aguilar

El complejo cúmulo de dificultades sociales que comúnmente provoca inquietudes o desasosiegos en los ciudadanos, justifica para ellos la búsqueda de información oportuna y confiable que le permita formarse criterios o evaluar alternativas para así adoptar actitudes y/o conductas que les ayuden a gestionar su futuro con cierto grado de éxito.

Una forma de obtener información actualizada es acudir directamente a la fuente pública o privada que la genera. Ciertamente esta no es una opción al alcance de la mayoría de la población. Otra forma es informándose a través de los medios de difusión públicos y/o privados: Periódicos y revistas impresos, radio, televisión, periódicos, internet; sin embargo, en estas opciones a excepción de internet, la pre-interpretación de los datos por parte de los medios es un riesgo permanente que hace desconfiar de los contenidos. La red de internet en cambio, es una alternativa que permite la comparación inmediata de la información.

Soy de los que piensa que en Puebla las alternativas de información a través de los medios no cumplen con la función social de poner la realidad al alcance de los ciudadanos. No es ninguna novedad descubrir que la totalidad de los medios radiofónicos y televisivos locales, además de la mayoría de la prensa escrita, son verdaderos instrumentos de propaganda del gobierno. Sí, exactamente como en los regímenes totalitarios, en los que no se tolera la crítica directa y a la sociedad sólo se le permite saber lo que al gobernante conviene, limitando con ello la posibilidad creadora de los ciudadanos para diseñar el camino de su futuro y el de sus descendientes.

Este largo preámbulo viene al caso cuando se lee la más reciente y triunfalista versión del discurso oficial estatal durante la semana anterior, respecto de sus “logros”, esos que han permitido la “transformación”  de Puebla. Si a este discurso se le compara con la información expuesta por investigadores, académicos y expertos en el foro Crisis Ambiental en la Zona Conurbada de la ciudad de Puebla, organizado por el Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana Puebla, surge una razonable duda.

Al tiempo en que los boletines oficiales festinaban los logros en de la administración estatal, se exponía en el campus universitario que tan sólo en la región hay un déficit de 471,981 toneladas de maíz para satisfacer las necesidades de alimentación de la población y que esa demanda se satisface importando maíz transgénico; que a este escenario se debe suma el resto de los cultivos que integran la canasta básica para la alimentación de la población. En síntesis, tenemos un horizonte de insuficiencia alimentaria que está documentado por el CONEVAL.

Las causas del déficit según el reporte, obedecen principalmente a deficientes políticas públicas en materia de usos de suelo y  de agua,  tanto como en materia agrícola y pecuaria. El número de poblanos desplazados y convertidos a situación de pobreza continúa en aumento. La asistencialista Cruzada Contra el Hambre no podrá revertir la tendencia. Es con empleo, trabajo, apoyo crediticio, tecnología, organización, comercio justo y estímulos económicos dirigidos a la productividad, dentro de una estrategia integral donde los productores se conviertan en los principales autores y actores de su desarrollo.

En materia de agua los investigadores señalaron los desaciertos, ineficiencias y futuros conflictos derivados de la equivocada planeación estatal para asegurar la disponibilidad y calidad del agua demandada por los poblanos, citando los costos ambientales y sociales involucrados. En esa misma semana los medios locales de difusión daban cobertura a una carrera de patitos de hule en el cauce del río Atoyac para adquirir conciencia ambiental y de paso, recaudar dinero a pesar de que se han invertido en un pequeño tramo del cauce, más de 600 millones de pesos sin que se haya logrado depurar una sola gota de la contaminación que sufre.

También la semana pasada los medios locales de difusión magnificaban la enésima firma de coordinación entre corporaciones de seguridad pública para atender la zona conurbada de la capital del estado, mientras que en el foro universitario arriba citado se descubrían las razones de la imposibilidad actual de las autoridades para dar cobertura de seguridad a la población, que padece los embates reiterados de la delincuencia organizada. Entre otras porque no hay policías.

En esa semana también los boletines oficiales ampliamente difundían la noticia de la extensión de la vida útil del relleno sanitario, cuando en el foro mencionado se reportaban los límites y riesgos ambientales documentados de esta iniciativa.

Cuenta aparte es el tema de la crisis socioambiental provocada por la falta de control en los usos de suelo en una zona sobre-regulada como lo es la conurbada de la capital del estado. Desplazamiento de población, abandono de parcelas, presiones urbanas sobre una población rural, carencia de infraestructura, servicios y equipamiento urbanos fueron señalados en el evento universitario. En contraparte la administración estatal declaraba que se regularizaría el uso de suelo en San José Chiapa con estudios encargados a una firma extranjera. Esto me llama la atención porque el suelo allá no estaba irregular; fue la violenta e improvisada intervención estatal que decidió cambiar los usos de suelo sin analizar previamente las consecuencias sociales, urbanas y ambientales que están ya expuestas. Hoy se vuelve a improvisar para resolver los problemas que surgieron de improvisaciones.

Ante el peso de estas escasas referencias de apenas la semana pasada, no puedo dejar de preguntarme: ¿Qué parte de la historia poblana actual le corresponde cumplir a los medios locales de difusión? ¿A dónde puede acudir la sociedad hoy en crisis, para obtener la información veraz que necesita para decidir sobre su futuro sin arriesgarse a ser engañada?

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Juan Manuel Aguilar

Consultor independiente e Ingeniero en Ecología. Cuenta con una maestría en Estudios Regionales de Medio Ambiente y Desarrollo, y es Doctor en Medio Ambiente y Territorio. Ha sido Presidente del Colegio de Profesionales en Medio Ambiente y Desarrollo, A.C., Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Ecología del Estado de Puebla e integrante del Consejo Ciudadano de Ecología del Municipio de Puebla.