De sumo peligro, incongruente y hasta censurador resulta leer el apartado que se refiere el uso de internet en la iniciativa de la Ley de Telecomunicaciones.

La primera interpretación que surge después de una lectura pausada de cada artículo propuesta en la presunta ley, evidencia el trasfondo que se pretende imponer con el fin único de blindar la figura presidencial y al Gobierno de la República.

El análisis no es difícil definirlo si hacemos una retrospección sobre el manejo que se ha dado no sólo a la figura del Presidente Enrique Peña Nieto y a su gobierno en el mundo del social media.

Los desaciertos, memes, burlas, incongruencias, errores, confusiones  han pasado a formar parte de la picaresca nacional, donde no se puede evitar hacer mofa del máximo mandatario.

Desde su campaña presidencial, una de las grandes debilidades del gobierno en turno fue el manejo que se dio a su imagen vía redes sociales, páginas web, videos en Youtube y cuanta herramienta tecnológica pudieron utilizar para intentar lo que fue una marabunta de ataques y cuestionamientos estratégicamente difundidos en internet y cuyos alcances sí lograron golpear en diferentes momentos la campaña del entonces candidato.

A pesar de contar con un buró de expertos para el manejo y posicionamiento en Internet, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha enfrentado sus peores momentos justamente desde las críticas que han surgido a partir de Twitter, Facebook y Youtube.

Los candados que hoy se pretenden imponer en una Ley de Telecomunicaciones ya de por sí cuestionada por todos los amarres políticos y empresariales que representa, nos pone en alerta para pensar que el Gobierno de la República pretende cerrar las puertas sobre todo a esa información que hoy es sumamente poderosa y que parte fundamentalmente de los propios ciudadanos que ejercen su derecho a la libre expresión y uso del internet para difundir, expresar opiniones o manifestar desacuerdos.

El “cuento” de la definición del rumbo de las tecnologías de la información en México, parece más un discurso ensayado desde finales del año pasado por Alejandra Lagunes, flamante Coordinadora de la Estrategia Digital Nacional.

Tener un “apretado control” sobre la proveeduría de internet en el país, así como la posibilidad de bloqueos de señales cuando “esto se amerite” encienden sin duda alguna los focos rojos para preguntarnos quién sería el talentoso estratega de esta propuesta que seguramente no pensó en tecnología, sino en censura y control de contenidos e información.

Las críticas no se han hecho esperar, sobre todo para revelar un trasfondo a todas luces claro, la incomodidad del gobierno federal hacia las críticas y su incapacidad para responder y hacer frente con una estrategia digital que revierta lo que hoy es innegable: El principal verdugo de Enrique Peña Nieta es…….el internet.

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