Semana santa

  • David Bravo Cid de León

La globalización, en alguna manera une, en vivo y en directo se puede presenciar lo que sucede en cada parte del mundo pero no se puede participar en tales, acontecimientos y sucederes que podemos ver. Sin embargo hay cosas y eventos  que se mundializan, tal es el fenómeno sociológico, comunitario y social de la Semana Santa. Unos la guardan con devoción y reverencia, otros la profanan dándose a las pasiones  sin freno, pero todo el mundo la guarda, unos para bien, otros para mal.  El pensamiento de que el tiempo existencial es limitado irrumpe y a todos nos hace pensar en el final inevitable.  Y surge otro interrogante inevitable ¿cuando y como sucederá el fin de los tiempos?, esta auto-interpelación no encuentra respuesta, como no tiene respuesta el interrogante ¿ cuando y como terminara mi existencia en este mundo?.

Ni los mequetrefes que se consideran adivinos, ni los racionalistas radicales, ni los indiferentes, ni los avances sorprendentes de la ciencia y de la técnica, ni las investigaciones mas acuciosas y penetrantes pueden responder a tales cuestinamientos, ni los devotos del materialismo, ni los adictos al individualismo se libran de topar con los misterios del fin trascendente de la vida humana y del invencible acontecimiento de la muerte. En toda la historia de la humanidad no hay noticia de que alguien haya podido vencer la muerte que es consecuencia del pecado. Que hay muertos que transitan por el mundo es muy cierto; son los que padecen muerte en el espíritu, no admiten que hay juicio en el que se disfrutara del premio alcanzado o el castigo merecido en la eternidad que jamás termina.

El sentido originario de la Semana Santa aun persiste vigoroso y pertinaz en la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en el misterio de la salvación de los hombres. La misericordia como fruto generoso del amor de Dios a los hombres- {en la noción de hombre y de mujer] - es infinitamente infinita y además es eterna.  En este contexto la relación entre Verdad (Cristo) y libertad (libre albedrio) nos pone de manifiesto que  solo la Verdad puede iluminar la inteligencia y la conciencia para que cada quien  [ por su libertad y responsabilidad personal] sea capaz de normar su vida y conducta procurando hacer el bien y evitando hacer el mal generar el mal.

Los muertos que caminan por el mundo esclavizados son los que tienen muerte en el alma, si llegaran a usar de su libertad en el significado de libertad y no de libertinaje, si por su libre albedrio adquieren la posibilidad de tener mérito y esperanza en la salvación, si por su libertad y la recta razón intentan comprender que el sufrimiento, la angustia, la desolación son vencidos por el Amor del Dios que, en el extremo de su amar a los hombres, permitió que su único hijo JesuCrieto sufriera torturas, desprecios ofensas, vejaciones, humillaciones y ser matado por los enemigos de la Verdad pero que con su Resurrección venció a la muerte posibilitando que los pecadores, reconciliándose con su Dios, entrarían, como el hijo prodigo, en en la misericordia de Quien es Camino, Verdad y vida..

El entendimiento nunca se acaba de acabar porque  es una facultad del alma y el alma es la forma sustancial del cuerpo del hombre, Dicho de otro modo un cuerpo sin alma entra en la putrefacción a las 72 horas; un alma sin cuerpo es un espíritu intangible pero no es un hombre. [en la connotación de hombre y mujer].  Este compuesto de cuerpo y de alma-, o sea, el ser humano- recibe su dignidad que le es inherente a el por haber sido creado a imagen y semejanza de su Creador y por haber sido redimido por la sangre de Cristo; misterio que se conmemora en la también llamada Semana Mayor

En la Semana Santa, tanto en los incrédulos, como en los creyentes o en los indiferentes, mientras tengan vida están las preguntas inmóviles, persistentes, inevitables porque nunca se acallan, y solo deja el entendimiento de formularlas cuando la muerte física y biológica le pone fin a la existencia. Cito aquí a Juan Pablo II en su mensaje urbi et orbi titulada VERITATIS EXPLENDOR pag 49……..<<<<¿ QUE ES EL HOMBRE?, CUAL ES EL SENTIDO Y EL FIN DE NUESTRA VIDA? QUE ES EL BIEN Y QUE ES EL PECADO? CUAL ES EL ORIGEN Y EL FIN DEL DOLOR? CUAL ES EL CAMINO PARA CONSEGUIR LA VERDADERA FELICIDAD?  QUE ES LA MUERTE, EL JUICIO Y LA RETRIBUCION DESPUES DE LA MUERTE?, CUAL ES, FINALMENTE, ESE MISTERIO UNICO E INEFABLE QUE ABARCA NUESTRA EXISTENCIA, DEL QUE PROCEDEMOS Y HACIA EL QUE NOS DIRIGIMOS?<<<<<.

La persona humana, por su misma naturaleza, tarde o temprano se reconoce estar  frente a estos interrogantes que le exigen una personal respuesta. La Semana Santa es ocasión propicia para pensar en esto.  De dichos interrogantes, tampoco se ven libres quienes a pretexto de las ¡ vacaciones de semana santa! se entregan a la satisfacción de sus instintos, pasiones y a las  miserias que degradan a la persona; ¿ por qué? Pues, porque no pueden suprimir la cruda moral que les sobreviene. Esta crea inevitablemente un vacio, a veces insoportable, que  los encamina a la desolación por la  carencia de valores y de  respuestas que puedan evitar la  esterilidad espiritual.  Algún poeta dijo: conciencia nunca dormida que al Sumo Hacedor le plugo que fuera, a la vez, juez y verdugo.

                   david bravocid@yahoo.com

 

 

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