En esta cuaresma del 2014 la mentalidad, predominante, de estos tiempos  perfila dos escenarios: I- (-El de la diversión, de los excesos, de la autodegradación individual y voluntaria; y 2-)- El de la reflexión que busca la superación personal por el control de nuestras miserias y debilidades de la condición humana. No existe acto humano que no sea consecuencia del ejercicio de la voluntad; voluntariamente nos auto degradamos y voluntariamente nuestro esfuerzo se encamina a la afirmación de nuestra dignidad como personas.

Quiérase o no, *la voluntaria autodegradcion *desemboca en el sufrir las consecuencias de usar la libertad como libertinaje; y este sufrir se presenta en los dos ámbitos propios de la persona: el corporal, o sea en el cuerpo fisco, y en el del espíritu sea el alma. Aquel trae como consecuencia la debilidad ante el sufrir del cuerpo, este trae como consecuencia el sufrimiento moral.  El cuerpo va aniquilando sus naturales resistencias a medida que el desenfreno en los vicios crece; el alma va reafirmando la dignidad de ser persona a medida que avanza en el vencimiento personal que es fruto de la práctica de los valores y de las virtudes.

Son inevitables las consecuencias de los comportamientos humanos, o sea, de las conductas personales; y estas se dan en lo individual y en  lo social, porque la sociedad la hacen los humanos. Después de una borrachera o una drogada, o un exceso en el comer, en el beber, en la satisfacción de los instintos, el cuerpo sufre las consecuencias y el individuo no tiene más remedio que soportarlas; pero el reclamo de la conciencia genera el sufrimiento moral, o sea, el dolor del alma; aunque se niegue y se disfrace, este dolor, por fuerza, también, se tiene que soportar.

En ambos casos el sufrimiento existe, sea provocado por el mal o sea provocado por el dolor del alma. Y en ambos casos se manifiesta el sentido del sufrimiento. En el documento escrito por Juan Pablo II titulado

 EL SENTIDO CRISTIANO DEL SUFRIMIENTO HUMANO

En su apartado II dice(pag 6):<<<>>>> El hombre sufre de modos diversos, no siempre considerados por la medicina, ni siquiera en sus más avanzadas manifestaciones.   El sufrimiento es todavía más amplio que la enfermedad, más complejo y a la vez aún más profundamente enraizado en la humanidad misma. Una  cierta idea de este problema nos viene de la distinción entre sufrimiento físico y sufrimiento moral.  Esta distinción toma  como fundamento la doble dimensión del ser humano, e indica el elemento corporal y espiritual como el inmediato o directo sujeto del sufrimiento.       Aunque se puedan usar como sinónimos , hasta un cierto punto, las palabras *sufrimiento y dolor*, el sufrimiento físico se da cuando de cualquier manera *duele el cuerpo*, mientras que el sufrimiento moral es el *dolor del alma*      Se trata, en efecto del dolor de tipo espiritual y no solo de la dimensión *psíquica* del dolor que acompaña tanto el sufrimiento moral como físico        La extensión y la multiformidad del sufrimiento moral no son ciertamente menores que la del físico; pero a la vez aquel aparece como menos identificado y menos alcanzable por la terapéutica. >>>><<<´La elocuencia y profundidad de las palabras de Juan Pablo II son irrefutables y aleccionadoras.

La conciencia como facultad del alma siempre acusa. Se calla cuando el cuerpo está muerto. Hay una frase que revela la tragedia de perder el sentido del pecado y el sentido del sufrimiento, y dice; en el mundo caminan muchos hombres que viven muertos. La cuaresma invita a descubrir que el amor del Redentor del hombre ha vencido el sufrimiento generado por el mal  y ese mismo amor ha vencido a la muerte en la RESURRECCION de JESUCRISTO PARA LA SALVACION DE LOS HOMBRES.

                                                                                         davidbravocid@yahoo.com