La violencia en Venezuela
- Raymundo Alfaro Pérez
No se necesita de mucha deliberación para responder a la pregunta sobre quienes están financiando y orquestando la desestabilización del régimen del presidente Nicolás Maduro en Venezuela. En este país hermano de Latinoamérica hay un proyecto claro de gobierno, que marcha hacia la consolidación de la Revolución Bolivariana con orientación socialista y eso es algo que el imperialismo norteamericano y sus aliados de la derecha internacional no van a tolerar. Y por eso recurren a todas las argucias que desde el poder económico les permite realizar en nombre de la democracia. Lo primero es aprovechar la existencia normal del disenso político, y de esa manera propagar la división entre la población y así lograr los extremismos sociales sustentados en el odio y el terrorismo que se les inculca como único medio para rescatar, lo que según ellos está en desastre.
Lo segundo es tener voceros radicales con un buen uso del lenguaje de doble moral: por un lado mostrándose defensores de la paz, pero por otro con una facilidad retórica de mezclar los términos “no queremos la violencia, y si esta se da será responsabilidad del gobierno”, como si no se supiera que cuando se invoca la paz a toda costa, lo que realmente se está preparando es la guerra, y eso pasa cuando se utiliza a sectores como el estudiantil y se les convoca a la protesta, donde se insiste en el discurso de que la solución a los problemas de Venezuela, es sacar al gobierno elegido democráticamente, convirtiéndose entonces la manifestación en el medio idóneo para que los paramilitares, los francotiradores, los infiltrados y provocadores haciéndose pasar como ciudadanos inconformes desaten la violencia, el caos y la muerte, y aprovechando la confusión logren escabullirse de la justicia.
Es claro que la historia registra varios acontecimientos preparatorios para que se dieran golpes de Estado en nuestro continente, que se iniciaron con estas prácticas pensadas desde las oficinas del Pentágono y la CIA. Y si no, ahí están los casos de Jacobo Árbenz Guzmán, presidente de Guatemala (1951-1954), mismo que fue derrocado por un golpe de Estado dirigido por el gobierno de Estados Unidos y ejecutado por la CIA. Y qué decir del proceso de gobierno constitucional y democrático emprendido por Salvador Allende en Chile, el cual fue detenido el 11 de septiembre de 1973 con el golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet, instaurándose así uno de los períodos más crueles y terribles de la historia chilena, y donde la intromisión y asesoría de la CIA estaría detrás de este lamentable hecho.
El caso del presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera, que pereció el 24 de mayo de 1981, en un dudoso accidente aéreo, junto con su esposa Martha Bucaram Ortiz, el Ministro de Defensa, su esposa. En total, nueve ecuatorianos condenados a muerte por los designios imperialistas, y de nueva cuenta la CIA volvería a ser señalada como la autora material e intelectual de este magnicidio de Estado. Dos aspectos relevantes hay que mencionar de este patriota ecuatoriano Una: que logro reunir a los presidentes elegidos de manera democrática de entonces de Perú, Venezuela y Colombia para que junto con Ecuador se firmara la llamada Carta de Conducta en donde se abogaba el principio de justicia universal en materia de protección a los derechos humanos y el principio de no intervención. Acontecimiento que no gusto al gobierno de Estados Unidos. Y por otro lado cuando tomo posesión en 1981 Ronald Reagan se negó a asistir, aun cuando lo había invitado el presidente saliente James Carter. Pero el gobierno de Ronald Reagan seria nuevamente señalado de utilizar a la CIA para asesinar al presidente de Panamá Omar Torrijos, el cual perdió la vida cuando el avión en que viajaba estallo el 31 de julio de 1981, solo tres meses después de la muerte del presidente de Ecuador Jaime Roldós Aguilera.
Al revisar la historia de los Estados Unidos, desde sus orígenes, destacando por supuesto la llamada Doctrina Monroe y su emblemática frase “América para los americanos”, la cual patentizaba la política imperialista y colonial que emprendería en el continente en el siglo XIX. Damos un salto en este proceso histórico al momento en que una vez terminada la guerra fría y por supuesto la amenaza del comunismo, se hace necesario para los Estados Unidos y sus aliados, crear los pretextos para adecuar a la posmodernidad la Doctrina Monroe para que proteja al neoliberalismo y sus bondades ideológicas de libre mercado capitalista. Si las condiciones de hoy fueran las de los años 70s u 80s del siglo pasado, Hace rato que Venezuela estaría ya invadida por los marines norteamericanos, pero ahora las circunstancias geopolíticas, económicas y sociales son diferentes y las cosas no son tan fáciles para los guardianes del mundo en Latinoamérica. Por ello recurren a los grupos de presión como carne de cañón para desestabilizar primero y después con el pretexto de la ayuda humanitaria intervenir. De esta manera el gobierno que representa Nicolás Maduro, tiene una enorme responsabilidad histórica de dirigir a su patria bajo los designios del chavismo, y por lo tanto se encuentra en una encrucijada, donde no solo están los intereses de los venezolanos, sino que ahí están presentes y haciendo su guerra sucia los Estados Unidos y sus agencias de inteligencia para ver si se puede derrocar a un gobierno legítimo que les estorba y que hay que quitar utilizando todos los medios, incluso matar inocentes.