En memoria

  • Fernando Rojas Cristerna

 

No me deja pasar el guardia.

He traspasado el límite de edad.

Provengo de un país que no existe.

Mis papeles no están en orden.

Me falta un sello.

Necesito otra firma.

No hablo el idioma.

No tengo cuenta en el banco.

Reprobé el examen de admisión.

Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.

Me desemplearon hoy y para siempre.

Carezco por completo de influencia.

Llevo aquí en este mundo largo tiempo.

Y nuestros amos dicen que ya es hora

de callarme y hundirme en la basura.

 

José Emilio Pacheco 1939-2014

Lo conocí de joven y lo hice mi amigo sin que él lo supiera.  Me atrajo, sin ser conocedor, su forma de escribir.

Me apasionaba su forma de relatar la historia de los héroes pequeños, aquellos que no registra la gran historia, pero que dan verdadero sentido a la vida nacional.

Compraba entonces el viejo semanario Proceso, no el actual tan trivial, y empezaba a leerlo por las últimas páginas buscando la reflexión que cada 7 días hacia sobre algún tema, y por qué no decirlo me desalentaba cuando no encontraba su artículo.

La vida me dio la oportunidad de conocerle, cuando tuve el enorme privilegio de entregarle la Cédula Real en representación del Dr. Enrique Doger, entonces Presidente municipal, acercándome para confesarle mi admiración por su obra y para que revisara mi escrito que hablaba sobre su vida y el poema al que daría lectura.

Bastaron unos segundos para conocer su humildad y enorme bondad cuando tomó  mis anotaciones y como maestro de escuela me hizo las correcciones pertinentes, al tiempo que explicaba que en muchas ocasiones sus poemas eran mal transcritos y había necesidad de revisarlos siempre, cosa que realmente sucedió.

Hablamos; o mejor dicho habló, porque no me permití interrumpirle, del gusto de estar en Puebla, de lo bello de nuestra casa y de lo mucho que le gustaba, así como la enorme satisfacción que le daba recibir el título de Visitante Distinguido, mostrándose tan entusiasmado como si fuera el primer premio, de tantos, recibido.

Se nos va dejándonos el ejemplo de su congruencia entre su actuar y pensar. Firmante de una demanda de amparo junto con otros intelectuales notables para impedir el robo de los recursos de la nación; lo que nos confirma que los mexicanos no somos los equivocados, sino que el mal está en la clase política partidista que se ha adueñado del poder soberano de la nación.

El poema que da inicio a nuestra reflexión nos confirma la vigencia de su pensamiento, pero no sé si esté mal transcrito...¡me hubiese gustado preguntarle nuevamente!

Descansa mi querido JEP.

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Me permito enviar un afectuoso saludo a la familia y amigos cercanos de nuestro entrañable hermano Don Armando Pérez Montaño; Director y Fundador del periódico digital Oaxaca Ya.

Reconocido periodista en ese precioso estado, cuya plática de sus experiencias en el notable oficio periodístico resultaban tan agradables; además de ser un amplio conocedor de los entramados de la política nacional en tiempos del viejo, y hoy renacido, PRI.

Descanse en paz mi querido hermano... ¡Misión cumplida!

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