El Cine en México, como muchas otras industrias, ha sufrido cambios a los que llamamos “disruptivos” que son  generados por las nuevas tecnologías, cambios en el comportamiento de los consumidores y la intensidad de la competencia global.

En la década de los 80  llegaron a asistir al cine más de 450 millones de personas, lo que representaba en promedio que un mexicano asistía al cine un poco más de 6 veces por año. La masificación de la televisión, la televisión por cable y de paga,  la popularización del video y posteriormente de otros esquemas digitales como el DVD y el Blue-Ray  así como la reciente oferta de películas por Internet (AppleTV, Netflix, etc.) , cambiaron para siempre la forma en que los mexicanos vemos las películas.

Las consecuencias han sido brutales: en 2012 asistieron al cine únicamente 228 millones de personas y el número de veces que asistimos al cine bajó a menos de 2 veces al año. Hoy en Estados Unidos se asiste en promedio 4 veces año al cine, pero en Argentina, Chile y Brasil menos de 1; los chinos van al cine 1 vez cada tres años.

Sin embargo y a pesar de haber tocado fondo en el año 2000, la asistencia al cine en México tiene una tendencia a la alza y está en franca recuperación. La consolidación  de cadenas como Cinépolis, Cinemex y Cinemark que concentran el 85% de las pantallas disponibles ha permitido mejorar la infraestructura logrando segmentar el mercado con opciones como las salas VIP e incluso llegar a poblaciones más pequeñas como en el modelo de negocio de la cadena poblana Cinemagic que ya es por cierto, la cuarta del país.

La producción y exhibición de películas mexicanas tiene ya cierta presencia, pero ante la apabullante oferta de los “blockbusters” producidos en Hollywood, su asistencia queda siempre marginada por el número de salas y copias que pueden ofrecer. En 2012 la asistencia a películas mexicanas fue de 10.9 millones, un 4.7% del total. El lanzamiento en 2013 de la película Nosotros los Nobles que ha sido la más taquillera de las mexicanas en toda la historia con 6.3 millones de invitados en ingresos por más de 300 millones de pesos puede ser una señal que hay oportunidades para guiones bien logrados como el de Alazraki.

La educación formal en materia cinematográfica empieza a crecer en México; hoy existen 50 instituciones con interesante oferta académica, de las cuales 5 son públicas y 45 privadas. Creo que es estudiar cine hoy puede ser una excelente opción de vida profesional para los chavos que sean creativos y que puedan desarrollar personajes tan divertidos y petulantes como Barbie Noble o únicos como el chofer del micro “A que no me pasas…”

herberto.rodriguez@upaep.mx

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