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No al fracking, promesa rota de AMLO que dañó Puebla y Veracruz
“No usar métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza”, fue una de las cien promesas que Andrés Manuel López Obrador garantizó el 1 de diciembre de 2018 ante un zócalo repleto en la Ciudad de México.
Mil 822 días y más de 45 mil millones de pesos destinados a proyectos de fracturación hidráulica después, Puebla es la segunda entidad federativa con más pozos perforados a través de esta técnica en el gobierno de López Obrador, que ondeaba una lucha ambientalista, de acuerdo con Alianza Mexicana Contra el Fracking (AMCF)
El gobierno de AMLO destinó recursos públicos desde 2018 para la activación de tres pozos petroleros en el activo Aceite Terciario del Golfo (ATG), un complejo ubicado en la zona norte del estado de Veracruz y en Puebla.
Hasta este año, la Alianza Contra el Fracking tiene registrados 233 pozos de fracking en Puebla, lo que ha alterado el régimen de lluvias en un área donde ya había estrés hídrico; además, la creación y uso de estos pozos ha dejado a más de 444 mil habitantes sin servicio de agua potable.
En el recorrido realizado por la AMCF del 10 al 14 de octubre se inspeccionaron los pozos Pankiwi, en el ejido El Tablón, en el municipio de Pantepec, y las plataformas de perforación número 24 en el Campo Coapechaca y Campo Agua Fría 3, ambos en el municipio poblano de Venustiano Carranza.
“El fracking se está desarrollando principalmente en Veracruz y en Puebla, pero también se desarrolla en Tamaulipas. En Nuevo León se desarrolló hace unos años, también se desarrolló en Coahuila”, señaló Alejandra Jiménez a e-consulta Veracruz.
López Obrador afirmó apenas en junio de 2023 que negó al titular de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Octavio Romero, un permiso para la exploración de un pozo petrolero por medio de fracturación hidráulica en Poza Rica. “No, al fracking no”, sentenció.
Aunque la Comisión Nacional de Hidrocarburos admitió en 2020 que se realizaron seis asignaciones petroleras con planes de exploración en yacimientos no convencionales y que se habrían perforado por lo menos 27 pozos horizontales con fracturación hidráulica en el país.
“Ya no le quieren llamar fracking, le están llamando estimulación hidráulica y creen que por eso ya es distinta, pero no, son las mismas afectaciones y el mismo impacto y, bueno. Lo que encontramos es que continúa habiendo presupuesto público para el desarrollo de esta técnica, lo cual nos parece muy grave porque es un presupuesto público que se podría estar utilizando para precisamente acciones en cuestiones de cambio climático”, mencionó Alejandra.
El proyecto Aceite Terciario del Golfo, iniciado el 1 de diciembre de 2002, es una muestra de que la técnica de la fracturación hidráulica aún es usada por PEMEX para la exploración de pozos petroleros en los estados de Veracruz y Puebla.
Sorprende y preocupa que algunos de los pozos fracturados ya están en desuso, pero continúan generando emisiones tóxicas al ambiente. Las pérdidas de gas en superficie son muy peligrosas: el aire lleva al gas más lejos, aunque de forma más diluida; pero para la gente que vive cerca de un pozo esto presenta un peligro: no es saludable respirar aire cargado de metano u otros hidrocarburos.
No hay manera de evitar que las comunidades vecinas respiren ese aire contaminado. Esos gases, además, se escapan a la atmósfera y contribuyen al calentamiento global, lo cual es razón suficiente para exigir que se tomen las medidas necesarias para evitar tanto el abandono de estas infraestructuras como la prohibición total de esta tecnología sucia y peligrosa.
Esto ha destinado gobierno de AMLO al fracking
Según una revisión a los presupuestos de egresos de la federación, el gobierno de la “cuarta transformación” asignó más de 45 mil millones de pesos a proyectos de fracturación hidráulica de 2018 a 2023. Además, para 2024 destinará 4 mil 63 millones de pesos a esta técnica de exploración petrolera.
En 2018 se asignaron 6 mil 575 millones de pesos a los proyectos Aceite Terciario del Golfo y Aceite y Gas en Lutitas. Un año después el presupuesto aumentó 30 por ciento, es decir, se destinaron 8 mil 519 millones de pesos.
Otros cinco mil 412 millones de pesos se destinaron para el fracking en 2020. El recurso público aumentó 209 por ciento con una aplicación de 16 mil 739 millones. Para 2023, se redujo a ocho mil 208 millones, es decir, 51 por ciento. PEMEX ejerció el 55 por ciento de estos recursos.