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Empeoran derechos humanos para 64% de reclusos en Puebla
El respeto a los derechos humanos empeoró de 2014 a 2015 en 10 penales estatales, donde habitan seis de cada 10 personas que integran al total de la población carcelaria de Puebla, según se advierte en la última supervisión penitenciaria que llevó a cabo la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDH).
Hasta finales del año pasado, los Centros de Reinserción Social (Ceresos) en Puebla albergaban a 9 mil 562 internos, y de ellos 6 mil 157 -64.3 por ciento- permanecen en los sitios donde se registró una baja en la evaluación de su situación jurídica, estancia digna, integridad física y moral, desarrollo de actividades productivas y educativas, vinculación social, mantenimiento del orden, entre otros rubros.
Cabe señalar que la CDHE supervisa 22 ceresos en la entidad para adultos y el Centro de Internamiento Especializado paraAdolescentes (CIEPA), que se ubica en la capital del estado, y les asigna una calificación que va del 0 al 10, según el cumplimiento de los derechos humanos.
Caen 10 en el último año
Entre quienes bajaron en sus evaluaciones se encuentran el cereso de Chiautla de Tapia que pasó de 5.7 a 5.2 puntos entre 2014 y 2015, el de Huauchinango de 6.58 a 6.02, el de Izúcar de Matamoros de 5.35 a 4.48, mientras que el de Puebla descendió de 6.5 a 5.98 puntos.
En la lista también se encuentra Tehuacán, que disminuyó su calificación de 6.05 a 5.91 puntos, así como Tepeaca de 5.3 a 5.28, mientras que Tetela de Ocampo descendió de 7.46 a 7.12 puntos.
El listado también contempla el penal de Teziutlán que pasó de 6.73 a 6.39 puntos, el de Zacatlán de 7.08 a 6.71, además del CIEPA, cuyo puntaje saltó de 6.99 a 6.88.
Los puntos vulnerados
Entre las deficiencias que la Comisión detectó se encuentra la falta de un espacio suficiente para albergar a los internos, lo que impide que realicen las actividades contempladas en su tratamiento penitenciario, como son el trabajo, la educación y las actividades recreativas y culturales.
Asimismo, destacó la falta de atención psicológica, las malas condiciones materiales e higiene de los dormitorios, áreas de segregación, cocina, comedores, talleres de trabajo, salones de clase, bibliotecas, entre otras; la deficiencia en la difusión de la normatividad penitenciaria; y el escaso personal de seguridad y custodia con que se cuenta.
Por ejemplo, las cárceles de San Pedro Cholula y Tehuacán carecen de mantenimiento y el espacio de las áreas destinadas al descanso, alimentación, trabajo y esparcimiento de los internos, además de que padecen falta de higiene, iluminación y mobiliario.
En los Ceresos de Izúcar de Matamoros, Huachinango y Teziutlán se observó que la cantidad de los alimentos que les proporcionan a los reclusos es insuficiente y la calidad de los mismos es “cuestionable”.
Seis de cada 10 internos viven en centros deficientes
Los 10 centros penitenciarios que arrojaron disminuciones en sus calificaciones albergan a un total de 6 mil 157 internos, cifra que representa el 64.3 por ciento del total que hay en la entidad, los cuales ascienden a 9 mil 562.
Lo anterior implica que seis de cada 10 internos se encuentran en inmuebles que en lugar de mejorar sus condiciones, las empeoraron.
De los reclusorios en cuestión, el de Puebla cuenta con la población más amplia, pues en este conviven 4 mil 221 individuos, pese a que su capacidad es para alojar a 2 mil 206.
Así como el de Tehuacán en el que actualmente ocupan 713 personas, aunque sólo puede albergar a 528.
Sobresale también el cereso de Tepeaca, donde hay 276 internos, pese a que su capacidad es para 46. De hecho, este es el centro más sobrepoblado a nivel nacional, según el último informe de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).