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Felipe VI y Letizia, los reyes de España que llevan al colegio a sus hijas

  • Tereixa Constenla/Madrid/El País
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado la decisión del Rey de abdicar del trono
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Foto El País

El rey Juan Carlos ha expresado en un mensaje dirigido a los españoles las razones de su abdicación, anunciada esta mañana, y ha agradecido el apoyo de la población durante sus años de reinado. El monarca ha destacado la "transformación de España" y lo "mucho y bueno conseguido entre todos" desde que la Transición. "He querido ser Rey de todos los españoles", ha dicho en su mensaje televisado, en el que ha destacado también que "una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista", encarnada en su hijo Felipe.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado la decisión del Rey de abdicar del trono. El Monarca, aquejado por un largo proceso de debilitamiento de su salud, estudiaba desde hacía tiempo la posibilidad de ceder el trono al Príncipe Felipe.

La princesa piensa y a veces –y esto es lo novedoso- lo dice. Sin sacar los pies del plato, conforme ha ido afianzándose en su tarea, ha aflorado su espíritu crítico. "No es lo mismo decir ayudas que rescate, recesión por crecimiento negativo o reestructuración en vez de recortes", soltó hace un año al inaugurar un seminario sobre lengua en San Millán de la Cogolla (La Rioja). Una libertad que jamás se habría tomado la reina Sofía o sus hijos. Letizia tiene, sin embargo, la mirada desprejuiciada de una perfecta representante de la clase media, alguien que ha viajado en metro y se ha hipotecado para pagar un piso en Valdebernardo. Una mujer con pasado sentimental (se casó por lo civil en agosto de 1998 en Almendralejo con su profesor de Literatura del instituto, Alonso Guerrero, y se divorció un año después) y sueños profesionales.

Al casarse, Letizia Ortiz sacrificó una carrera que había despegado de la mano de Alfredo Urdaci, que le encomendó la presentación del telediario de máxima audiencia a partir de 2003. En su etapa en TVE, adonde llegó en 2000 procedente de CNN+, cubrió los acontecimientos más importantes de esos años: el hundimiento del Prestige frente a las costas gallegas, los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas o la invasión de Irak (una de sus fotos más singulares, captada por Emilio Morenatti, la muestra cubierta con un velo negro en el interior de una mezquita). No había otra cosa que quisiera hacer en la vida que situarse ante una cámara. Su padre, Jesús Ortiz, era periodista, igual que su abuela Menchu Álvarez del Valle. Así que se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, donde logró una beca del departamento de Relaciones Internacionales para hacer el doctorado en México, que le permitió trabajar en el diario Siglo XXI. Antes de la televisión picoteó en la prensa escrita (Abc y Efe), pero su mirada estaba puesta en lo audiovisual.

Cuando conoció al Príncipe (en una cena en casa de un compañero de TVE) estaba en pleno ascenso. Por proyección y reconocimiento: en 2000 había recibido el premio Mariano José de Larra de la Asociación de la Prensa de Madrid a la mejor labor de periodista menor de 30 años. Así que no solo Felipe de Borbón debió meditar a fondo el trascendental paso que daría casándose con una mujer ajena al círculo aristocrático, también Letizia debió evaluar qué ganaba y qué perdía con su cambio de vida. Dicen todos que se casaron enamorados. Y lo cierto es que las imágenes siempre transmiten entre ambos complicidad y ternura.

En esta década la princesa ha enfrentado momentos difíciles como la muerte de su hermana Érika y, en el plano institucional, el estallido del caso Noós. Pero sin duda lo más importante ha sido el nacimiento de sus hijas: Leonor, el 31 de octubre de 2005, y Sofía, el 29 de abril de 2007. A su alrededor ha intentado edificar un hogar normalizado y ajeno al protocolo de una casa real. Los príncipes llevan a las niñas al colegio y las acuestan por la noche. Su casa, una residencia construida en 2000 y conocida como el pabellón del Príncipe, trata de huir de la frialdad palaciega y desprender aroma familiar. Es probable que, cuando se conviertan en el rey Felipe VI y la reina Letizia, no la abandonen.

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