México se posiciona como el segundo país con mayor diversidad lingüística en América Latina, solo detrás de Brasil. Con 69 lenguas nacionales y 68 lenguas indígenas, además del español, el país alberga una riqueza cultural que enfrenta desafíos para su preservación.

En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, celebrado cada 21 de febrero, se busca destacar la importancia de estas lenguas como pilares de la identidad cultural. 

Las lenguas maternas, también conocidas como lenguas nativas, son aquellos idiomas que una persona aprende en sus primeros años de vida. Según la UNESCO, estas lenguas no solo son fundamentales para la identidad individual y colectiva, sino que también representan un patrimonio cultural en riesgo. En promedio, una lengua desaparece cada dos semanas, llevándose consigo tradiciones, conocimientos y expresiones únicas. 

En México, casi 7 millones de personas hablan alguna lengua indígena, mientras que más de 25 millones se identifican como indígenas. Las comunidades con mayor presencia de hablantes se concentran en el sureste del país. El náhuatl, con 1.7 millones de hablantes, encabeza la lista de lenguas más utilizadas, seguido por el maya, con 859,000, y el mixteco, con 517,000. 

Sin embargo, no todas las lenguas indígenas gozan de buena salud. Algunas, como el ku’ahl y kiliwa de Baja California, el awakateko de Campeche y el ayapaneco de Tabasco, se encuentran en peligro de extinción. La falta de transmisión intergeneracional, el desinterés de las nuevas generaciones y la marginación social contribuyen a esta problemática. 

Para 2025, la UNESCO promueve iniciativas que fomenten el uso de las lenguas maternas, especialmente en la educación. Actualmente, el 40% de la población mundial no tiene acceso a la educación en un idioma que comprenda o hable. En México, este esfuerzo busca fortalecer la enseñanza en lenguas indígenas y garantizar su preservación.  (LV)