Muy preocupante
- Elmer Ancona Dorantes
El hecho de que dos personajes políticos con graves antecedentes penales hayan salido de prisión antes del tiempo obligado por la ley, debiera ser motivo de máxima alerta para todos los poblanos, y yo diría que para los mexicanos en general.
No fueron acusados de robo a casa habitación o negocio, uso de programas sociales con fines electorales, corrupción, robo a transporte de carga, huachicol, delitos contra la salud, narcomenudeo, lavado de dinero o uso de armas de fuego y explosivos, entre otros delitos considerados de alta peligrosidad, sino de tortura y protección de redes de trata infantil.
Con toda seguridad tuvieron poderosas palancas políticas para que estos desalmados hayan dejado, con suma facilidad, los barrotes carcelarios para andar tranquilamente por las calles de la ciudad, aunque se diga que estarán en “prisión domiciliaria”.
Sólo un despistado, un cómplice o un gran compañero de parrandas, con sendos favores pendientes, pudo haberles hecho este “paro”, amigos que cargarán sobre sus espaldas todo el peso político, ético y moral que estos dos delincuentes representan. Servilismo puro.
Pero, ¿qué es lo que más debería preocupar a los poblanos? En primerísimo lugar, que estos dos malandros, dentro o fuera de las estructuras de poder, puedan influir en los nuevos gobiernos para seguir cometiendo sus fechorías.
Y no es cualquier tipo de fechorías, sino las más horripilantes y abominables para todo ser humano: la tortura y la trata infantil; atormentar a las personas por el simple hecho de no tolerar la crítica a su persona, es detestable, inhumana.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador lo dejó en claro en una de sus mañaneras más recientes: “¡Imagínense que se libere a alguien que tenga pendiente otros delitos (...) Y todavía tenemos que custodiarlo con dos o tres patrullas de la Guardia Nacional!".
¿A usted le gustaría, estimado lector, que uno de sus torturadores quede en libertad sin cumplir al pie de la letra su condena? ¿A usted le gustaría que los niños de Puebla se vean expuestos a graves peligros, porque un político acusado de protección de redes de trata infantil quedó en libertad?
Ese pago de favores políticos, ese contubernio entre mafias, le cuestan demasiado caro a la sociedad que se convierte, una vez más, en víctima de personajes siniestros.
Pero mucho más caro le sale y le cuesta a los políticos y gobernantes, a los jueces y magistrados que solapan a los criminales por un presunto pago de favores. Eso es una canallada.
Como ciudadanos estaremos pendientes de cada paso que den esos malandros, desde dentro o fuera de las estructuras de poder, porque nuestras mujeres, nuestros niños, no estarán de nueva cuenta en manos de torturadores y de protectores de redes de trata infantil. Esos pecados sociales no son tan fáciles de borrar.
@elmerando
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Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública (IAP) y maestrante en Ciencias Políticas por la UNAM. Catedrático. Ha escrito en diversos medios como Reforma, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.