2024: la Era Chedraui

  • Elmer Ancona Dorantes
El presidente municipal tiene una oportunidad de oro: convertirse en un gobernante ciudadano

Ayer martes justamente inició un “nuevo tiempo” para los poblanos de este municipio y para todos los trabajadores del H. Ayuntamiento de Puebla: la Era Chedraui.

Por supuesto, cada cambio de gobierno genera incertidumbre, sorpresas, ilusiones, temores y también demasiada expectación; para mí en lo particular y como ciudadano, estos tiempos serán de descubrimiento.

¿Por qué? Porque no será lo mismo ver a un José Chedraui como empresario, como exdiputado local o exdirigente de un partido local (PRI), que como presidente municipal, sobre todo emanado de una fuerza política diferente a la que antes tuvo.

Ahora los ciudadanos percibirán en él un nuevo rostro, un nuevo perfil, un nuevo ímpetu, porque las personas cambian con el paso del tiempo, y José Chedraui no será la excepción.

Ahora conducirá los destinos de aproximadamente un millón 700 mil personas asentadas en el municipio de Puebla, uno de los más importantes y poderosos de la zona metropolitana del país.

A manera de bienvenida y con un amplio pliego de buenos deseos, pero también de extensas necesidades, los poblanos de esta incomparable ciudad lo más seguro es que pidan a su nuevo gobernante por lo menos tres cosas fundamentales:

1) Unidad y no división: Una vez en el poder y teniendo el control de esta administración, no ayudaría en nada que el nuevo presidente municipal se dedique a perseguir a sus fantasmas del pasado, a sus adversarios. Está obligado a caminar hacia adelante y pocas veces para atrás.
2) Visión y no regresión: Pepe Chedraui, como gobernante, está obligado a tener un pensamiento prospectivo, una visión de mediano y largo plazos que le permita posicionar a esta ciudad como una de las mejores del mundo. Algo bastante complicado, pero posible. Si construye una administración regresiva o pasiva no ayudará en nada a los ciudadanos y sería un “político del montón”.
3) Tejido y cohesión social: Como nuevo gobernante de esta movediza urbe, el nuevo presidente municipal debe orientar todo su pensamiento, palabra y corazón a fortalecer la participación ciudadana a través de amplios consensos políticos con todos, esto es, con los jóvenes y adultos, con hombres y mujeres, con la gente de la zona urbana y del campo. A eso se le llama tejido social.

También sería excelente dar mayor impulso y libertad a toda esa estructura conformada por los amplios sectores sociales, de esos importantes estratos como el de los empresarios, los académicos e intelectuales, los informadores-comunicadores, los gremios y sindicatos, entre otros. A esto se llama cohesión social.

En fin, en la Era Chedraui el nuevo presidente municipal tendrá que sentarse a tomar un café tranquilamente y pensar y repensar lo que será su nuevo gobierno, su nueva administración.

¿Actuará realmente como estadista, más allá de los distingos e intereses partidistas? ¿Establecerá su propio sello y marca? ¿Aplicará un gobierno con toque gerencial o tradicional? He aquí las preguntas que se hacen los ciudadanos.

Hoy, desde mi perspectiva, José Chedraui tiene una oportunidad de oro: convertirse en un gobernante ciudadano, totalmente inmerso en el corazón y el pensamiento de la gente que gobierna para palpar sus necesidades. La Era Chedraui tiene que ser diferente a las demás y marcar su propia ruta.

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública (IAP) y maestrante en Ciencias Políticas por la UNAM. Catedrático. Ha escrito en diversos medios como Reforma, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.