Mito, magia y duda cultivada
- David Bravo Cid de León
Es innegable que la vida ha incrementado grandemente el ritmo de su debe este fenómeno personal y social; difícil es la respuesta? Porque cada quien es uno en su actuar, en su hacer y quehacer, alternando, en la realización de sus actos, lo positivo y lo negativo. Nadie nace perfecto. La vida, en su devenir varía cada día dándonos lo inesperado. Presumir de adivinos es propio de engañabobos y embusteros.
Por otra parte, en el fenómeno social de la ha globalización hay factores positivos y negativos; entre los negativos se aprecia que ha mundializado otro fenómeno personal y social que pasa inadvertido debido a que inconscientemente se ha impuesto, por lo tanto es muy difícil de evitar. Este fenómeno es el predominio de la duda entre la verdad y la incertidumbre. Ante este fenómeno, la persona cae en el relativismo; en la indiferencia hacia la realidad objetiva que le rodea; Y la falta de madurez le hace víctima de quienes se sienten con libertad para engañar; para confundir a terceros, para; estructurar la manipulación como instrumento de utilitarismo económico que hace sentir, al manipulador, con poder para engañar. En palabras vulgares: con poder de hacer más pendejos a los pobres incautos.
La manifestación elocuente y clara de estas desmesuras se manifiesta en el culto a lo que es esotérico, a lo supersticioso, a lo exótico, a la interpretación de la mano, al ocultismo a la lectura del tarot, a la brujería, a lo esotérico, y, en suma a la magia que disfraza la inspiración diabólica en la que nace y se apoya con pronósticos sin categoría de certeza. La interpretación de lo que podría ser el futuro y el destino de la persona solo es especulación subjetiva y no realidad existencial. La duda se mundializa, gracias a los medios de comunicación cuando, estos, presentan programas que privilegian lo fatuo, el tremendismo, los anti-valores como valores, las medias verdades, la publicidad de sistemas de adivinación o exaltan a brujos y charlatanes como profetas del futuro.
La duda y la incertidumbre, se hacen inercia de vida y habito del auto secuestro en la cárcel del sí mismo. Es cierta la afirmación que entre gitanos no se leen las manos, ni se adivinan el futuro. El problema crece cuando el concepto de individuo se sobrepone al concepto de persona humana. En el individuo no se da el concepto de la dignidad inherente a persona; en la persona sí. ¿Por qué? Pues, porque la dignidad lo diferencia de lo irracional.
En este contexto vale la pena analizar que es la magia. La magia se confunde con la astrología; con la supuesta dependencia de la persona con los planetas; con la alquimia del pasado ya muy ido en lo temporal; con la cábala de tanta antigüedad que resulta oscura base del ocultismo y de la manipulación de la gente. Hay magia blanca y magia negra. Y así se dice que la magia blanca produce efectos para-normales, o de apariencias sobrenaturales; apariencias que bloquean el discernimiento y la capacidad de ajustar los actos humanos a la ética que induce a la persona a la realización de sus potenciales virtudes y valores que la dignifican por su categoría de ser racional.
Y así se dice de la magia negra es el arte de lo supersticioso que pretende obrar cosas extraordinarias con la ayuda del demonio. En ambas magias la adivinación que pretenden mostrar resulta impotente para adivinar cual será el número del billete de lotería que saldrá premiado; como ganar en la ruleta; como atinarle al caballo que será ganador en la contienda; que será del sentido de la vida si no se logra vencer la duda; el cuándo, el donde, el cómo, el día y la hora en que sorprenderá la muerte a la persona. Estas impotencias que no puede vencer la magia son prueba clara de las mentiras que manejan y tales mentiras son de inspiración diabólica. ¿Por qué?, pues, porque la verdad, de deveras verdad, solo esta y pertenece a Dios.
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