¿Reforma Eléctrica envenenada?

  • Antonio Tenorio Adame
El debate en la Cámara de Diputados fue ríspido y carente de profundidad de conocimientos técnicos

Y la luz se hizo.

El Congreso volvió a iluminar el debate de la reforma constitucional en materia energía y de acceso a la energía eléctrica que modifica los artículos 4º, 25, 27 y 28. No obstante, tiros y troyanos acusan mutuamente de traición a la patria, como también lo señala el Presidente López Obrador, el veneno derramado de la ilegitimidad.

Por la negativa

El inicio de la sesión ordinaria arrancó de manera extraña, demandando a las diputadas Margarita Zavala del PAN, y Edna Díaz del PRD se excusaran por conflicto de interés, demanda no atendida, así como la renuncia del diputado Andrés Pinto Caballero a su filiación del Verde para registrarse en el Movimiento Ciudadano.

En sesiones de esta trascendencia, lo ocurrido era la expresión de votos particulares donde los legisladores emitían sus limitaciones condicionantes para razonar su voto. La moción suspensiva era el recurso para devolver la iniciativa a Comisiones En este rango de testimonios se encuentra un tesoro de los motivos sustanciales de la historia del Congreso, muy opuesto a lo que hoy ocurre.

La orientación de la discusión fue manifestada por los Presidentes de Comisiones, los diputados, Ramiro Robledo y Manuel Rodríguez, distinguidos profesionistas y ameritados servidores públicos sin alcanzar un reconocimiento de especialistas constitucionales. Se calibra así a la primera Legislatura que gozó del privilegio de la reelección, así como también se ostentan como una Legislatura de igualdad de género; sin embargo en ambas líneas de fuego se atribuyen la defensa del progreso en rechazo al pasado, “la filosofía del progresismo”.

Por la afirmativa

Los coordinadores de las fracciones de la oposición subieron a la tribuna para fijar sus posiciones donde señalaron que los 12 puntos de diferencia con la mayoría de Morena no fueron incluidos en la iniciativa presentada en el pleno, así como denunciaron la previsible afectación a las empresas privada, sin tener asegurado el nivel de precios bajos a consumidores de ingresos menores.

El debate fue ríspido y mutuamente acusatorio de traición a la patria, carente de profundidad de conocimientos técnicos y de interés público, pero se ve cubierto por esa nebulosa de impugnación “mañanera” que ubica a partidos políticos e INE en punto cero, donde todo comienza de nuevo, incluido la 4T.

Como se sabe, en el debate, oposición y mayoría son semejantes, condición para debatir entre iguales, aunque la oposición se desborda por incidir en el Ejecutivo como si se tratara de un parlamento y Jefe de Gobierno. En el fondo lo que se debate son dos paradigmas, uno basado en el modelo neoliberal de competencia de mercado y el opuesto de defensa del interés nacional con la regulación de mercado por fines de equidad social.

La lista de oradores se esperaba de 92 horas de uso de la tribuna, con recortes esperados de quienes renuncien a su turno. Agotado el debate en lo general y lo particular, se pasó a votación donde Morena requería de alrededor de 57 votos más para aprobar la reforma constitucional con mayoría calificada, situación que no ocurrió.

Efectos constitucionales

La estructura de poder de la 4T revela una contradicción estructural luego de que el mandato ratificatorio confirmó la permanencia de la Presidencia de Andrés Manuel, mientras en San Lázaro se trastabilla sin conseguir aprobar la reforma eléctrica constitucional.

Los acuciosos observadores infieren que la impugnada consulta del mandato presidencial debió utilizarse ahora para lograr la reforma de referencia en vez de la confirmada popularidad del Ejecutivo. Así el control constitucional y la legitimidad de las reformas a la ley suprema se lograrían sin caer en ese exceso de dispersión confusa de los 700 parches que hoy luce la Constitución. El referéndum constitucional es el medio adecuado para detener el Presidencialismo voraz que aniquila la Ley suprema que juró guardar y hacer guardar.

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Antonio Tenorio Adame

Licenciado en Economía por la UNAM, y docente en la BUAP. Fundador de la Academia de Historia y Crónica Parlamentaria y cofundador de la Asociación de Periodistas Democráticos junto con Renato Leduc. Ha sido diputado federal en diversas legislaturas, desde donde ha impulsado la apertura democrática.