El escritor español  José Ortega y Gasset  en su obra  “Mirabeau o el político” señala que existen dos tipos de personas: el magnánimo y el pusilánime. El primero “tiene un misión creadora” ,mientras el segundo “carece de toda misión, vivir es para el simplemente  existir él, conservarse, andar entre las cosas que están ya ahí, hechas por otros… de suerte que, no habiendo en su interior destino, forzosidad congénita de crear, de derramarse en obras, solo actúa movido por intereses subjetivos-el placer y el dolor”.

Al leer tal apartado  de Ortega, no pude evitar recordar la situación política de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, y  la actuación del Dr. Arturo Rivera Pineda al interponer un amparo, que detuvo las elecciones y enredó de incertidumbre a la comunidad estudiantil. El argumento para emprender tal acción legal,  es que la convocatoria bajo la cual se registraron los cinco candidatos y que, en un primer momento también Rivera Pineda aceptó, violentaba sus derechos humanos para participar en la elección, una vez que la candidatura le fue negada por la comisión de auscultación ya que él tiene más de 65 años.

A lo que el públicamente dijo “que no le obsesiona el cargo, ya que es una responsabilidad enorme la de poder componer esa facultad, por lo que aún analiza si competirá”. ¿Entonces? Primero se queja de no poder competir y después ya no sabe si quiere participar.  Y por supuesto que es una responsabilidad enorme ser director, por ello quien ocupe el cargo debe saber tomar decisiones en base a la realidad, siempre considerando a los demás y no por puro capricho. Pero eso no es todo, como si  la ley se tratase de un juego, Pineda dijo que “el sábado dos de noviembre estaba invitado a recibir un reconocimiento en una Universidad Cubana, y  [que] posiblemente no asistiría a la audiencia incidental del  4 de noviembre”.

Pues no que lucha por la legalidad y en medio de ella, se va de vacaciones.  Pero aquí no termina la foximanía de Pineda. Una vez que el Juzgado Federal en respuesta al amparo, ordenó al Consejo de Unidad “suspender definitivamente las elecciones… y dejar las cosas en el estado en que se encuentran”, los consejeros entre discusiones respecto a la soberanía y la autonomía de la universidad, decidieron acatar el mandato del juzgado federal dejando como director  al Dr. Guillermo Nares Rodríguez hasta nuevo aviso.  Finalmente resulta que Rivera Pineda desiste de su amparo y el 22 noviembre en pleno de Consejo Universitario se le otorga la posibilidad de competir en la elección, las cuales se llevaran a cabo el día  13 de  enero de 2014.

A mi parecer la legalidad consintió “los intereses subjetivos” de Rivera Pineda al otorgarle la idoneidad, sin embargo  dudo que los estudiantes lo consientan; se podrá jugar con la ley pero no con los estudiantes.

Por otro lado el consejo también decidió que Nares se retirará de la dirección de la facultad, ya que ha cumplido con su periodo; el Rector hizo alusión al trabajo y compromiso que ha dedicado el Dr. Guillermo Nares a la institución.

Cuando se publicó la noticia de que  el Dr. Guillermo Nares Rodríguez seguiria como  director, muchos medios y personas en un tono de alarma amarillista  y sin mayor reflexión, sentenció su imagen. Empero, Nares y el CUA actuaron en consecuencia a las órdenes de juzgado federal, es decir, en base a la ley. Me parece curioso que poco se hablara del último informe de la dirección, que tiene cosas muy positivas para nuestra facultad, o del acuerdo del CUA  sobre la eliminación de la cuota de inscripción al servicio social (¡bravo!).

En fin, quisiera hacer un breve reconocimiento al Dr. Guillermo Nares  por su trabajo, sólo pudiendo describir su actuar en palabras de Ortega y Gasset:

 “caemos en la cuenta que en estos hombres el ego está ocupado por obras impersonales”

Sin duda, se reconoce su esfuerzo por enarbolar los valores universitarios, la capacidad por los logros académicos, el compromiso por los estudiantes  y  la actividad permanente por impulsar una mejor casa del conocimiento.