Esos que no se deciden

  • Fernando Rojas Cristerna
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Un problema que tienen los gobiernos electos en México, como resultado de nuestro muy atrasado sistema electoral, es el referente a la falta de legitimidad de los mismos, ya que al no existir una segunda vuelta de elecciones para el caso de no alcanzar la mayoría absoluta, el que resulta ganador solo puede calificarse como representante de la primera minoría.

Y tal parece ser que este es el escenario que tendremos en las elecciones para presidente municipal de Puebla, ya que hasta este momento no existe, según las encuestas, un líder absoluto en la preferencia de los votantes, lo que permite pronosticar un votación cerrada, limitada principalmente al voto duro partidista con un alto porcentaje de votos nulos o en el peor de los casos de abstencionismo.

Faltando prácticamente dos semanas para el termino de la campaña, aún persiste el elevado porcentaje de votantes no definidos (30%), dentro del cual se encuentra el sector de los electores analíticos, quienes no son movidos por el abuso de lemas  de campaña sin contenido o bien de propuestas rebosantes de demagogia.

Y es que este parece ser el escenario al que le han apostado los estrategas de los respectivos equipos de campaña: votación cerrada entre los candidatos más fuertes + abstencionismo elevado o voto nulo + elección impugnada en sus diferentes etapas (pre-campaña, campaña y elección) para finalmente obtener una elección negociada que otorgue beneficio a los principales protagonistas.

Al menos este es el pensamiento que ha surgido en un sector de la sociedad civil, ya que hasta el momento no se aprecia la más mínima intención, por parte de los partidos y sus candidatos, para incluir a amplios sectores representantes de la misma, de ahí que el numero de los indecisos sea el de mayor porcentaje en las encuestas.

Como causas de la falta de definición de este sector de votantes, aparte de la exclusión, deben sumarse el tema de las campañas negras que a nadie convencen , la saturación de la propaganda de promoción al voto con alto grado de contaminación visual, el grosero despilfarro de dinero, las indignantes reuniones masivas abusando de la necesidad de las clases más desprotegidas, el intercambio de "lideres" que cambian con facilidad de un partido a otro en busca de "mejores oportunidades", y sobre todo la larga lista de "buenos deseos" que se pretenden vender como proyectos de gobierno.

Así es como se ve el final de esta elección en Puebla y nada parece que cambiará la dirección que ha tomado el rumbo de la misma, el final será favorable para quien mueva mejor las estructuras de partido y de quien invierta mejor el dinero en la aplicación de las viejas mañas electorales ya conocidas por todos.

Es la suma de estas medidas, unas en realización y otras por realizarse, las que hacen que el número de votantes indecisos siga sin cambio alguno.

Es mi mejor deseo el poder equivocarnos en esta reflexión; pero es así como se piensa en cierto sector de la ciudadanía con la que tenemos contacto y por lo tanto es válido poder mencionarlo; finalmente diría Leduc... ¡sabia virtud de conocer el tiempo!