Resistir al retroceso global contra la equidad de género
- Stefania Tapia Marchina
El domingo 16 de febrero, el Zócalo de Puebla fue testigo de una manifestación organizada por el Frente Global de Resistencia, un conjunto de organizaciones y colectivos que se pronunciaron en contra de los movimientos políticos internacionales de ultraderecha que legitiman los discursos de odio en contra de los derechos de las mujeres, personas migrantes, comunidad LGBTQIA+, entre otros, particularmente derivado de las recientes declaraciones y órdenes ejecutivas del presidente estadounidense Donald Trump.
Esta manifestación es un reflejo de los esfuerzos de resistencia al avance de los movimientos en contra de los derechos humanos, en particular de la equidad de género, que han surgido a nivel global y que continúan fortaleciéndose. A pesar de los grandes avances en los derechos que se alcanzaron entre la década de los 70 e inicios de los 2000, los derechos no están garantizados. Por el contrario, están enfrentando una importante reacción en contra o “backlash” derivada de la polarización política y la victoria de gobiernos de ultraderecha (1).
Un ejemplo de ello es la reciente Orden Ejecutiva del gobierno estadounidense titulada “Defendiendo a las Mujeres de la Ideología de Género Extremista y Restaurando la Verdad Biológica al Gobierno Federal” (2). El lenguaje de esta orden es emblemático de una tendencia creciente que adjetiva a la teoría de género como “ideológica”, rechaza la identidad de género y aboga por la determinación biológica del sexo. Esto resuena con los sentimientos de movimientos conservadores que perciben la equidad de género como una amenaza existencial a los valores tradicionales.
Esta postura reaccionaria no está aislada. En Argentina, durante el actual mandato de Javier Milei se extinguió el Ministerio de la Mujer bajo el argumento de haber sido utilizado con fines político-ideológicos (3). Narrativas similares también han ganado terreno en Europa del Este, donde los gobiernos de Hungría y Polonia han desmantelado sistemáticamente políticas de equidad de género, a menudo bajo el pretexto de preservar los “valores familiares” (4).
En todos estos casos, el retroceso contra la equidad de género está profundamente vinculado con un deterioro democrático más amplio. El autoritarismo misógino prospera en sociedades polarizadas donde la retórica anti-derechos gana tracción. Irónicamente, algunos de estos movimientos de ultraderecha han cooptado estratégicamente a mujeres líderes para legitimar sus agendas, lo que complica aún más la lucha por una equidad de género genuina.
El origen del género como concepto y resistencia política
El concepto feminista de género emergió en la década de 1970 para desafiar el determinismo biológico y resaltar la construcción social de la desigualdad. Las teóricas feministas enfatizaron que la masculinidad y la feminidad no son categorías inmutables, sino constructos relacionales moldeados por normas sociales (1). Estos avances conceptuales, junto con la constante lucha y demanda de los movimientos feministas internacionales, lograron que la equidad de género se convirtiera en un pilar fundamental de la formulación de políticas públicas internacionales.
Sin embargo, ningún país ha alcanzado aún la equidad de género plena en 2025. La brecha global de género en salud, educación, participación económica y poder político sigue siendo significativa. Con las tendencias actuales, cerrar esta brecha tardará 134 años. Este lento progreso se ve obstaculizado aún más por la legitimación de políticas y retóricas discriminatorias que desafían los ideales de solidaridad, diversidad y pluralismo (6).
Aún más, la legitimación de la discriminación y los prejuicios biologicistas están permeando en las generaciones jóvenes, donde hay un incremento de las opiniones polarizadas en el tema y un crecimiento del conservadurismo en hombres jóvenes principalmente (6). Las consecuencias de este retroceso trascienden los derechos individuales. La equidad de género es esencial para lograr transformaciones de desarrollo más amplias, incluidas la reducción de la pobreza, el acceso pleno a la educación, la salud, y la reducción de desigualdades sociales diversas.
Más aún, la intersección de la equidad de género con desafíos globales—como el cambio climático, la migración y la transformación digital—exige que pongamos atención a los impactos de este “backlash” para generar estrategias que renueven el compromiso internacional por la equidad. La manifestación del domingo en Puebla es un testimonio de la resiliencia y determinación de activistas que se niegan a aceptar el retroceso en la equidad de género.
Un llamado a la acción colectiva
El aumento de la hostilidad hacia organizaciones de la sociedad civil y movimientos que pugnan por el feminismo y los derechos humanos tiende a desincentivar la participación colectiva y ciudadana, particularmente en países donde hay mayor represión gubernamental. Optar por estrategias innovadoras de resistencia y la construcción de alianzas entre movimientos y colectivos como ejemplifica el Frente Global de Resistencia es esencial para mantener la mano alzada y no aceptar pasivamente el alza de la ultraderecha y los discursos anti-derechos (4).
Aunado a la organización colectiva, la resistencia empieza en cada lugar donde, como personas, decidimos posicionarnos a favor de los derechos, desde los espacios que ocupamos y en donde podemos alzar la voz, así como dar el ejemplo tomando decisiones a favor de la inclusión, la diversidad y el respeto.
En el contexto histórico que nos toca vivir, no podemos dar por sentados los derechos. Aún estando en un país donde no enfrentamos los mismos retrocesos, la lucha por la igualdad de género y los derechos humanos es más urgente que hace una década o incluso hace un año. Desde nuestros espacios digitales, escolares, laborales y de activismo, hagamos alianzas a favor de la igualdad.
(1) Asamblea General. A/HRC/WG.11/41/2. Consejo de Derechos Humanos Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas 41er período de sesiones Ginebra, 13 a 17 de enero de 2025. Igualdad de género y reacción contra la igualdad de género.
(2) White House. Executive Order. Defending Women from gender ideology extremism and restoring biological truth to the Federal Government. 20 de enero de 2025.
(3) DW. Milei Disuelve el Ministerio de la Mujer en Argentina. 7 de junio de 2024.
(4) ONU Mujeres. Retrocesos democráticos y oposición a los derechos de las mujeres. Desafíos actuales para las políticas feministas. 2020.
(5) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 2025. THE LANDSCAPE OF DEVELOPMENT. SETTING THE SCENE FOR THE UNDP STRATEGIC PLAN 2026-2029.
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Doctora en Estudios del Desarrollo Global, es especialista en temas de género, desigualdades, economía y políticas públicas. Además de académica, es consultora para organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y cuenta con amplia experiencia en el diseño e implementación de programas sociales.