El título de este artículo es una obviedad. Lo que no es obvio es que una novela perfectamente situada en el tiempo (las dos décadas que van de la Revolución Mexicana a la Guerra Cristera) y una región (el sur de Jalisco y Colima) haya adquirido y mantenga reconocimiento mundial.

En parte es por la magia del lenguaje. Ya no recuerdo quién escribió que el inicio de Pedro Páramo le gustaba más que el de El Quijote y el de Cien Años de Soledad. En ese nivel está la novela de Rulfo. Pero hay mucho más.

Cuando al acercarse a Comala, Juan Preciado pregunta quién es Pedro Páramo, el arriero que lo acompaña responde “un rencor vivo”.

Un rencor vivo que concentró el poder y la riqueza en su región, y así la destruyó. Aunque la novela es mucho más que eso, se puede leer en esa clave. La concentración del poder económico y político suele ir acompañada de rencores. Suele convertir en quien lo concentra en un rencor vivo.

Juan Villoro, en un librito recién publicado por el INE (¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura), nos comparte dos ideas sobre los personajes sometido a Páramo: son “tan pobres que ni siquiera pueden ejercer su derecho a la muerte”.

Sigue Villoro: “Rulfo construye una impecable alegoría sobre la imposibilidad de participar en la vida en común. Quien vive bajo un cacicazgo sólo puede existir como un fantasma”.

Se dirá que eso pasaba hace décadas en algunas regiones muy apartadas del país. Que puede seguir pasando, en zonas aisladas y de pobreza extrema.

Pero eso haría de Pedro Páramo una novela costumbrista. La novela, y lo escrito por Villoro, tienen alcances universales. Los hombres fuertes han existido en todas las épocas y regiones de la historia humana. Incluso en “el país de Bach y de Beethoven”. Hay quien diga que tiene su base en nuestra genética, compartida con los chimpancés.

En lo que va de este siglo han proliferado diversos populismos. Entre sus características están la de concentrar el poder en una persona, subordinando a ella las instituciones políticas y las organizaciones sociales.

Algo que habrá que observar en el gobierno de Donald Trump.