¿Qué sienten los panistas?

  • Elmer Ancona Dorantes
Nos les queda más que ponerse a trabajar si es que quieren recuperar todo lo perdido

Me llama la atención lo que dicen los panistas en las charlas de café, entre los personajes más significativos del llamado círculo rojo, en cuanto al “descalabro” electoral que sufrieron el pasado 2 de junio.

Aseguran que, pese a que esa derrota política los dejó prácticamente en la lona -al menos momentáneamente-, lo cierto es que el panismo en Puebla se siente fortalecido y animado para seguir dando las más fieras batallas que se les pongan enfrente.

El ala más conservadora del blanquiazul, por ejemplo, afirma que después del proceso electoral los panistas quedaron políticamente bien armados y blindados, al considerar que fue una batalla pírrica en la que perdiendo salieron ganando. Y lo explican a detalle bajo este esquema:

1) Consideran que muchos de sus adversarios políticos no ganaron por las “simpatías” que dicen haber obtenido de los ciudadanos, sino por las carretadas de dinero que se repartieron en los municipios con la compra de votos.

Aseguran que la presión económica a la que se vieron sometidos los votantes con la compra de sufragios, más pronto que tarde se les revertirá a los políticos triunfadores ante las inocultables necesidades por las que atraviesan los poblanos, sobre todo en aquellas regiones más olvidadas y sumidas en la pobreza o donde el crimen organizado campea sin freno alguno.

2) Consideran que Eduardo Rivera, el candidato de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, conformada por el PAN, PRI, PRD y PSI, obtuvo la nada despreciable cantidad de un millón cien mil votos de gente que, de manera voluntaria, acudió a las urnas a expresar la confianza que tienen en su persona y en los partidos que lo acompañaron en el proceso electoral.

En pocas palabras, los panistas han parametrizado o medido, de manera fría, “el voto real contra el voto comprado”, y que los adversarios políticos lo saben, por lo que no pueden estar dando brincos de felicidad cuando el piso no lo tienen tan parejo.

3) Los panistas consideran que mantienen en la palma de sus manos a todos los clasemedieros poblanos que seguirán siendo fieles a sus sentimientos, a sus creencias y convicciones, a su más profundo sentido de libertad que les fue arrebatada de manera “inexplicable” por el partido triunfador.

4) Plantean que las diversas facciones al interior del PAN, aun las más liberales y contrarias al grupo más conservador del blanquiazul, ven en Eduardo Rivera al único líder capaz de cohesionar, de mover los sentimientos y emociones de los miles de poblanos que le dieron su respaldo, tanto en la zona metropolitana como en el interior del estado.

En fin, no parece nada loco lo que difunden los panistas entre los empresarios y académicos, entre los amplios sectores de la sociedad civil, porque sus postulados mucho tienen de verdad al ser planteados.

¿A qué nos lleva todo esto? A que los gobernantes en turno, tanto de las administraciones municipal y estatal, tendrán que sentarse a dialogar, a negociar, a construir el tejido social de la mano con las fuerzas opositoras de derecha.

Así es la Realpolitik: nadie puede gobernar solo porque es la peor forma de tener constantes tropiezos y riesgos. Ya el tiempo dirá si los panistas tienen o no la razón. El tiempo -y no el pueblo bueno-, es el más sabio entre los sabios.

Mientras tanto, a los panistas no les queda más que ponerse a trabajar si es que quieren recuperar todo lo perdido, porque de nada sirve vivir de simples ilusiones cuando la propia sociedad, la militancia y sus simpatizantes, les están demandando seriedad, disciplina y auténtico amor por su partido.

@elmerando

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y maestro en Gobierno y Políticas Públicas por el Instituto de Administración Pública (IAP) y maestrante en Ciencias Políticas por la UNAM. Catedrático. Ha escrito en diversos medios como Reforma, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.