Morena… ¿satanismo?

  • Elmer Ancona Dorantes
Demasiadas prácticas espirituales “extrañas” ejercen algunos políticos a cambio de poder

Una candidata de Morena en el norte del país llama a sus seguidores y militantes a hacer “hasta lo imposible” por ganar estas elecciones. De manera desenfadada le dice a quienes tiene enfrente: “Y si es necesario pactar con Satanás, hay que hacerlo”. El video corre por las redes sociales.

En la página oficial de Morena a alguien se le ocurrió subir la foto de una playera con la leyenda: “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador”. La imagen estampada en la ropa es elocuente: la Santa Muerte. Nadie lo desmiente.

En la sede del Senado de la República, el legislador Adolfo Gómez, de Morena, promueve y lleva a cabo el ritual de sacrificio de una gallina en plena sede del legislativo mexicano.

Asegura que es parte de un ritual indígena, pero la gente que se mueve en los ambientes espirituales sabe bien que es el ritual de quienes practican la Santería, muy en boga, por cierto, entre los políticos modernos.

Por si no fuese poco, el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta, acude con Mhoni Vidente para que le lean su presente, su futuro, como si no supiera que va a perder (para eso no se requiere ni magia ni videncias).

Quienes saben de estos temas y que se mueven en esos inframundos espirituales, conocen las prácticas ritualistas de la Santería que le gustan mucho al inquilino de Palacio Nacional. No son rumores, son anécdotas que circulan por las redes sociales.

Hace dos años, me contó un amigo muy cercano cómo lo invitaron a participar en una ceremonia ritualista, aquí en Puebla, donde se vio a diversos personajes políticos en una “liturgia muy extraña”, en plena luna llena.

Personalidades de diversos ámbitos, entre ellos funcionarios públicos de muy alto nivel, hicieron una larga fila para beber algo así como sangre de un copón que les extiende el líder político-religioso, a quien le besan el anillo que lleva en la mano. ¡Upssssss!

Demasiadas prácticas espirituales “extrañas” ejercen algunos políticos a quienes no les importa vender su alma al diablo a cambio de posiciones o de más poder. Fidelidad a Satanás con sus múltiples rostros.

Y estos pasajes se quedan cortos, muy cortos, comparados con todas las historias que los mismos políticos cuentan mientras más van subiendo en las esferas del poder.

Ritos secretos que incluso no terminan de entender, hasta que se dan cuenta que están completamente atrapados en las garras del maligno.

Recuerdo que hace once años, aproximadamente, el líder de un partido político de Puebla salió huyendo de un grupo oscuro, secreto, anticristiano, al que fue invitado años atrás.

Ahí pudo ver cómo se rompió la “normalidad” de las prácticas para ser invitado a ascender a esferas más “exclusivas”, donde ya se comenzaban a ver rituales que podrían calificarse de demoniacos.

Asustado, acudió a platicar con el arzobispo de aquellos tiempos, quien le recomendó alejarse, huir, salir corriendo de ese grupo que de manera indirecta -en los primeros años- y muy directa -con el paso del tiempo- le inculcaba renegar de su religión católica, de su cristianismo.

Después de todo esto, cabría plantearnos una simple pregunta: ¿Es Morena un partido político entregado, directa o indirectamente, a los designios de Satanás?

¿En sus prácticas cotidianas tiene contemplado como agenda pública el no hacer nada ante la desaparición de personas -especialmente de niños-, o mantenerse al margen del sacrificio de tantas mujeres asesinadas, de tanto feminicidio?

A muchos podría causarle risa, a otros mal humor o irritación, quizá a algunos una curiosidad malsana, lo cierto es que en las altas esferas del poder, en este partido político está todo, menos Dios. Los hechos así lo demuestran.

@elmerando

 

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.