Voceras en campaña

  • Elmer Ancona Dorantes
Autoridades electorales y candidatos deben entrenar mejor a sus vocerías para que nadie salga herido

Me llama la atención que mujeres bien preparadas, educadas, sobresalientes y, principalmente, comprometidas con las causas justas y nobles a favor de este amplio e importante segmento social, se presten al juego sucio de la política electoral.

Toda su vida se formaron, se entrenaron para defender lo que hasta hace poco parecía indefendible; dedicaron horas y horas de su vida a profundizar sobre los graves y aterradores problemas por los que atraviesan las mujeres en el estado de Puebla, en todo el territorio nacional. Se ganaron un prestigio.

La violencia contra las mujeres debe ser tema aparte -muy alejado-, del juego sucio que se desata en las canchas del poder en tiempo de campañas, porque de no ser así, estaríamos abarantando, prostituyendo, lucrando con estas luchas que se han obtenido con mucho sudor y lágrimas, principalmente por y para las mujeres.

¿Puede atreverse cualquier candidato a ordenar a una de sus voceras que inicie una campaña de desprestigio, de ataque voraz y poco argumentado contra su principal adversario político? ¿Acaso midió las consecuencias?

¿Está consciente el candidato que utilizar este tipo de temas sensibles para la sociedad puede costarle muchísimo electoralmente? O será que esta vocera actúa de manera independiente sin calcular detenidamente el daño que le genera a su candidato-amigo-jefe en términos de votos.

Una de estas voceras, en rueda de prensa, llamó permanentemente “violentador” al contrincante electoral sin pensar fríamente que ella misma está provocando violencia política de género, un tema que, hasta donde se sabe, domina a la perfección por ser una luchadora social.

Las mujeres también pueden causar, generar graves daños a un hombre por el simple hecho de calumniarlo, difamarlo, por razones que no tienen nada qué ver con razones de género o sexo, sino de campañas electorales.

"Fuerte y claro te decimos, “Lalito”, eres un violentador por omisión, por colusión y por encubridor”. Grave acusación que se lanza al aire, públicamente, con un fin estrictamente electoral, una simple acusación sin sustento legal ni jurídico.

En el famoso Violentómetro que usa permanentemente el Gobierno del Estado de Puebla para capacitar a mujeres y hombres en materia de igualdad sustantiva, en la primera fase “Ten cuidado, la violencia aumentará”, se advierte que hay que evitar algunas cosas para no caer en la violencia de género: 1) No intimidar ni amenazar, 2) No humillar en público, 3) No ridiculizar ni ofender, 4) No descalificar, 5) No culpabilizar, 6) No mentir ni engañar, 7) No chantajear y 8) No hacer bromas hirientes.

Aquí, de entrada, la vocera de la campaña cae en la trampa utilizando muchos de estos factores para denostar al adversario político -al que toma como enemigo-, a quien descalifica, culpa, ridiculiza, ofende, intimida y humilla.

En el Plan de Acciones Emergentes para Atender la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género (2023-2024), la Secretaría de Igualdad Sustantiva del Gobierno del Estado asienta:

"La UNESCO (2014) da cuenta que la igualdad de género se refiere a “igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades para mujeres y hombres (...) Supone que se tengan en cuenta los intereses, necesidades y prioridades de mujeres y hombres, reconociendo la diversidad de los distintos grupos de personas”.

La renombrada activista metida ahora en cuestiones electorales, con tal de defender a su candidato-amigo-jefe, pierde el piso sin pensar que el candidato opositor también goza de los derechos universales e inalienables al igual que el resto de personas de diversos sexos y géneros. ¿Vale la pena echarlo todo por la borda por una campaña?

Esta misma Secretaría de Igualdad Sustantiva en su Ley Orgánica y en su Código de Ética asienta que en el Estado y desde la administración pública se debe: "Propiciar cambios culturales para la eliminación de estereotipos y la erradicación de prácticas discriminatorias, mediante estrategias de comunicación, difusión y educación, con todos los sectores de la sociedad".

¿Dónde queda, por lo tanto, el marco normativo para estas comunicadoras y luchadoras sociales metidas en política?

En fin, para terminar con este vergonzante tema, vale la pena destacar el último argumento que presumió públicamente esta activista-vocera para denostar al adversario político:

"(Siendo funcionario público) sólo en el 2023 destinó 8 millones de pesos a la Secretaría de Igualdad Sustantiva, pero en Puebla capital somos 883 mil mujeres... cada poblana recibió 9 pesos al año para la prevención, erradicación y sanción de la violencia...”.

Bueno, el adversario político podría responderle de forma elegante y argumentada: “De acuerdo con el más reciente Censo de Población y Vivienda del INEGI, en el estado de Puebla habitan 3 millones 423 mil 163 mujeres; este grupo representa 52% de la población total en la entidad. El Gobierno del Estado, teniendo más presupuesto al año que el municipal, sólo destinó 27 pesitos por mujer, en el mismo año, para la prevención, erradicación y sanción de la violencia”.

En fin, si las mujeres brillantes que tiene este estado van a tirar por la borda todo su prestigio como defensoras por una simple campaña electoral, por lo menos deberían preguntarse ¿Estoy ayudando con mi actitud, a las demás defensoras de estas causas justas a favor de las mujeres? Lo dejamos como tarea.

Las autoridades electorales, las dirigencias partidistas, los propios candidatos deben entrenar mejor a sus voceros y voceras para que nadie, absolutamente nadie, salga herido de esta batalla campal rumbo al 2 de junio.

@elmerando

 

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente la línea editorial de e-consulta.

 

 

 

 

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.