El activista y el constructor (deshonesto)

  • Rafael Reyes Ruiz
Lo que menos necesitamos es que deplorables prácticas corruptas se sigan enquistado en la sociedad

La semana pasada, en este mismo espacio, compartí la historia de la escuela indígena bilingüe Macuixochitl, y narré que hace falta material para construir salones que se necesitan en dicha escuela, a fin de que los niños y niñas de esa comunidad, sigan estudiando.

Afortunadamente, personas de buen corazón, me buscaron para ofrecer ayuda.

Desafortunadamente, personas de no tan buen corazón, también me buscaron.

Un día después de publicar el artículo, recibo una llamada de un número que no tenía registrado. La ignoré. La llamada se repitió. La volví a ignorar. A los dos minutos, recibo un mensaje del número que había marcado diciendo que era el ingeniero fulano de tal, que era constructor, y que quería comunicarse conmigo por el tema de una escuela.

Al momento, mi cara se llenó de júbilo, pensando en la ilusión de hacer los salones que hacen falta se podía volver realidad. Con esa adrenalina que dan las muy buenas noticias que llegan sin ser esperadas, al momento regresé la llamada.

Todo empezó muy cordial, con saludos, presentaciones y reconocimientos. Al momento de tocar el tema de la escuela, y de la necesidad de aulas que había en ella, al constructor le dio un ataque de sinceridad y dijo textualmente:

"Vamos a matar varios pájaros de un solo tiro. He tenido problemas de imagen por una actuación falsa que me hicieron, y también debo algunos impuestos. Yo te dono algunos ladrillos, y tú públicamente hablas de lo buena persona que soy; también me promocionas para vender material con la gente de esa comunidad y ya al final me das un recibo deducible y ya todos ganamos".

No sé qué pensaba de mí, o con qué tipo de personas está acostumbrado a tratar, pero si viví un rictus de decepción y enojo. Cuando terminó de hablar, de inmediato le dije:

"Se equivocó de persona. La Fundación no se vende, no se utiliza, y yo menos".

Colgó sin despedirse.

Comparto esto que sucedió, con el único fin de hacer consciencia de esa pequeña parte de la sociedad que cree que por sentirse "vacas sagradas", pueden hacer lo que quiera y manipular a quien quieran.

Vivimos un momento histórico, en el que, lo que menos necesitamos es que esas deplorables prácticas corruptas se sigan enquistando en la sociedad. Sin duda alguna, como ciudadanos, como personas, debemos alzar la voz contra ello, y no buscar el camino fácil, sino el correcto. Solo así, seremos capaces de encaminarnos a vivir libres de corrupción e impunidad.

Tengo fe en que podremos construir esos salones que hacen falta para que niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad tengan la oportunidad de estudiar. Tengo la esperanza de que hay gente de buen corazón que ayudará a que sea una realidad, y contribuirá con la única intención de ayudar solo por ayudar.

Si tú puedes ayudar o conoces a alguien que pueda ayudar a construir estos salones, contáctame. Somos más los buenos.

Rescoldos

Generosidad no es dar lo que sobra.
Generosidad no es dar esperando algo a cambio.
Generosidad no es dar utilizando a quien necesita.
Generosidad es ayudar por ayudar. Y de verdad, cuando pasa, gana más quien da que quien recibe.

@RafaActivista
rafaactivista@gmail.com

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Rafael Reyes Ruiz

Activista social dedicado a brindar ayuda integral a grupos de alta vulnerabilidad. Fundador de Fundación Madai, que apoya a niños con cáncer y sus familias. Miembro de grupos y colectivos de la sociedad civil. Escritor, articulista, conferencista. Desarrollador y promotor del emprendimiento social.