Formas de violencia contra las niñas

  • Malinalli García Ruiz
La violencia hacia las niñas se presenta en espacios rurales y urbanos, principalmente en el hogar

En mi primera participación agradezco al equipo de e-consulta la apertura y la oportunidad para escribir en su espacio de Opinión. Abordaré temas relacionados con el género y ciudadanía en sus diferentes dimensiones, actores, escenarios y construcciones sociales. Deseo que a través de mis escritos pueda transmitir ideas  que nos ayuden a construir un mundo más justo, más equitativo y con sentido de comunidad que tanta falta hace en nuestros días.

La construcción de ciudadanía de las mujeres ha pasado por muchas luchas desde hace varios milenios. Recordemos a Praxágora en la Asamblea de las Mujeres de Aristófanes, comedia griega en la que las esposas toman el Ágora para deliberar sobre temas de la polis y alzar la voz para ser escuchadas y participar en la solución de los problemas sociales. Más adelante en Francia, Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791 donde exigía la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, demandaba educación, participación política y libertad para el trabajo de las mujeres.

Para que las mujeres tuvieran su condición de ciudadanas en los siglos XIX y XX se libraron batallas para que les fueran reconocidos sus derechos políticos y sociales, como el derecho al voto y la lucha sufragista; el derecho a la educación y a una jornada laboral digna.

En el siglo veinte se dieron avances significativos para mejorar la condición de las mujeres, en distintos aspectos. Se desarrollaron Conferencias Internacionales de la Mujer, la última en Beijing, China de 1995, que sirvieron para visibilizar la desigualdad y la violencia de género a las que están sometidas las mujeres; además de proponer en su plataforma de acción, estrategias para combatirlas. Sin embargo, en la actualidad aún son muchas las áreas donde se debe mejorar para lograr la igualdad sustantiva y erradicar prácticas que violentan los derechos humanos de las mujeres y las niñas en el mundo.

Una de estas prácticas que lastima la dignidad de millones de niñas en el planeta es  el matrimonio infantil, o llamado también uniones precoces, que se realiza muchas veces a través de la venta de las niñas como mercancía de cambio. Considerado también matrimonio forzoso porque en la unión  no se presenta el consentimiento pleno, libre e informado de una de las partes o de ninguna de ellas.  En donde se espera que después de casarse, la niña adopte una vida que incluye relaciones sexuales, la maternidad y la crianza así como las obligaciones del hogar que tradicionalmente realiza la esposa.

Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, cuando se produce, el matrimonio infantil funciona como una norma social. Casarse con niñas menores de 18 años de edad tiene sus raíces en la discriminación de género, y alienta el embarazo prematuro y sin espaciamiento; también fomenta la preferencia por la educación del varón. El matrimonio infantil es también una estrategia para la supervivencia económica, ya que las familias casan a sus hijas a una edad temprana para reducir su carga económica.

Para Nancy Carmona Arellano “el matrimonio infantil  ha sido estudiado desde tres perspectivas: la que lo califica como una tradición semejante a la esclavitud cuando la niña es obligada a contraer nupcias y es víctima de prácticas serviles; la de género que lo considera una forma de violencia, así como una práctica que afecta la salud de las niñas y adolescentes implicadas en él y, la de los derechos de la niñez para la que supone un hecho que vulnera el derecho a la protección.  El matrimonio infantil es una práctica que afecta con más intensidad a las niñas propiciando que den un salto de la infancia a la asunción de funciones propias de las mujeres adultas”.

Según datos de UNICEF algunos de los países donde se presenta el mayor número de casos de matrimonio infantil de niñas son: Niger con  el 75 por ciento de las menores de 18 años que están casadas; Blangladesh con 65 por ciento, Chad y República Centroafricana con un 68 por ciento. Son varios los esfuerzos que se están realizando por erradicar esta práctica en el mundo. Recientemente en febrero del 2016 en Zimbabue, el Tribunal Constitucional prohibió el matrimonio infantil, siendo una acción que protege los derechos humanos de las niñas y los niños.  Se calcula que en este país el 21 por ciento de los menores se casaban antes de los 18 años.

En México los estados con mayor incidencia en casos de matrimonio infantil y venta de niñas son Guerrero, Chiapas, Estado de México, Veracruz, Coahuila y Michoacán. En Tijuana, Cancún, Puerto Vallarta, Tapachula, ciudades turísticas, las niñas son explotadas sexualmente y vendidas a extranjeros que visitan nuestro país sin ninguna restricción y satisfacen sus deseos sexuales.

Sin duda, para que las naciones se encaminen a erradicar este tipo de prácticas deben invertir más en educación para que las niñas accedan y permanezcan en la escuela. Está demostrado que a mayor educación se retrasa la edad de la nupcialidad y del nacimiento del primer hijo. Además deben reforzarse las campañas internacionales para que los países homologuen sus legislaciones prohibiendo estas uniones, de las que se estima 700 millones de niñas se han casado en estas circunstancias.

Las niñas deben contar con una educación sexual integral que les proporcione conocimientos y las prepare para el ejercicio de su sexualidad,  que las proteja  del abuso sexual, de la violencia de género, de infecciones de transmisión sexual (como el SIDA o el virus de papiloma humano), explotación sexual y pornografía, entre otros.

Y a la par de esta educación se requiere de un Estado que garantice los derechos de las niñas, el interés superior de la niñez; un gobierno nacional que diseñe y ejecute políticas públicas de protección y atención a las niñas, No se puede seguir queriendo tapar el sol con un dedo y negar esta lastimosa realidad como es la venta de niñas en la montaña de Guerrero, las venden antes de su primera menstruación: “antes de que las toque la luna”.

Es urgente retomar un Programa Nacional de Trata de Personas, donde estos usos y costumbres se erradiquen, son tradiciones que perpetúan la violencia hacia las niñas y las mujeres.

Fuentes

El matrimonio infantil en México y sus implicaciones en las niñas y adolescentes. Nancy Carmona Arellano. Recuperado de: https://silo.tips/download/el-matrimonio-infantil-en-mexico-y-sus-implicaciones-en-las-nias-y-adolescentes

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Malinalli García Ruiz

Politóloga, Maestra en Gobierno y Administración, doctorante en Educación. Diputada Local en la LVII Legislatura del Congreso de Puebla. Integrante del Observatorio de Participación Política de las Mujeres de Puebla. Docente en Educación Superior.