México rezagado en ciencia y tecnológica

  • Jonathan R. Maza
¿Por qué las Fuerzas Armadas participarán en la ciencia y tecnología?

Primero, un poco de contexto. El 16 de marzo de 2016 el Pleno del Senado de la República votó con 81 votos a favor, un voto en contra y tres abstenciones el dictamen de la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Reforman los artículos 5 y 7 de la Ley de Ciencia y Tecnología, misma que defendieron en la tribuna los Senadores de entonces: Patricio Martínez García (PRI), Marco Antonio Olvera Acevedo (PRI), Mario Delgado Carrillo (PRD) y Juan Carlos Romero Hicks (PAN).

 

Dicha iniciativa, que fue presentada casi 3 años antes por el Senador Alejandro Tello Cristerna (PRI), proponía la integración de los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina en el Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación, argumentando que, por distintas razones, “México se encuentra rezagado en el fomento de una política científica y tecnológica, a pesar de los esfuerzos y resultados obtenidos en las últimas décadas“.

 

También, mencionaba el Senador Tello en la exposición de motivos que “en México el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada se han convertido en los últimos años en instituciones clave en las tareas relacionadas con la seguridad nacional, la seguridad pública y el auxilio a la población en caso de desastre“ y que resultaba fundamental que las actividades desarrolladas por la SEDENA y SEMAR se vincularan directamente con el desarrollo científico, tecnológico y de innovación del país en los ámbitos de atención de desastres y de seguridad nacional, pues argumentaba que resulta estratégico para garantizar una mejor atención en estos temas.

 

El trayecto de esta iniciativa, aprobada en la Cámara de Senadores y que fue turnada a la Cámara de Diputados para su análisis y en su caso para su aprobación, da cuenta de que fue recibida el 29 de marzo de 2016 como Minuta con el Proyecto de Decreto para reformar la Ley de Ciencia y Tecnología. Han transcurrido 5 años para que este importante asunto se analizara, discutiera y votara nuevamente hasta su aprobación recientemente por la Cámara de Diputados el 13 de abril de 2021 y que ahora falta que se discuta y vote en la Cámara de Senadores para su aprobación final o que pase a la deshonrosa situación de la congeladora legislativa, en el tortuoso camino que otras leyes y reformas han padecido.

 

Resulta controversial entre algunos líderes de opinión, el hecho de que las Fuerzas Armadas participen, a través de los titulares de las dos Secretarías de Estado que las componen, en el Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación, pues las voces en contra alarman de la “militarización“ de la ciencia y la tecnología en México.

 

Sin embargo, este alarmismo que surge entre esas voces ante las circunstancias políticas actuales, habla más del desconocimiento de la reforma propuesta, así como de los legisladores que la han analizado y votado a lo largo de casi 8 años de la ruta legislativa que ha tenido, es decir, olvidan o desconocen quienes claman una “militarización“ en este rubro, que la inclusión de la SEDENA y SEMAR en el órgano del Estado Mexicano, rector de la Política de Ciencia y Tecnología, es una propuesta realizada desde otra época y que nada tiene que ver con “militarizar“, sino incluir, como un igual entre sus pares, a estas secretarías que tendrán el mismo nivel y participación como ya lo hacen los titulares de Hacienda, Relaciones Exteriores, Educación, Salud, Desarrollo Rural, Energía, Economía, Medio Ambiente y Recursos Naturales y Comunicaciones y Transportes.

 

El debate a estas alturas debiera ser otro en lo que respecta a la Política de Ciencia y Tecnología que debe tener México, una en donde el Sistema Nacional en la materia de verdad funcione y apalanque el Desarrollo y la Seguridad Nacional, considerando para ello la realidad geopolítica de México en un contexto global de competencia industrial y tecnológica entre potencias y polos de innovación regionales, además debería vincular la política de innovación científica y tecnológica con una política industrial que aproveche y forme el talento en las distintas áreas de las ciencias e ingenierías en los que el país destaca a nivel mundial, aprovechando las nuevas tecnologías y la digitalización de la economía en distintas actividades productivas.

 

Para los países más desarrollados no es un debate la participación de sus Fuerzas Armadas en labores de investigación científica y tecnológica, sino más bien se discute y analiza cómo deberán de ser los esfuerzos nacionales de recuperación post-pandemia, para impulsar la producción de innovaciones que los pongan de nuevo a la vanguardia del desarrollo y sostengan las capacidades de su Poder Nacional, para ejemplo de ello, basta con observar el impulso que los Estados Unidos de América, la Unión Europea, Rusia, China o Brasil dan al involucramiento de su estamento militar en desarrollos tecnológicos de avanzada en medicina, telecomunicaciones, la IA, el Internet de las Cosas, la ciberseguridad y la re-industrialización de sus economías.

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Jonathan R. Maza

Internacionalista con especialidad en Política Internacional y Diplomacia UPAEP. Maestro en Seguridad Nacional. Estudios en Seguridad Nacional por el Centro de Estudios Superiores Navales de la Secretaría de Marina Armada México