Aumento de tasas de interés ¿Por qué y hacia dónde vamos?

  • William Henry Steinwascher Sacio

Sorpresivamente el día de hoy la junta de gobernadores Banco de México cambió su actitud con respecto a la depreciación a la que se ha visto expuesto el peso mexicano y tomó hoy la decisión de subir su tasa de interés de referencia de 3.25% a 3.75%. Hasta el día de ayer la Comisión de Cambios dirigía la política cambiaria a través de la subasta de hasta 400 millones de dólares diarios con la finalidad de brindar liquidez al mercado y no para estabilizar la cotización del peso; pero hoy, Banxico asumió su responsabilidad como ente responsable de la política monetaria y decidió subir la tasa de interés, con su actitud cambia, pero también lo hará el desempeño económico de México para el 2016.

Es importante entender primero el contexto de esta decisión, es decir cuál es el rol de Banco de México y bajo qué condiciones económicas y políticas han estado evaluando el entorno económico mexicano. El Banco de México es un organismo autónomo del gobierno federal, cuyas dos principales responsabilidades son controlar el poder adquisitivo del peso (controlar la inflación) y proveer de billetes y monedas al país. Para Banco de México el crecimiento económico no es su responsabilidad, pero sí una preocupación con la que debe coordinar sus acciones con el gobierno federal ya que controlar la inflación impide el crecimiento económico de un país.

El primer aspecto a considerar al respecto es que desde el año 2008 la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos (principal referente del costo del dinero a nivel mundial) decidió reducir su tasa de interés a niveles menores del 0.25% para promover el crecimiento de su economía. Para los más grandes inversionistas esto significaba que el gobierno de los Estados Unidos se iba a endeudar a tasa casi cero, por lo que iniciaron una estrategia de invertir en diferentes países emergentes que brindaban atractivos rendimientos, y en el caso de México, estabilidad económica y confianza de largo plazo. Estos fondos que empezaron a migrar en el 2008 se establecieron de manera permanente en el país, y conforme la estabilidad macroeconómica de México se mantenía se iba haciendo más atractivo frente a invertir en los mercados de nuestros demás países competidores, por ejemplo los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), países que tuvieron un momento de fama pero sin políticas económicas que brindarán rendimientos y estabilidad económica a la vez.

El origen de la depreciación del peso frente al dólar inicia en el último trimestre del año 2014 en el que la FED anunció que había indicios de recuperación económica de Estados Unidos y por ende pronto tendrían que subir su tasa de interés. Con este anuncio los inversionistas quedaron a la expectativa del alza de tasas de interés y algunos empezaron a repatriar sus fondos desde los países emergentes hacia Estados Unidos a la espera de la tan esperada alza de tasas. En el último trimestre del 2014 el dólar (promedio Venta/Compra) pasó de 13.42 a 14.74 depreciándose el peso 10% en 3 meses. El problema es que la FED se tomó 14 meses anunciando el alza de tasas de interés, decisión que recién tomó en diciembre de 2015; y con esta espera innecesaria este organismo se convirtió en un verdadero terrorista económico que forzó a casi todas las monedas del mundo hacia la depreciación generalizada que sufrimos en 2015. Sólo en México la cotización del dólar pasó de 14.74 a 17.38%, una depreciación de 18%. La depreciación se debió porque los inversionistas extranjeros empezaron un largo proceso de comprar dólares para regresarlos a Estados Unidos en una cantidad muy superior a los dólares que llegaba por inversión extranjera directa y exportaciones.

Con respecto a las economías de América Latina, todos nuestros socios comerciales con política cambiaria de tipo de cambio libre o banda de flotación, han ido subiendo sus tasas de interés a un ritma mayor que el de México. Esto se debió a que México es el país de América Latina (A excepción de Venezuela) con el menor déficit de balanza comercial ya que la economía mexicana exportaba petróleo y automóviles, hoy sólo automóviles, y produce internamente la mayor parte de los productos de la canasta básica. Países como Brasil, Perú, Chile, Argentina y Colombia tienen un mayor déficit en su balanza comercial y tienen que importar más productos de su canasta básica. Esta mayor dependencia a bienes extranjeros con un tipo de cambio en aumentó sembró la inflación en sus economías y sus bancos centrales de reserva actuaron para prevenirla aumentando sus tasas de interés, y a la vez brindaron de mayor respiro a sus monedas frente a la depreciación.

Pero la economía mexicana enfrentó una realidad diferente, nuestra inflación en lugar de aumentar se redujo, más por razones políticas que económicas. Los dos factores que influyeron en la reducción de la inflación fue la disminución del precio de la gasolina en la frontera norte a casi la mitad de su precio a nivel nacional (que sólo beneficia a una pequeña parte de la población pero cuenta en el cálculo de inflación) y la eliminación del costo de larga distancia nacional, que fue producto de una decisión política y no económica, y que no se vio en los bolsillos de la población porque las empresas de telecomunicaciones replantearon sus paquetes y siguieron cobrando lo mismo, pero de igual manera también cuenta. Como mencioné antes, otro elemento que protegió a México de la inflación fue que nosotros producimos internamente muchos de los productos de la canasta básica, y al no tener que importarlos nos vimos aislados de este fenómeno mundial. El último componente que debió frenar la decisión de Banxico fue la reforma fiscal. Cualquier economía en donde el gobierno sube los impuestos y su banco central sube a la vez su tasa de interés sufrirá una recesión prolongada. Entonces, las decisiones del gobierno federal de aumentar la carga fiscal para compensar los menores ingresos del petróleo limito el margen de acción de Banxico para subir su tasa de interés porque el golpe al crecimiento del PIB hubiera sido significativo. En este contexto, la decisión para atender la demanda de dólares de la economía fue subastar hasta 400 millones de dólares al día para brindar liquidez a los mercados, y esta decisión liderada por la comisión de cambios, en donde participan los tres más altos funcionarios de Banxico y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; es decir, el gobierno federal intervino en esta medida. El beneficio de la subasta de dólares es que no se sube la tasa de interés y no se encarece la economía de México; pero tiene un costo importante, estamos quemando parte significativa de nuestras reservas internacionales netas que le da estabilidad a nuestra economía. Solo en el año 2015 México gastó más del 10% de sus reservas internacionales para brindar liquidez a los mercados y dejar que los inversionistas puedan llevarse sus inversiones de regreso. Y en estos primeros 45 días del 2016 el dólar aumentó su  apreció en 8.5% más con respecto al peso, esto debido a menores expectativas de crecimiento de China, el aumento en la producción del petróleo y reducción en su precio, y finalmente por nuevos anuncios desafortunados de la FED desde Estados Unidos.

La decisión del día de hoy no es sólo un cambio de rumbo, sino es un cambio de capitán. Banco de México asume el liderazgo frente a esta situación desde la política monetaria subiendo la tasa de interés de manera significativa y dejando de lado la participación del gobierno federal y por ende dejando en segundo lugar los objetivos de crecimiento económico anteponiendo a ellos la preservación del poder de compra del peso. Esta medida sugiere que Banco de México ha evaluado que la inflación para 2016 iba a ser de mayor magnitud de la esperada por lo que decidió anticiparse con una medida drástica. Esta medida debe estabilizar a los mercados porque les da un premio importante a los inversionistas por mantener sus inversiones en México, pero encarecerá el costo del dinero para las operaciones productivas y comerciales en México. Además, frente a una eventual nueva alza en las tasas de interés de la FED en 2016, Banxico deberá reaccionar con un nuevo aumento de tasas.

El impacto que esta decisión tendrá sobre la economía mexicana es que ya no creceremos al ritmo esperado para el año 2016 porque el costo de los créditos aumentará, no solo para las empresas sino también para las personas. Tendrán que subir las tasas de interés de las tarjetas de crédito, los créditos de nómina, automotrices e incluso hipotecarios. Para quienes hayan comprado casa y autos a tasa fija no sufrirán esos aumentos, pero quienes hayan obtenido créditos a tasas variables o tengan deudas altas en sus tarjetas de crédito tendrán que asumir ese eventual nuevo costo, que si bien no será significativo sí suma al presupuesto familiar, mientras que para las empresas, adquirir nuevos créditos a un costo mayor. Este nuevo costo del crédito hará que las personas gasten y consuman menos, y por ende el comercio y el crecimiento económico se verán afectados. El alza del costo de crédito se trasladará a los clientes de los bancos de acuerdo a su sensibilidad a las tasas de interés y su costo financiero, por lo que no todos los bancos subirán de la misma forma. Por otro lado, una tasa de interés superior a la inflación esperada promueve el ahorro ya que la tasa de interés real se vuelve positiva, y tal vez podamos dejar atrás los años en los que ahorrar significar perder dinero como comenté en mi columna El ahorro en tiempos de intereses negativos del 2 de febrero de 2015. Los ahorros de los trabajadores tendrán el beneficio de mejores tasas de interés, pero tendrán que pagar un costo de manera inmediata porque las inversiones de hoy están en productos de deuda que paga el gobierno federal con el antiguo bajo interés, y mientras desinviertan en esos productos reportarán una minusvalía inmediata en lo que reorganicen sus portafolios de inversión. Por último, si la nueva tasa de interés de Banxico es atractiva para los inversionistas  estos no sólo dejarán de demandar dólares para retornar al dólar sino que también podrán regresar algunos de los fondos que se fueron, promoviendo una eventual apreciación del peso mexicano y mayores inversiones en deuda y en los mercados accionarios si los rendimientos de las empresas son atractivos ¿y qué sucederá con el crecimiento económico? Frente a una mayor tasa de interés la mejor forma de promover el crecimiento es un cambio a la política fiscal que busque la reducción de impuestos. Parece que quien ahora tiene las manos atadas es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

William Steinwascher

william.steinwascher@gmail.com

@billsteinwa

 

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William Henry Steinwascher Sacio

 

Consultor en empresas familiares, y profesor de asignaturas en diferentes universidades de México a nivel posgrado y pregrado. Doctor y Maestro en Ciencias Administrativas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, Maestro en Banca y Finanzas en la Universidad de Lima (Perú) y Licenciado en Administración en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (Perú). Sus áreas de consultoría e investigación se enfocan al desarrollo de estrategias empresariales y financieras, gobernabilidad corporativa y sucesión empresarial. Ha publicado artículos sobre sus áreas de interés académico en revistas arbitradas, y presentado artículos en congresos nacionales e internacionales. En su experiencia profesional ha desempeñado funciones de Desarrollo de Negocios, Planeación Estratégica, Inteligencia Comercial y Administración de Ventas en instituciones de educación superior  y en empresas de servicios medioambientales, construcción, telecomunicaciones  y autotransporte. En su experiencia académica ha impartido clases de estrategia, finanzas, emprendimiento y gestión a nivel licenciatura, maestría y doctorado desde el año 2009.