Pensamiento positivo y neoliberalismo

  • Raymundo Alfaro Pérez
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El lenguaje positivo es una sutil técnica de manipulación de masas, eso lo saben muy bien los partidarios del neoliberalismo; así, la primera y más necesaria tarea del neoliberalismo es construir el consentimiento de los ciudadanos para poder mantener las injusticias y desigualdades sin mayores protestas. Este modelo económico no solo creo las bases para que el “libre mercado” se erigiera como el nuevo poder global sobre los Estados nacionales, mismos que deben acatar los mandatos de este nuevo “Dios Todopoderoso”, sino que también fue construyendo una ideología que se conoce como pensamiento positivo, el cual tuvo sus orígenes en los Estados Unidos de Norteamérica, este tipo de pensamiento ha influenciado no solo a la sociedad norteamericana, sino también a la canadiense y a la mexicana.

Mediante el "pensamiento positivo" se está produciendo la incorporación de las ideas y del lenguaje de los ricos y los privilegiados en las mentes de las clases subalternas. Y esa es la más poderosa táctica para reforzar y mantener al neoliberalismo y la desigualdad creciente. El mensaje para los ciudadanos en los diferentes medios de comunicación es, “Piensa en positivo y sométete. No protestes es tu culpa”, incluso se trasladó este enfoque de los partidarios del neoliberalismo, en argumentos de que esta perspectiva económica asegura el bienestar del individuo a través de la privatización y de los mercados libres, pero la realidad es bien diferente, puesto que es un hecho, y muy doloroso que en la vida cotidiana de la mayoría de los ciudadanos del planeta, que viven bajo el neoliberalismo, el bienestar del individuo no cuenta porque es un proceso que tiene como objetivo que la riqueza y el poder se concentren en sólo unos pocos. Bajo este pensamiento positivo se lanza el mensaje de que; “Si no triunfas es por tu culpa, no te preocupes por la injusticia”, y al no tratar de buscar otras respuestas a la realidad que nos ha tocado vivir, sencillamente aceptamos sin cuestionar las exigencias gubernamentales, los cuales a su vez aceptan los mandatos del  Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual lanza la consigna de que todos los ciudadanos tienen que hacer un esfuerzo para mantener al modelo que les garantiza su realización y felicidad, esta manipulación del FMI, tiene sentido viniendo de un organismo que no ha sido elegido democráticamente. Lo que es alarmante es que ciudadanos que viven por debajo del umbral de la pobreza repitan el mismo discurso de que "todos tenemos que poner de nuestra parte" ante el rescate de los bancos y los recortes de los servicios públicos, los sueldos y las pensiones. Esto demuestra que la primera y más necesaria tarea del neoliberalismo es construir el consentimiento de los ciudadanos para poder mantener las injusticias y desigualdades. A través de los políticos, sus partidos y expertos, así como de la prensa tan necesaria para estas sutiles tareas, se utiliza el lenguaje para poder generar y mantener un "sentido común", que vea a la desregulación y la privatización, que llevan a que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, como algo "bueno" y "normal.

La indiferencia y apatía que observamos en buena parte de la población se explica por el control y enajenación que produce el pensamiento positivo, que inhibe la participación ciudadana para tratar de incidir en el rumbo del país, el cual padece de un sistema político que ha puesto en alto riesgo al Estado democrático y Constitucional, lo que hoy lastima a la sociedad es la brutal violencia e inseguridad que está matando a miles de mexicanos, a merced del crimen organizado, y ante este desolador escenario de muertes, linchamientos, suicidios, represión oficial, se observa como después de haber sido asaltado, desvalijado, extorsionado etc. leemos publicidad con el mensaje; “tu día es lo que tú decides”, y ahí no para el optimismo positivo de frases que nos confunden para enfrentar la realidad, cuando escuchamos enunciados como el de “la realidad es el espejo de tus pensamientos”, y entonces a partir de ahí nos movemos, actuamos y pensamos sin cuestionar aquello que nos duele. Y qué decir de la tan cacareada expresión; “la crisis es una oportunidad”, y bajo esa lógica se nos ha ido la vida, conformándonos con ver como para unos pocos las crisis, si resulto ser una gran oportunidad de asegurar su futuro, mientras que para la gran mayoría esa oportunidad de mejorar, se fue alargando hasta el grado de nunca llegar.

El lenguaje del neoliberalismo lo que hace es que nos anima a negar la realidad, y nos enseña a que solo con pensar en las cosas que nos harán feliz lograremos nuestro bienestar, o sea si se piensa en el dinero este vendrá sin mayor problema, es decir el pensamiento por si atraerá el dinero deseado. Esto no es exagerado, el libro intitulado el “Secreto”, el cual tuvo un éxito de ventas sin precedente, predicando la idea de, “la ley de la atracción”. Si quieres algo, dice la autora Rhonda Byrne, sólo tienes que “atraerlo” con tus “pensamientos positivos”. Pero hay más de este lenguaje subliminal,  Álex Rovira y Fernando Trías, profesores en la Business School en  “La Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE)”, de Barcelona España  publicaron su libro “La Buena Suerte: claves de la prosperidad”, el cual después de darle una revisada, resulta ser un excelente manual de motivación personal que justo evidenciaría la enorme buena suerte que han tenido muchos políticos exitosos, que no dejaron ir la oportunidad de su vida, de vivir del erario público, o de empresarios que supieron estar en el momento oportuno para tomar buenos contratos derivados de la buena suerte de tener la confianza del gobernante en turno, o que decir de la buena suerte de la actriz Carmelita Salinas que consumo su buena suerte con la enorme distinción de ser diputada federal por el PRI, gracias a las buenas amistades que la ayudaron para llegar a ser una distinguida representante popular, el suceso es de burla para la racionalidad ciudadana mexicana.

Con este lenguaje construido en mensajes de pensamiento positivo se intenta convencer a los ciudadanos de que el éxito o fracaso en la vida, y todo lo que ello implica, salud, educación, recreación, trabajo y demás derechos sociales básicos para cualquier ser humano, es solo su responsabilidad individual, y que cualquier consecuencia que dañe su integridad es el producto de sus pensamientos negativos. Lo difícil de esta tendencia y control social, es ver las injusticias, las manipulaciones y la violencia que hay debajo del lenguaje “positivo”. Y para contrarrestar esta falsa filosofía de vida individualista retomo como mensaje de pensamiento crítico, la frase de Gandhi, “Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo.”

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Raymundo Alfaro Pérez
Originario de Puebla. Casado y padre de cuatro varones. Abogado, Notario y Actuario. Egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales BUAP. Maestría en Ciencias Políticas BUAP. Doctorado en Derecho BUAP