La expresión ciudadana en la marcha del domingo

  • Juan Manuel Aguilar

En la crisis política que enfrenta hoy el gobernador del estado de Puebla, algunos observadores sólo alcanzan a distinguir como causa principal a ciertos enemigos políticos del gobernante, que intentan capitalizar la tragedia de Chalchihuapan para echar abajo sus pretensiones por hacerse de una candidatura a la presidencia de la república. Quizás esta visión sea simplista y lineal.

 Mi argumento está soportado por la observación de la marcha ciudadana del día de ayer contra el gobernador del estado. No desfiló algo así como un grupo cohesionado de enemigos del gobernador que anda poniendo obstáculos en el camino para hacerlo tropezar. La heterogeneidad entre los asistentes sólo tenían algo en común: El idioma. Igual se pudo identificar a personajes de diferentes organizaciones y partidos políticos, así como a exfuncionarios estatales y municipales. Pidieron la desaparición de poderes en el estado tanto empleados y trabajadores como profesionistas, académicos, jóvenes, campesinos, amas de casa y menores de edad que les acompañaron.

Las razones por las que estos ciudadanos (alrededor de 4,600 según mi conteo) decidieron juntarse para marchar, fueron tan diversas como también lo son los niveles económicos, políticos y sociales en los que ellos se desenvuelven cotidianamente.

Algunos de los asistentes ciertamente se representaron a sí mismos como afectados directos de las acciones de gobierno. Así pudo notarse la presencia de la mamá del menor fallecido en Chalchihuapan, los propietarios y trabajadores de verificentros clausurados, los afectados por las concesiones mineras, los familiares de los inconformes populares presos, los afectados por la reciente ley de expropiación, por la privatización de la administración del agua, militantes panistas que rechazan ser afines al gobernador y  ex-empleados estatales hoy sin trabajo, entre otros.

La manifestación ciudadana de rechazo al gobernador de Puebla identifica una amplitud de frentes de la gobernabilidad que han sido administrados directamente en sentido adverso al interés de la población. Por ello es significativo que entre las consignas que ayer se expresaron contra el gobernador, ninguna recuerdo que haya sido contra sus pretensiones de avance político, pero sí muchas contra su persona por los perjuicios causados por sus decisiones de gobierno. No estaría pues el interés de la población, en las aspiraciones del gobernador sino en los abusos que con esta intención, le infiere a los ciudadanos.

El aumento de poblanos en situación de pobreza, el estancamiento del desarrollo económico estatal, el aumento de la deuda pública, la asignación de cuantiosas obras públicas a contratistas, asesores y empresas foráneos, la contratación de funcionarios ajenos a Puebla, los millonarios gastos superfluos en promoción de la imagen personal, el aumento en los índices de inseguridad pública, el desorden urbano de la zona metropolitana, el estilo autocrático de gobierno, su proclividad a la soberbia y la mentira, en algún momento tienen que materializarse de forma adversa en las actividades cotidianas de la población. Parece que esos momentos ya están aquí.

Coincido con aquellos a los que les importa un cacahuate si un político tiene ambiciones, éxitos o fracasos en la actividad pública que eligió. Lo delicado está en que intente pavimentar su camino a costa de los derechos y recursos de la sociedad, a la que en su momento por precepto constitucional está obligado a servir. Tal es la lectura que doy a lo expresado en la marcha de ayer domingo.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Juan Manuel Aguilar

Consultor independiente e Ingeniero en Ecología. Cuenta con una maestría en Estudios Regionales de Medio Ambiente y Desarrollo, y es Doctor en Medio Ambiente y Territorio. Ha sido Presidente del Colegio de Profesionales en Medio Ambiente y Desarrollo, A.C., Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Ecología del Estado de Puebla e integrante del Consejo Ciudadano de Ecología del Municipio de Puebla.