Las diferencias de oportunidades que existen en el país para hombres y mujeres producto de la ignorancia y de una cultura machista, son un pesado lastre que tienen que cargar aquellas quienes son madres.

Ser mujer no es fácil, al menos en México, sin embargo hay situaciones que pueden complicar aún mas la situación como el hecho de ser madre, o madre soltera, o quizás madre soltera en poblaciones rurales sin servicios médicos. También está la posibilidad des ser madre de varios hijos sin acceso a métodos anticonceptivos a una cultura de planeación, o el caso de ser madre a muy temprana edad.

En México el fenómeno de la maternidad tiene múltiples aristas negativas, uno de los problemas más preocupantes y evidentes es que está aumentando peligrosamente el número de madres menores de edad que obviamente, no están embarazadas como producto de un acto de libertad sino accidentalmente, por una deficiente educación, inmadurez y poca información sobre sexualidad.

Esta situación crea un círculo vicioso en donde una madre extremadamente joven tiene menos posibilidades de salir adelante económicamente perpetuando de este modo la pobreza en el país. De acuerdo al INEGI las  mujeres de 12 años o más que declararon tener una situación conyugal de no unión, 45.9% se encuentran en situación de pobreza multidimensional y 20.2 presentan pobreza extrema.

Entre 1960 y 2009 la tasa global de fecundidad disminuyó de 7 a 2.4 hijos por mujer, siendo la preclampsia la principal complicación obstétrica en las mujeres de 15 a 49 años con el 52.3 por ciento, y en 2011 del total de defunciones por complicaciones de emergencia obstétrica, en mujeres de 15 a 49 años, 31 de cada 100 son por hemorragia posparto. Esta cifra es escalofriante para la mujer en pleno siglo XXI y nada alentadora.

Un aspecto más que viene a complicar este fenómeno es la violencia, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011 señala que 45.7% del total de mujeres unidas (casadas o en unión libre) de 15 años y más con hijos refirió haber padecido algún tipo de violencia por parte de su última pareja, de éstas: la violencia que más prevalece es la emocional (89.2%) la cual consiste en insultos, amenazas, humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico o emocional; le sigue la violencia económica (56.8 por ciento); la violencia física (26.3%) que tiene que ver con empujones, jalones, golpes, agresión con armas, entre otras, y la violencia sexual (12 por ciento).

Como puede verse el problema de la maternidad es multidimensional y complejo, por ello es de vital importancia conocerlo e involucrarnos más en posibles soluciones, creo firmemente que uno de los pilares de esta batalla es la educación y la información que se proporciona en casa y en las escuelas, si el problema está migrando hacia las mujeres más pequeñas, es a ellas y a los hombres de la misma edad a quienes hay que educar para frenar este problema que prácticamente condena a la pobreza a madre e hijo, o en el peor de los casos, a la muerte.