Juntas auxiliares cuarto orden de gobierno
- Alejandro Chávez Palma
…En Solidaridad con el Dr. RICARDO PÉREZ AVILES
En materia municipal la propuesta de avanzada sobre los niveles de autogestión del desarrollo local se desprenden de una propuesta más amplia que se extiende hacia todo el país y, es la necesidad de extender e incorporar a éste nivel el régimen jurídico de la Comunidad Social concreta, a miles de comunidades, indígenas y no indígenas, sujetas hoy, al clientelismo consabido del gobierno
Estas, se atomizan a lo largo y ancho del país, diseminadas en sus 2 443 municipios que lo conforman (217 en Puebla y 600 Juntas Auxiliares), sumidas en la pobreza y excluidas de todo, sólo tomadas en cuenta para fines de manipulación electoral como es el caso del estado de Puebla, con la elección de autoridades auxiliares el último domingo de abril de 2014, afrontando el despropósito gubernamental al ser defenestrada la propuesta intolerable de la partidización de dichas elecciones.
Se trata de comunidades rurales o urbanas, colonias, ejidos, comunidades rancherías y localidades, que carecen de por sí de personalidad jurídica y patrimonio propios, a donde no llega justamente la autonomía municipal, pues ésta se queda limitada a lo que hoy conocemos como “Ayuntamientos Municipales”, en manos de grupos de poder , en su mayoría de corte caciquil a cargo de uno u otro partido político, caso emblemático es el municipio capital del estado.
Acaso tengan diferencias de forma con sus antecesores o el mismo gobierno estatal cuya administración es adyacente, en el fondo defienden el mismo modelo de exclusión político-presupuestaria social y jurídica que priva en todo el país.
El cuarto orden de Estado, el régimen de la Comunidad >Social Concreta, las Juntas Auxiliares en el estado de Puebla, lo que requieren es ser reconocidas en el sistema federal mexicano, éste nivel comunitario social y concreto, para superar la crisis que está viviendo el Estado mexicano por lo menos desde mediados de la década de los setenta al registrarse un crecimiento desmesurado de la población, mientras que la economía decrece y la sociedad se empobrece progresivamente como se a demostrado en éste espacio.
Ante la actitud despectiva de éste régimen, minimizar a las comunidades y sus anhelos de autodeterminación pues no deciden sobre la autorización de gasoductos o de proyectos de muerte modernizadores: “todos los de abajo son indios” “se consideren o no”. Hay quienes consideramos junto con el Dr. Ricardo Pérez Avilés que, para organizar a la sociedad se debe empezar desde abajo, desde su base, desde la comunidad social concreta: llámese barrio, manzana, colonia, comunidad, pueblo ó ranchería y a partir de ella rehacer a su estado completo, no al revés como ocurre en el estado hoy día.
“El Estado debe extenderse y tener presencia hasta la comunidad social concreta es decir, debe otorgar a la comunidad la capacidad –que deberá ser establecida por la constitución- de organizarse políticamente y tener un gobierno comunal que le permita impulsar su propio desarrollo integral” ( J. Habermas 2005Facticidad y Validez sobre el Derecho y Estado Democrático de Derecho en términos de la teoría del discurso, Madrid, Totta.p.61)
Es decir, el municipio ni siquiera ha sido suficiente para que la sociedad se organice desde su base, ya que el municipio mexicano y latinoamericano. Fue diseñado como un instrumento de conquista y de colonización hace cinco siglos y que las constituciones independentista y liberales posteriores han mantenido intacta como estructura abstracta para beneplácito de los monarcas de ahora y, sigue por tanto propiciando fenómenos de colonización interna, que actúan como obstáculos fundamentales para lograr procesos de desarrollo sustentables a nivel local que, es el reclamo de campesinos y comuneros del estado de Puebla en la región Iczta—Popo.
Para enfrentar los efectos depredadores de los proyectos de muerte gubernamentales, supuestamente “modernizadores” es necesario reformar a fondo la estructura municipal, caracterizada por la centralización del poder en la cabecera municipal y el abandono de las comunidades interiores, con el fin de que cada comunidad endógena, tanto rural como urbana,, tenga gobierno propio capaz de generar el poder para así, desencadenar sus procesos de desarrollo sostenido relativamente autónomo. Existe en nuestro estado una enorme tradición de trabajo comunitario, que actualmente se desperdicia por el clientelismo político y por la explotación de la estructura municipal actual que por su carácter centralista genera un colonialismo interno que propicia el gobierno actual.
Por lo tanto la participación de los partidos políticos en la vida de las comunidades o como se quiere llevar a cabo en las Juntas Auxiliares en un mediano plazo, solo romperá con sus identidades comunitarias y con su tejido social de participación.
Me queda plantear por último que es fundamental para cualquier sociedad, que sea tomada en cuenta, que sea escuchada y que se dialogue, solo así se construye ciudadanía, misma que hacen posible la participación y ayudan al desarrollo.
Antes que cualquier tentación autoritaria, deben prevalecer los consensos, los acuerdos, el entendimiento social y el dialogo político entre todos. Nadie pierde y a nadie se lastima, el dialogo trae consigo propuestas y alternativas y contribuye a aislar la polarización social, que inmoviliza el cuerpo de la sociedad misma.
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Profesor investigador de la Facultad de Economía, coordinador del Laboratorio de Pobreza y Marginación de la misma Facultad, y doctor en economía.