Carta de un educador a los Reyes magos

  • Juan Martín López Calva
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Queridos Reyes magos: Creo que los que nos dedicamos a la educación tal vez no podríamos decir como suelen hacer todos los niños en sus cartas cada 5 de enero que nos hemos portado bien, si se juzga por los resultados de las evaluaciones que ponen a nuestro sistema educativo como uno de los más deficientes entre los que miden sus resultados en las pruebas de PISA de la OCDE.

Sin embargo, si tomamos en cuenta que no solamente importan los datos “duros” y las pruebas estandarizadas sino que para ustedes cuenta también la buena intención, el esfuerzo y la pasión con que se hacen las cosas, es posible decir que un gran porcentaje de quienes nos dedicamos a la educación en el país hicimos en el año que terminó nuestro mejor esfuerzo por formar de la mejor manera a nuestros estudiantes y vivimos con entrega y compromiso nuestra vocación al magisterio.

Por mi parte puedo afirmar que así ha sido y que con todas mis limitaciones personales y las dificultades estructurales en las que se desarrolla la labor educativa en nuestra sociedad, realicé mi trabajo docente con toda la pasión que implica el compromiso por despertar y dejar fluir el deseo de saber y el deseo de vivir humanamente de cada uno de mis estudiantes.

Es por ello que escribo esta carta con la confianza de que aunque no sea posible que me traigan –o nos traigan- todo lo que aquí voy a pedir -tal como sucedía en mi infancia en la que muchas veces el regalo que pedí no fue el que recibí pero siempre hubo algo que uds. dejaron al lado del zapato que con tanta ilusión ponía cerca del nacimiento- seguramente será posible que algunas de estas cosas puedan hacerse realidad.

Les pido con esta fe fresca y auténtica de los niños que para este año puedan traerme algunas cosas que necesita con gran urgencia la educación en México. Como verán, no pido sólo para mí, sino para todos los que de alguna manera somos corresponsables de la formación de los niños y jóvenes del país, para que podamos contribuir con mayor calidad y pertinencia a la transformación de nuestra sociedad en una comunidad justa, pacífica, igualitaria, democrática y fraterna a través de la aportación de ciudadanos que estén a la altura de los tiempos.

En primer lugar quiero pedirles que la llamada reforma educativa que hasta ahora es solamente un cambio de las bases legales para poner las condiciones necesarias para emprender la reforma profunda que nuestra educación necesita, continúe y se realice hasta sus últimas consecuencias, para que llegue a ser una auténtica reforma de nuestro sistema educativo.

Les pido entonces que se concrete un sistema integral de carrera docente que abarque una transformación de las instituciones y programas de formación inicial y de actualización permanente de los profesores para que lleguemos en poco tiempo a tener un sistema educativo en el que la formación de los niños y jóvenes esté en manos de los mejores profesionales, tanto en capacidad y competencias disciplinares y pedagógicas como en su vocación y ética profesional.

Una petición relacionada con este punto es dentro de este sistema de carrera docente se establezcan los mecanismos, instrumentos y procedimientos de evaluación cuantitativa y cualitativa que garanticen una información sistemática y actualizada para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje y por otra parte, para que la toma de decisiones sobre la contratación, promoción y remoción de los docentes y directores escolares se haga con base en la capacidad y los méritos de los profesores y no desde criterios económicos, políticos, sindicales y de relaciones y “palancas”.

Les pido también que el cambio constitucional realizado llegue a hacer realidad la recuperación de la rectoría del sistema educativo por parte del Estado y no simplemente a la vuelta del control laboral del magisterio por parte de un gobierno corporativo y centralista como ha sido en el pasado. Que a partir de estos cambios se reforme a profundidad la organización gremial de los profesores para que el sistema cuente con uno o varios sindicatos magisteriales fuertes, democráticos, transparentes, que defiendan los intereses laborales de los docentes y rindan cuentas de sus actos y del manejo de sus presupuestos.

Además quisiera que nos traigan una Secretaría de Educación Pública renovada y orientada hacia la definición del perfil de ciudadano mexicano del siglo XXI que se requiere formar desde una visión amplia y democrática del país que queremos construir para que se constituya, como lo decía el Dr. Pablo Latapí, en un verdadero “Ministerio del futuro” y no en un simple estamento de control burocrático de las escuelas.

Por último, si no es mucho pedir, quisiera que nos traigan una investigación educativa centrada en la búsqueda de conocimiento sobre los principales problemas educativos y vinculada de manera orgánica con la realidad de las instituciones educativas y con los actores del proceso educativo, más allá del cumplimiento de requisitos de puntajes y estándares y del mantenimiento de grupos y núcleos de poder encerrados en su propia lógica academicista.

Agradezco mucho su atención y ojalá puedan traerme algo de lo que aquí he pedido. Como soy consciente de que “a Dios rogando y con el mazo dando” les prometo seguir haciendo mi mejor esfuerzo este año para cooperar con ustedes a tratar de hacer realidad lo que les he pedido.

Les dejo un saludo y los espero el año próximo.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).