Poder, mezquinidad y traición

  • Lilia Vásquez Calderón
Toda política es una lucha por el poder, el último género del poder es la violencia.

PODER

En la historia de la humanidad la lucha por el poder se ha reflejado de diversas formas, en el juego político se convierte en el instrumento necesario para lograr determinados  fines, en la relación humana se traduce en la  posibilidad que tiene una persona de  lograr que otra,  haga lo que ella quiere.

Existen diversas formas de expresión del poder: el que se ejerce mediante la fuerza, el obtenido por la coacción, el que nace de algún tipo de influencia o bien el que se gana por consenso. En esta clasificación la forma más idónea de ejercer el poder es aquel que se logra por consenso dentro de un  marco de  legalidad.   En el Estado moderno, se pretende que lo legal y lo legítimo sean elementos inherentes al ejercicio del poder político.

MEZQUINDAD

Una conducta mezquina es aquella que expresa  pobreza, desdicha, frustración, odio, venganza, carencia absoluta de sentido de existencia, ello es  muy común en las acciones humanas cargadas de egoísmo, donde se antepone el interés personal sobre el colectivo,  recurriendo al anonimato, a la descalificación,  diatriba, agresión,  considerando que solo se posee la razón por el  hecho de convenir  a un interés personal, donde  no se escatima recursos, ni medios para inventar realidades y discursos propios a un interés y conveniencia. Esta conducta  se expresa en una patología, que se traduce en la idea de estás conmigo o eres mi enemigo. 

TRAICIÓN  

La búsqueda de poder a través de cualquier medio o recurso, trae como consecuencia conductas mezquinas con ello  se justifica  la traición,  quebrantando  la fidelidad o lealtad que se debe guardar, por lo que se actúa con alevosía y se menosprecia el  interés colectivo y  la seguridad.

Esta tipología que parece ser común a la existencia humana, se traduce en un rasgo de ciertos académicos de la Facultad de Derecho, personalidades que se han caracterizado por un bajo perfil académico, por anteponer su interés personal, por no pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), no ser Perfil Promep (Programa de Mejoramiento del Profesorado), no tener obra publicada y en el caso de tenerla el impacto en la formación de los estudiantes es nulo, tanto en la licenciatura como en el posgrado, no participar en el trabajo colegiado de academia, desconocer los perfiles de ingreso y egreso de los seis programa educativos de pregrado, de las modalidades educativas semiescolarizada y a distancia, unidades regionales Tehuacán, Chignahuapan, Huachinango y  estudios de posgrado,  indiferencia a los procesos de evaluación y acreditación, servicio social, práctica profesional,  tutoría académica, planeación y gestión académica-administrativa.

Situación que se demostró por los aspirantes a la dirección al presentar ante el  Consejo de Unidad Académica  su programa de trabajo que no logro articular  una propuesta integral a corto mediano y largo plazo de la nuestra unidad académica,   expresando con ello un desconocimiento total de la realidad de la Facultad y de la universidad.

Los  logros obtenidos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales al día de hoy, fueron descalificados el trabajo de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), cuerpos académicos,  docentes,  perfil de estudiantes, procesos de acreditación que al día de hoy están reconocidos por el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), Consejo Nacional para la Acreditación de la Educación Superior en Derecho A.C., (CONFEDE), Asociación para la Acreditación y Certificación en las Ciencias Sociales (ACCECISO), Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES),  Consejo para la Acreditación de la Educación Superior   (COPAES ), los  estándares de Calidad del total de los programas educativos fueron ignorados,  la pregunta que me surgió en ese momento fue de que escuela o Facultad hablaban. 

Por lo que personalidades como Francisco Ávila Caso, Ismael Alvarez Moreno, Fernando Andraca Huerta, Julieta Andraca Huerta, Pablo Portillo Castillo, José Fragoso Cervón, Ismael Juárez Ventura, Catalina Medellin Sánchez, Agustín Ventura Vega, Arturo Rivera Pineda, fieles a su estilo oportunista y provocador vieron en este proceso electoral la gran oportunidad de apoderarse de la Facultad y lograr el máximo provecho.

Ante la ausencia de un proyecto, la nula credibilidad y aceptación que han tenido de la comunidad académica, estudiantil y administrativos el único recurso que les queda por desarrollar es una personalidad caracterizada por el poder, la mezquindad y la traición, vendiéndose al mejor postor, tratando de sacar el mayor beneficio, y desarrollando un discurso de mentiras y ataques, el tiempo lo demostrará……Con el debido respeto.

correo liliasilvia@yahoo.com

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Lilia Vásquez Calderón

Lilia Silvia Vásquez Calderón, Licenciada en psicología, maestra en derecho.

Coordinadora Académica del posgrado del  Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla (CCJP)

Docente jubilada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, BUAP.