Registro Civil, un legado para los mexicanos

  • Alejandro Armenta Mier

Hablar del registro civil es hablar de una función administrativa de uno de los servicios más importantes en nuestro país. Representa la certeza jurídica de la identidad de cada persona, siendo reconocida con sus obligaciones y derechos de ser y pertenecer a una sociedad.

Vale la pena revisar la historia. La función del registro de población de los Estados que se constituyeron como católicos, mediante el Sacramento Bautismal, se realizó después de la colonización española en el siglo XVI; este esquema prevaleció por más de un siglo hasta que con la ilustración francesa inició la idea de la separación de la Iglesia y el Estado.

Del Siglo de las Luces (XVIII) -como se le conoce al final de aquel período en Europa (principalmente en Inglaterra y Francia)- surge una nueva concepción de Estado con sus 3 elementos: territorio, población y gobierno.

Estas nuevas concepciones del Estado son aplicadas en México por tres magníficos liberales -dos poblanos- José Ignacio Gregorio Comonfort de los Ríos y José María La Fragua Ibarra, pero sobre todo por el ilustre Oaxaqueño Don Benito Pablo Juárez García; todos ellos precursores e impulsores de la Guerra y Leyes de Reforma (entre liberales y conservadores).

De esa manera y con esa ideología, estos personajes logran que el Estado Mexicano cumpla con estas tres premisas que fueron desarrolladas por los ilustradores ingleses y franceses del siglo XVIII.  La visión –sin duda- fue dotar de Identidad Legal a los soberanos de un territorio, como función del poder (gobierno), dando existencia este elemento del Estado, la población. Por esta razón, esta acción resulta tan determinante en el Derecho y en la sociedad mexicana.

Las Leyes de Reforma -incluida la del Registro Civil de 1857 y la del 28 de julio de 1859- constituyen además del momento cúspide del laicismo en el país, el inicio de una de las funciones más importantes de la actividad del Estado; la definición de la población mediante la función del Registro Civil sin duda es el inicio de la historia para todos los ciudadanos de este país, pues éstos estarían identificados jurídicamente ante las autoridades civiles.

La Ley Orgánica del Registro Civil fue Promulgada por Don Benito Pablo Juárez García el 28 de julio de 1859 en la Ciudad de Veracruz; con este hecho se funda legalmente la Institución del Registro Civil en México.

Adicionalmente, ese mismo año se promulgan leyes sobre el Estado Civil como la del Matrimonio Civil y la Secularización de los Cementerios. Con esto, la función de inscripción de las personas para dotarlas de un nombre, nacionalidad y filiación además de la disposición de sus bienes para después de su muerte; lo que hoy conocemos como Identidad pasa a ser una función del Estado.

A partir de este evento de gran importancia en la vida jurídica del país, se da inicio a uno de los servicios públicos más relevantes en la actividad del Estado. Hoy día el origen de esta función administrativa se contempla en el penúltimo párrafo del Artículo 130 de nuestra Carta Magna.

Así, el Benemérito de las Américas promovió que en los Estados y Territorios que conformaban la nación mexicana, fueran asimilando e implementando sus legislaciones para concretar esta iniciativa federal que resulta en nuestra noble labor, misma que he tenido el privilegio de desempeñar.

El 28 de julio es y será recordado como el día en que inició el Registro Civil en México. Ese día conmemora la culminación de las acciones para su consolidación como un Estado Moderno pero también el inicio de la función primaria y transversal del Estado Mexicano Moderno.

En 2013, celebramos 154 años del registro civil en nuestro país y con ello, el registro de la población, elemento vital para el desarrollo y ejercicio de los derechos y obligaciones que como mexicanos tenemos ante nuestra nación como parte de una sociedad. 

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.