La magia de los pueblos originarios con proyección mundial

  • Alejandro Armenta Mier
Parte del diagnóstico nos lleva a visualizar poblaciones aisladas con deficientes comunicaciones

La marginación y el olvido continúan rodeando a los pueblos originarios en la entidad poblana, producto de la indiferencia de administraciones municipales que se resisten a invertir recursos para acercarles servicios como luz, agua potable, educación y tecnología.

Los pueblos originarios, que convierten al estado de Puebla en el cuarto en importancia en el país por sus comunidades indígenas, albergan siete etnias: la Nahua, Totonaca, Mazatecos, N'giwas, Mixtecos, Otomís y Tepehua.

Situados en la geografía poblana, nos encontramos con que los pueblos nahuas están entre los Valles de Serdán y Atlixco, y engloban a municipios con problemas de pobreza. En el caso de los totonacas, se ubican principalmente en dos regiones: la Sierra Norte y la Región Nororiental, destacando los municipios de Zapotitlán de Méndez, San Felipe Tepatlán, Zongozotla, Huehuetla y Caxhuacan; demarcaciones que el CONEVAL señaló como poblaciones vulnerables por carencia social, falta de ingresos y poco acceso a la seguridad social.

En tanto, la población n´giwa o popoloca se ubica en Santa Inés Ahuatempan, Santiago Miahuatlán, Tepexi de Rodríguez, Tepanco de López, Tlacotepec de Benito Juárez y San Gabriel Chilac. Los mazatecos se encuentran en los municipios de Coyomeapan, San Sebastián Tlacotepec y Santiago Miahuatlán. La población otomí se localiza en Honey, Pahuatlán, Pantepec, Tlaxco, Tlacuilotepec y Xicotepec, comunidades donde más del 50 por ciento de la población tiene tres o más carencias sociales.

Los mixtecos se localizan en Chigmecatitlán, Molcaxac y Xayacatlán de Bravo y, por último, la etnia tepehua habita en Pantepec, en las localidades de Rancho Nuevo y La Pahua, así como en Francisco Z. Mena, localidades con problemas de pobreza.

En estos lugares se defiende la cultura, la tradición, el origen y las raíces; se lucha por la dignificación y el reconocimiento de sus tradiciones y su gastronomía única en el mundo, donde se plantean cambios para trabajar juntos por el progreso sin menoscabo del origen, ofreciendo acceso a la salud, a la educación, a la tecnificación del campo y al impulso de la medicina tradicional.

Sin embargo, parte del diagnóstico encontrado nos lleva a visualizar poblaciones aisladas con medios de comunicación deficientes, como carreteras en mal estado, que limitan el desarrollo económico, los productos y las artesanías. Especialistas plantean que parte de este impulso a los pueblos originarios deberá estar enfocado en proyectar un corredor turístico donde se puedan dar a conocer las tradiciones, la cultura y la gastronomía, así como ofrecer asesoría técnica para que los productos que siembran sean procesados de manera que se obtenga la mayor ganancia para beneficio de su economía.

La magia de estos lugares debe ser visualizada desde un punto de vista cosmopolita-pluricultural y aprovechar que el estado será un nodo de comunicación importante con el paso del Tren Interoceánico para que los pueblos originarios sean proyectados a nivel internacional.

 

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.