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Amelio Robles: El coronel transgénero de la Revolución Mexicana

  • Mariana Velázquez
Amelio Robles, un hombre transgénero y coronel zapatista, rompió barreras de género durante la Revolución Mexicana
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La historia de Amelio Robles, nacido como Amelia Robles en 1889 en Guerrero, es un ejemplo de lucha personal y social. Este guerrillero zapatista no solo destacó en el campo de batalla, sino que también marcó un hito al ser uno de los primeros hombres transgénero reconocidos oficialmente en México.

Desde joven, Amelio mostró habilidades poco comunes para las mujeres de su época, como el manejo de armas y caballos. Su participación en la Revolución Mexicana comenzó en 1912, cuando se unió a las filas de Emiliano Zapata. Desde entonces, pidió ser tratado como hombre, adoptó el nombre de Amelio y vivió plenamente su identidad masculina.

Durante la Revolución, Amelio desempeñó tareas de mensajería, contrabando y lucha armada. Tras la victoria de Venustiano Carranza, se unió al Ejército Mexicano en 1918, donde su identidad masculina fue aceptada, en gran parte gracias a su amistad con el general Adrián Castrejón.

Amelio se destacó como un líder militar, ganándose el respeto de sus compañeros. Su identidad masculina fue respaldada oficialmente cuando, en 1974, la Secretaría de la Defensa Nacional lo reconoció como Veterano de la Revolución Mexicana, un hecho inédito para una persona transgénero en su contexto histórico.

Amelio más allá del combate

Amelio fue un hombre íntegro, conocido por defender su identidad con firmeza. Aquellos que no respetaban su género corrían el riesgo de enfrentarse a su pistola. Además, mantuvo relaciones sentimentales con mujeres, destacando su vida en pareja con Ángela Torres, con quien adoptó una hija.

Sin embargo, su legado enfrenta paradojas. Tras su muerte en 1984, instituciones en Guerrero lo conmemoraron con el nombre "Amelia Robles", contraviniendo el reconocimiento que tanto había defendido en vida.

La historia de Amelio Robles, analizada en el libro Sexo y revolución de Gabriela Cano, resalta cómo logró construir su identidad masculina en un contexto rural y conservador. Aunque su caso no refleja una aceptación generalizada hacia las minorías de género en la Revolución, es un ejemplo de resistencia y autodeterminación. (MV)

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