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7 normas básicas de higiene a la hora de manipular alimentos que debes conocer
La higiene a la hora de manipular alimentos es crucial para evitar que no existan patógenos que puedan transmitir enfermedades a las personas que los consumen, y esto se puede lograr conociendo las 7 normas básicas de higiene recomendadas por la OMS.
La OMS ha establecido una cantidad de aspectos a tomar en cuenta durante la manipulación de alimentos que causan enfermedades en el mundo entero. Algunos de ellos son el preparar comidas horas antes de su consumo, favoreciendo la formación de toxinas y bacterias, cocinar poco y recalentar los alimentos, contaminación cruzada y no lavarse las manos a la hora de manipular los alimentos.
Por ello, es esencial tener formación en materia de manipulación de alimentos, especialmente por la accesibilidad a través de plataformas online como esta. A continuación, se muestran 7 normas básicas para evitar los riesgos de que existan patógenos que puedan contaminar, sobrevivir o multiplicarse en los alimentos:
1- Elegir alimentos tratados de forma higiénica
Mientras algunos alimentos son más saludables en estado natural, tales como las hortalizas y frutas, otros solamente deben ser consumidos una vez que son tratados. Por ejemplo, la leche pasteurizada en vez de ingerirla directamente de la ubre de la vaca o comprar pollos congelados tratados con irradiación ionizante.
Cada vez que se va al supermercado y se eligen alimentos, no solamente hay que esforzarse por darles un estado de conservación adecuado, sino de lograr que no tengan patógenos que puedan generar enfermedades. Por lo tanto, todos aquellos que se ingieren en estado natural deben ser lavados con agua de manera cuidadosa.
2- Cocinar bien cada alimento
Los alimentos crudos, como la carne, pollos, leche no pasteurizada, etc., contienen patógenos o han sido contaminados por ellos. Por lo tanto, la única forma de eliminarlos es cocinarlos bien, a una temperatura de no menos de 70 grados Celsius en toda su masa.
Cuando el pollo asado está crudo en el área alrededor del hueso, lo más recomendable es volverlo a colocar en el horno hasta que esté perfectamente cocido. Además, los ingredientes congelados, tales como el pescado, carne y pollo, tienen que ser descongelados completamente antes de ser llevados a cocción.
3- Consumir los alimentos cocinados al instante
Una vez que un alimento cocinado alcanza la temperatura ambiente, los agentes patógenos comienzan a multiplicarse en él. Mientras más tiempo tarde al aire libre, el riesgo de contraer una enfermedad es mayor.
Para evitar complicaciones se recomienda ingerir los alimentos una vez que han sido cocinados.
4- Almacenar los alimentos adecuadamente
Para garantizar un ambiente controlado para los alimentos en reserva, en condiciones de calor debe estar cerca o encima de los 60 grados Celsius, mientras que en frío no puede estar por encima de los 10 grados Celsius. Se trata de una regla esencial para resguardar alimentos por tiempos superiores a 4 o 5 horas.
En el caso de lactantes, lo más recomendable es no almacenarlos, ni por poco o mucho tiempo. Una de las equivocaciones más comunes de las personas y por el que se generan miles de intoxicaciones alimentarias es colocar muchos alimentos calientes en el refrigerador.
Cada vez que el refrigerador está saturado con alimentos, su capacidad de enfriar se ve claramente reducida, lo que impide que su temperatura interna llegue por debajo de los 10 grados Celsius. Cuando un alimento tiene una temperatura superior a los 10 grados Celsius en el centro, las bacterias proliferan, lo que será causante de enfermedades.
5- Recalentar los alimentos correctamente
La mejor opción de seguridad contra los microorganismos que se han multiplicado en un alimento durante su almacenamiento es recalentarlos, pues aunque se retrasa la proliferación de bacterias, no destruye los gérmenes. Además, la comida debe ser calentada en todas sus partes a una temperatura superior o igual a 70 grados Celsius.
6- No poner en contacto alimentos crudos y cocidos
Un alimento perfectamente cocido no puede tener contacto con productos crudos, esto es lo que se conoce como contaminación cruzada y ocurre cuando el pescado o pollo sin cocinar entra en contacto con alimentos cocidos.
Por ejemplo, esto ocurre cuando se utiliza una tabla de madera para picar el pollo y después en la misma tabla se corta el alimento cocido. Como resultado, aparecen las mismas complicaciones generadas por la proliferación bacteriana y enfermedades existentes antes de preparar el pollo.
7- Tener las manos perfectamente higienizadas
Los cocineros deben lavarse las manos adecuadamente antes y después de cualquier interrupción en la cocina. Igualmente, si se preparan alimentos como el pescado, pollo o carne, es necesario lavarse las manos antes de tocar frutas, verduras, etc.
Si las manos están infectadas, es necesario recubrirlas o vendarlas antes de entrar en contacto con cualquier producto alimenticio. Tampoco hay que olvidar que los animales, tales como tortugas, perros, gatos, aves, etc., son portadores de agentes patógenos que pueden pasar a las manos de los usuarios y después a los alimentos.
Todas estas medidas se pueden conocer mediante formación especializada en un centro de asesoramiento profesional. Sin embargo, es necesario renovar el carnet de manipulador de alimentos, puesto que tiene un periodo de caducidad, lo que es ideal para refrescar los conocimientos y aprender algunos nuevos.
Cocinar es clave, pero resguardar los alimentos y prepararlos de la manera adecuada es esencial. Pues, al dominar la higiene en la cocina, será posible disfrutar de platos únicos que no transmitan ningún tipo de enfermedad al comerlos. (JRLM)