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Romárico Vieyra, prestigiado artista huamantleco de pintura taurina | Opinión

  • Jaime Oaxaca
Con su pincel, logra captar la emoción que produce la tauromaquia
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“Actualmente pinto pura tauromaquiaes mi camino, mi gusto y no lo cambiaría por nada”, me dijo el maestro Romárico Vieyra en el concurrido Museo Taurino de Huamantla y cómo no iba a estarlo si la charla con el pintor fue en una de las fechas más concurridas en la ciudad de los muéganos. 

El maestro Vieyra, oriundo de HuamantlaPueblo Mágico del estado de Tlaxcala, tiene un concepto muy claro de lo que es la fiesta de los toros, lo demuestra en la presente entrevista. Cuando toma el pincel también es capaz de exponerlo, logra que uno capte la emoción que produce la tauromaquia. 

El artista huamantleco lleva plasmando en lienzos 10 años aproximadamente. Se inició pintando en general, pero una vez que sintió lo que él define ¡la llamada del destino!, se empezó a dedicar más a los toros. El maestro huamantleco dice que le gusta el toro en sí mismo, el animal como ser vivo, lo que nos muestra, lo que nos enseña, lo que aprende uno de él, dice que siempre es gratificante y educador. Cuánta razón tiene. 

Platica emocionado sus motivos para dedicarse al arte.  “Se puede decir que desde niño fui aficionado a la tauromaquia, mi abuela me llevó la primera vez a la plaza La Taurina de Huamantla, tenía como 7 u 8 años, vimos a Eloy Cavazos; de hecho, mi tío menor se llama Eloy, quizá porque fue su torero. 

“Mi familia es rotulista y desde niño se mete uno donde no lo llaman, luego empecé a desarrollar el oficio, hubo momento en que decidí meterme al arte, a buscar ese camino que solamente el toro te da”. 

¿Le gusta pintar al toro como tal, maestro? 

“¡Sí! Es el objetivo central de mi pintura y últimamente que algunos ganaderos me han permitido visitarlo en su campo, me permite ver más de ese animal, aparentemente tranquilo, en su lugar de crecimiento, cómo vive y cómo siente”. 

¿Se acuerda que fue lo primero que pintó de toros? 

“Fue un pase de Pedro Gutiérrez Moya, El Niño de la Capea. Aún no era figura, pero encontré la foto en el periódico Esto, me gustó y la pinté. Luego uno va creciendo, juntándose con gente del ambiente, se involucra uno más. Actualmente pinto pura tauromaquia, es mi camino, mi gusto y no lo cambiaría por nada”. 

¿Tiene preferencia por alguno de los tres tercios de la lidia? 

“No porque todo tiene su momento, ¡uno sabe que lidiar un toro no es hacerlo sufrir!, todo tiene un porqué. Desde que hacen los toreros el paseíllo, el torilero que abre y pide permiso. Los primeros lances, el torero debe concentrarse en qué es ese rompecabezas con cuernos que le ha salido. La suerte de varas entenderla bien, para medir la fuerza y también la bravura; las banderillas para fijar al toro o volverlo a encelar y la faena de muleta, digamos que es en la que el torero tiene que explotar, y tiene que entenderlo, no sólo se trata de sentir que es valiente, sino que tiene que entenderlo para ayudarlo para que él también explote”. 

¿Como artista, le gusta algo en especial? 

“Bueno, uno sabe que todo tiene un respeto y tienes que pintarlo en su justo. He encontrado como pintor, que lo más difícil es darles el movimiento, expresar y transmitir esa fuerza que, tanto toro y torero, tiene. Se puede captar como el torero está extasiado, está en otro mundo y el toro está embistiendo con fiereza a la muleta y entregándose al no saber que hay más allá del trapo”. 

¿Expone usted por invitación? 

“Para le feria de Huamantla fui invitado por el municipio y el director taurino del museo, yo creo que no hemos decepcionado; soy parte de un grupo que se llama “Arte Taurino” de Huamantla, todos tenemos una fuerza y variedad artística que podemos mostrar en cualquier lugar del país. A otros lados sí he ido por medio de invitación, afortunadamente muchos clientes nos recomiendan para acudir a diferentes lados. Por ejemplo, estuve en la feria del toro en Tequisquiapan, en Salvatierra, estamos viendo la logística para asistir a Cadereyta”. 

¿Se puede vivir del toro? 

“Sí se puede vivir, todo está en que lo vea uno como algo que sí se puede mantener. Yo conozco pintores, Como Antonio Rodríguez o la maestra Barroso, que viven de esto y no dejan su semana por una buena cantidad de dinero. Te tienes que cambiar el chip, darte cuenta que sí se puede. Dicen que no se puede vivir de esto, es falso; se vive y se vive bien”. 

¿Le ve usted futuro a la fiesta de los toros? 

“¡Sí!, pero necesitamos ciertas condiciones. Como taurinos necesitamos un… digamos que una especie de decálogo de lo que es la fiesta, explicar en un pequeño pasquín qué es la fiesta. A partir de ahí nosotros asumir que esto es una tradición de 500 años, que no se puede dilapidar fácilmente, con una moda que yo siento que es pasajera, con visiones diferentes, anglosajonas, que nada tienen que ver con la cultura propia que hemos heredado, que es latina, árabe, que tiene una raíz muy grande y muy enfocada a la tradición del toro”. 

Es una pena que a un artista tan prestigiado como Romárico Vieyra Sánchez no lo hayan considerado para exponer en la feria de la capital tlaxcalteca, ni él ni nadie. Ya habrá oportunidad que los encargados de la cultura taurina tlaxcalteca rectifiquen. 

Nuestro entrevistado está en Facebook como Pintor Romarico Vieyra, en Instagram como pintoromarico. 

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