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Tauromaquia en México: Un “papelito” podría evitar papelotes
Con motivo de la llegada de los toros de Raúl Cervantes a la plaza de Guadalajara, recibí la hoja de recepción en la plaza. Se trata de un papel en el que se hace constar que los toros que se desembarcaron en el coso cumplen con todos los requisitos.
El juez de plaza, los veterinarios y la empresa firmaron de común acuerdo ese papelito que significa compromiso, cumplimiento, autenticidad. Ese simple papelito provoca que la tauromaquia no haga un papelote ridículo como sucede en muchas plazas del país.
¿Qué contiene el famoso “papelito” en la tauromaquia?
Con diferente redacción, casi todos los reglamentos de la República Mexicana hablan de esa acta de recepción. El documento no debería esconderse, no contiene información confidencial, sólo se menciona los datos que a los aficionados les interesa: peso del ganado, pinta, tipo de cornamenta. Puede ser pública sin romper alguna regla.
Aunque el reglamento no lo estipulara, existe un responsable de la ganadería, persona que requiere un comprobante que entregó los toros vivos, en buenas condiciones, que todos se mueven por sí mismo, tal fecha y a tal hora se entregaron, etc. Es evidente que alguien de la empresa firma de recibido. En términos comerciales a ese papelito se le llama remisión.
El reglamento de Tlaxcala, por ejemplo, menciona el dichoso papelito. El ganadero y la empresa deben firmar uno de entrega y otro de recibe, menciona un par de actas que deben entregarse al ayuntamiento de la ciudad correspondiente y al Instituto Taurino del Estado.
El reglamento actual entró en vigor en el Estado de Tlaxcala en julio de 2019. Es decir, en cuatro años de actividad el Instituto deberá tener en su archivo un buen tambache de actas, porque supongo que los funcionarios cumplen con sus tareas y nunca se han pasado el trillado reglamento por el arco del triunfo.
Total, el punto es que ayuntamientos, institutos, autoridades de plaza, son funcionarios que están al servicio del público, su obligación es defender los intereses del público, ninguno es empleado de la empresa organizadora, ni están a su servicio.
En Guadalajara no tienen empacho en hacer pública la hoja de recepción, no tiene como símbolo el toro bravo como sucede en Tlaxcala.
La feria de la capital tlaxcalteca está a la vuelta de la esquina, un acto de buena voluntad de los funcionarios con los aficionados, sería mostrarles las actas de recepción de los encierros. Se convertirían en un ejemplo para todo el país. Eso sí podrían presumirlo.
Todos deseamos que sigan realizándose conferencias, exposiciones, actividades taurinas, bienvenidas todas porque son cultura, pero, ¿y el reglamento apá?
Un papelito podría evitar papelotes. (EG).