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Museo Barroco en Puebla: así es su nueva experiencia inmersiva

  • Lizbeth Pérez
El uso de la inmersión se ha adaptado no solo para el área del entretenimiento sino también para el del arte
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Un museo inmersivo es aquel que brinda a los visitantes la oportunidad de vivir una ilusión de tiempo y lugar, mediante la reconstrucción de características clave de un mundo contextual creado a través de la tecnología. Para muchos se trata del museo del futuro donde se puede disfrutar del arte experimental.

Ya se había escuchado antes sobre las atracciones inmersivas, pues desde hace algunos años han sido el centro de atención en parques de atracciones de gran renombre cómo lo son Universal y Disney, su gran éxito e influencia ha hecho que se extienda alrededor del mundo, ya no solo para entretenimiento o diversión, ahora, también es un recurso muy utilizado para el aprendizaje en distintos museos alrededor del mundo.

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En la capital del país ya existen algunos museos con este mecanismo y cuentan con obras inmersivas como lo son: El Mundo según Mafalda, Van Gogh Alive, Selfie Factory, Frida inmersiva, entre otras. La entrada a estos museos en la Ciudad de México tiene un costo que va de los 250 a los 360 pesos.

Como se mencionó anteriormente la influencia ha sido mucha y en esta ocasión Puebla se suma a la puesta en marcha de estos recursos inmersivos para entretenimiento y aprendizaje de los ciudadanos y visitantes en el Museo Internacional del Barroco ubicado en bulevar Atlixcáyotl, 2501, Reserva Territorial Atlixcáyotl, a un costo de 85 pesos la entrada general; en caso de ser residente del estado mostrando un documento o credencial oficial que lo avale obtendrá un 50 por ciento de descuento, por otro lado, hay un costo de 42 pesos para personas con credencial del INAPAM, personas con discapacidad, niños menores de 12 años, estudiantes y maestros con credencial vigente, y entrada libre los martes en un horario de 10:00 a 19:00 horas, pero por la llegada de estas nuevas obras inmersivas el acceso es libre hasta el 12 de marzo del 2023.

Visitar el museo Barroco actualmente es una experiencia que vale la pena vivir, especialmente para personas que nunca han disfrutado de una obra inmersiva. Definitivamente es un acierto para este museo optar por estas nuevas propuestas que hacen que el público se sienta más atraído a ir, experimentar las sensaciones que las tres obras inmersivas con las que cuentan tienen que ofrecer y seguir disfrutando del arte tradicional con una mejor distribución de las salas que ya conocíamos.

Al llegar al Museo internacional del Barroco en primer lugar el personal se encarga de revisar muy bien a los a las personas que están de visita solicitándoles que se retiren cualquier metal que lleven encima y verificar que no porten ningún tipo de arma; la mayoría de ellos son amables, pero no todos se salvan, ya que dos de ellos no tuvieron la mejor actitud, incluso una de las trabajadoras llegó a hacer comentarios despectivos a varios visitantes, por esta razón y por el flujo tan grande de gente este proceso puede ser tardado y por lo tanto tedioso, pero dejando de lado el mal trato de algunos de sus colaboradores, en su mayoría el personal deja ver su preocupación por la seguridad del lugar, de los trabajadores y de los visitantes.

Los guías en todo momento fueron gentiles, se encargan de explicar muy bien las obras que están expuestas y de resolver las dudas que puedan existir a lo largo del recurrido. La primera sala es sobre el concierto de Vivaldi, una sala grande donde se representan las cuatro estaciones a través de varios proyectores, puede marear un poco debido a que se trata de muchas imágenes en movimiento constante, pero para evitar eso, hay pequeñas gradas para poder sentarse y seguir disfrutando del concierto.

Por otro lado, la segunda sala es más pequeña, no solo cuenta con proyectores, tiene sensores de movimiento que dan la ilusión de poder quitar objetos para descubrir las obras que se ocultan tras ellos, lamentablemente por el espacio tan reducido en la sala, la aglomeración ocasiona que no todas las personas puedan disfrutar de esta parte del recorrido.

Por último, la tercera sala simula un teatro donde muestran diversas iglesias barrocas en el mundo, dando una pequeña introducción y una perspectiva como si se mirara desde la parte de arriba, así mismo, algunas de las pinturas de las iglesias también estaban animadas.

Si bien es un acierto del Museo Barroco integrar este tipo de obras que han resultado entretenidas para muchas personas, la innovación tendrá que ser constante, ya que cuando se trata de tecnología, el entrenamiento por novedad puede terminar repentinamente.

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