• Cultura

Conoce la historia detrás del color rosa en los tamales de dulce

  • Lizzette Vela
El color del alimento tiene un origen ancestral ligado a la grana cochinilla, un colorante natural usado desde la época prehispánica
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Los tamales de dulce son un clásico en la gastronomía mexicana, conocidos por su sabor azucarado y su característico color rosa. Sin embargo, pocos saben que esta tonalidad tiene un origen ancestral vinculado a un tinte natural que se usó durante siglos para teñir textiles, alimentos y hasta obras de arte.

En la época prehispánica, el colorante utilizado para dar tonalidad a los tamales de dulce era la grana cochinilla, un pigmento rojo intenso extraído del insecto Dactylopius coccus. Este tinte, también llamado “sangre de tuna” por los mixtecos, se aplicaba en tortillas ceremoniales y otras preparaciones importantes en la cocina indígena.

Con la llegada de los españoles y la posterior globalización, la grana cochinilla se convirtió en uno de los colorantes más valiosos de México, siendo exportado a Europa para teñir telas de la nobleza. A pesar de su relevancia histórica, con el paso del tiempo, su uso en la gastronomía disminuyó y fue reemplazado por colorantes sintéticos y esencias artificiales.

Actualmente, los tamales de dulce obtienen su característico color rosa mediante colorantes vegetales y esencias de fresa o vainilla. No obstante, la presencia del rosa en la repostería y otros alimentos en México sigue siendo una referencia a la tradición del uso de la grana cochinilla en la cultura culinaria.

El tamal de dulce varía según la región: en el centro del país, existen versiones con piña que presentan una tonalidad amarilla; en el sur, algunos incluyen zarzamora o fresa, mientras que en el norte se agregan nueces y pasas. Además, el tradicional tamal de elote, elaborado con granos de maíz dulce, se considera una variante especial dentro de esta categoría.

Origen de los Tamales 

Los tamales son un platillo que se remonta a la época prehispánica de México, se dice que eran un alimento para las grandes fiestas, también se preparaban para agradecer la fertilidad de la tierra, en cualquier evento social y como ofrenda a los muertos. Este tamal era más firme y apelmazado, elaborado con verduras como calabaza, chile y maíz, productos tradicionales de nuestro país.

Después de la Conquista este platillo fue adaptándose y complementando su fisonomía e ingredientes, pues se incluyeron los que provenían de Europa, quienes actualmente aportan el sabor que conocemos; es el caso de la manteca así como la carne de cerdo, en sustitución de verduras como calabaza, quelites y elotes. (LV)

 

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