Tras ocho meses en prisión, el ex tenista alemán Boris Becker, fue puesto en libertad luego de que el pasado mes de abril fue condenado a 30 meses por transferir ilícitamente grandes sumas de dinero y ocultar bienes después que se lo declaró en bancarrota, por lo que fue deportado a su país de origen.

En el juicio que se realizó en la corte de Southwark en Londres lo condenó por cuatro cargos bajo la ley de insolvencia, incluyendo traslado de propiedad, ocultamiento de deuda y no declarar propiedades inmobiliarias. Normalmente habría tenido que purgar la mitad de su sentencia antes de una posible liberación, pero ésta llegó de forma anticipada mediante un programa de deportación agilizada de extranjeros.

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“Ha cumplido su sentencia y no está sujeto a ninguna restricción penal en Alemania”, dijo su abogado Christian-Oliver Moser.

Becker fue declarado culpable por la jueza Deborah Taylor del Tribunal de la Corona de Southwark lo condenó a dos años y medio, pero la condena se redujo a sólo ochos meses, a pesar de que originalmente debía cumplir la mitad de su condena en la cárcel. Taylor acusó al seis veces campeón de Grand Slam de "jugar con el sistema de mala fe" al ocultar y transferir activos, y privó a sus acreedores de más de 2 millones de libras en activos. Becker había negado todos los cargos y dijo cooperó con los procedimientos de quiebra, según Reuters.

Becker llegó al estrellato en 1985 a los 17 años al ser el primer jugador no preclasificado en ganar Wimbledon, título que conquistó dos veces más y en total sumó cinco Grand Slam. Una vez que anunció su retiro, permaneció activo especialmente como entrenador de Novak Djokovic y a través de frecuentes apariciones en los medios como comentarista y experto.