• Seguridad

Despiden a Brenda en Chichiquila y exigen no más abusos a menores

  • Arturo Gutiérrez
En Chichiquila decenas de personas despidieron a la niña Brenda, con la exigencia de que jamás se repita un asesinato como el suyo
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El barrio entero de Ocotitlán despidió la tarde del jueves a la pequeña Brenda de cuatro años, quien fue violada y asesinada a golpes por dos sujetos, ya presos, en el municipio de Chichiquila. Con globos blancos y verdes, pero también con la exigencia de no abusar de niños y niñas, es como centenares de personas le dieron el último adiós.

“Alzamos la voz para no más asesinatos como sucedió con la pequeña Brenda Muñoz”, “Justicia para la bebé Brenda”, y “la inocencia de una pequeña se robaron, queremos justicia”, es lo que niños y adultos pidieron el 30 de junio durante el sepelio de la niña que esperaba entrar al kínder.

Más de 300 personas fueron las que desde temprana hora llegaron al domicilio de la abuela de Brenda, a casi diez minutos de distancia de la presidencia municipal. Ahí mostraron su apoyo, solidaridad y dolor ante el asesinato de la menor, quien según personas cercanas a la familia, su cuerpo fue maltratado de forma brutal pues incluso debido a los golpes que recibió en el rostro, no podía ser identificada.

De acuerdo con las personas consultadas,  una prenda de la menor encontrada en la casa de uno de los asegurados fue lo que delató a los presuntos violadores y homicidas, por lo que la gente los quería linchar, pero la policía evitó que la gente hiciera justicia por propia mano, de tal forma que fueron detenidos y puestos a disposición de las autoridades ministeriales.

Tras ser velada y recibir flores e incluso globos, así como veladoras por parte de los pobladores, el cuerpo de la pequeña que fue colocada en un ataúd blanco fue llevado a misa y después de diez minutos el féretro, acompañado de los pobladores y deudos, fue trasladado al panteón de la comunidad donde hubo aplausos y lanzaron una porra para Brenda, además de que la despidieron con música de banda.

Ante lo ocurrido y a pesar de que los pobladores consideraron que se trata de un lugar tranquilo en el que nunca había sucedido algo similar, muchos comentaron que por precaución y ante el temor de que algo igual pueda suceder, cuidarán y vigilarán mucho más a sus hijos, pero también exigieron mayor seguridad al presidente municipal, Pablo Galindo Hernández, el cual no brindó ayuda a la familia de Brenda.

Ahora solo esperan a que los responsables reciban su castigo por este crimen.

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