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Arco Norte, imágenes del caos mexicano un viernes por la tarde

  • Sergio Mastretta
Memoria de un país que no es bello y sigue siendo cruel
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Venimos de retache de Guanajuato. A  las 2.48 de la tarde, cuando ya nos faltan 40 minutos para llegar a Puebla, el Wase nos anuncia una retención en el Arco Norte en algún punto entre Calpulalpan y San Martín Texmelucan. 28 minutos en rojo total, nos informa el talentoso mapa en el celular, pero también nos dice que por la ruta alternativa tardaremos tres horas y media. Raro. No indica que haya obra. En la discusión, dejamos pasar el crucero de la autopista México-Tuxpan, la que si tomamos a la derecha nos llevará por las Pirámides de Teotihuacan y el Circuito Mexiquense hasta la autopista México-Puebla. Discutimos, horror ante la ruta mexiquense, y en mi necedad me dejo llevar por la carretera de cemento que administra una empresa de nombre Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (IDEAL), propiedad del inefable CARSO, de Carlos Slim. Y mientras averiguo dejo pasar también el crucero de Ciudad Sahugún, así que sea lo que sea que provoque la retención, no queda más que llegar hasta ella.

La Hacienda de Santa Clara y la ruina de la estación del tren. El país que fue. Fotos de William R. Waitkus tomadas de Googel Earth.

A las 3.05 el Arco Norte se mantiene libre. Blanco, de fricción espesa y ruidosa, no anuncia problema por venir. Los trailers avanzan somnolientos al sol de las secas. Me doy tiempo para la postal de esa hacienda en la que se pudo haber filmado El reboso de Soledad con todo y la ruina de la estación de tren al pie de la autopista. Memoria de un país que fue bello y que también era cruel.

La foto que ha subido un trailero.

Dejamos atrás la cuesta que resguarda el valle de Calpulalpan, entrometido como está con sus más de 400 hectáreas de fotoceldas solars en la disputa por la energía que tanto agobia a la opinión pública.

A las 3.11 justo  está el parón, tres kilómetros antes de la salida de Calpulalpan. El wase ya no nos da alternativas. Poco a poco quedamos encerrados por los coches y camiones que detrás de nosotros también cayeron en este abismo. Diez minutos y la cola ya se pierde en la cuesta que recién dejamos. Hacia adelante, lo que sabremos después, en algún punto de la cañada de Españita, han chocado dos trailers y un auto, con incendio, muertos y desgarriate, con la autopista cerrada por completo.

Nos informa del percance un hombre al volante de su pick up, y ya estudia la alternativa: brincar el camellón y dar la vuelta hasta la salida de Ciudad Sahagún, y a buscar el rumbo por los  pueblos tlaxcaltecas. Cuando vemos que  lo logra sin problemas lo seguimos en nuestro pequeño Aveo.

El auto apunta hacia Guanajuato, nuestro punto de arranque a las 9.30 de la mañana. Pero el wase ofrece dos rutas: a la derecha en el crucero de Sahagún, a diez kilómetros, las mismas tres horas y media, y el crucero de la México-Tuxpan, con la diferencia de diez minutos. Fritos.

La primera alternativa, que nos lanzaría hacia Apam y por ahí hasta Apizaco, no nos agrada: hay una cola de autos detenidos. Esperamos unos minutos. De lejos vemos que logró traspasar la caseta una camioneta blanca. Incertidumbre. El Wase duda, y ahora la línea azul se mueve de Sahagún hacia Sanctórum, más cerquita, para meterse nuevamente al Arco Norte y Texmelucan. Pero marca las mismas tres horas quince. ¿Para dónde hacerse?

Escogemos el conocido trayecto por las Pirámides hacia el infierno del circuito Mexiquense y los sufridos nombres de Ecatepec, Chimalhuacán, Texcoco y Los Reyes. Tres horas, dice el wase, un ahorro glorioso de quince minutos es nuestro porvenir.

En la caseta del crucero de la autopista México – Tuxpan hay una cola de quince carros que sin embargo se mueve. Entendemos porqué estaba cerrada la caseta de Sahagún, hay un plantón campesino. Los ejidatarios de San Felipe Teotitlán, tienen tomada la caseta por un motivo: no les han pagado la expropiación de sus terrenos para el Arco Norte, una autopista que lleva ya más de diez años de operación. De nuevo apunto el nombre de Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina, Carso, Slim, Felipe Calderón y la construcción de esta autopista entre los años 2007 y 2008. Quince años y todavía el Estado les debe la expropiación.

Carteles que denuncian al concesionario...

A las 3.22 de la tarde consigno el paso al lado de las pirámides de Teotihuacán.

A las 4.11 apunto en el Whats a mi parentela: Yo, atascado, en el inframundo del “mexiquense". Qué horrores hemos sido capaces de armar los mexicanos.

De regreso por esa vía me regresan un tweet con el motivo de las 2.30 horas más de viaje. Choque de dos trailers y un particular. Un muerto calcinado, el chofer de uno de los trailers. Cuatro heridos.

Y por lo que cuentan las noticias, del cerro los bandidos que encuentran guarida a la altura de Españita caen sobre los incautos automovilistas para pasarlos a la báscula. Leo lo que informa  un portal entre tantos: “Dos horas después de que se suscitó un choque múltiple, usuarios de esta carretera de cuota reportaron que estaban siendo a saltados. Ante esta situación personal de la Policía Estatal de Validad, así como Guardia Nacional (GN), realizaron recorridos para intentar dar con los responsables de este asalto múltiple. También, algunos conductores reportaron disparos en la zona y hasta el momento no se reportan detenidos por estos hechos. Cabe recordar que el pasado 29 de noviembre diferentes conductores fueron asaltados durante la madrugada en esta misma carretera.”

No es nuevo este modus operandi a la bandidos de Río Frío. Por el cel voy a una nota del 6 de junio en Milenio: “Un aproximado de 40 conductores de vehículos particulares y transporte de carga, fueron asaltados luego de detenerse por un presunto retén que resultó ser falso; se presume que fueron por lo menos 15 los asaltantes implicados.”

Así que no conviene pasar de madrugada por Españita. Ni a la hora en que por ahí se incendian los trailers.

Nosotros emprendimos antes la retirada hacia el infierno mexiquense. Dos horas entre las pirámides y la caseta de San Marcos en la autopista México-Puebla.  

Pudimos hacer cinco horas y media desde el jardín a los pies del Pípila en Guanajuato. Hay un libramiento desde antes de San Juan del Río y que va dar a Celaya sin meterte al enredo de Querétaro, y ya por ahí caes en el Bajío. Muy buena la carretera hasta que se estrellan los trailers.

Al final de la tarde el colapso en la autopista México-Puebla.

Casi fin del viaje. A las 5.23 llegamos por la autopista México – Puebla a San Martín Texmelucan. En el carril contrario, la cola de autos detenidos en el sentido a la ciudad de México llega más allá de Xoxtla, a cinco kilómetros del periférico. Hago la cuenta: entre la cuesta de Calpulalpan y Xoxtla, 70 kilómetros de autos varados en la carretera.

Memoria de un país que no es bello y sigue siendo cruel.

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